Después de tres años de "Dissabte" (autoeditado, 19), su álbum debut, y un corto, pero efectivo, cambio de nombre - de Fa1na a Fauna- la banda publica "L'ultima nit" (Coopula Editorial, 22), su segundo trabajo. Un disco con el que esperan poder hacer crecer el proyecto y consolidarse en el panorama actual después de estos dos años de parón obligado por la pandemia.
Dentro de él nos encontramos con ocho canciones que viran entre el castellano y el catalán y en las que nos podemos encontrar desde rumba catalana hasta ska. Y, aunque los ritmos van cambiando, logran crear una coherencia en todo el álbum, cimentando el que es - y probablemente será - el sonido más habitual de la banda, entre instrumentos de vientos y aires festivos, que hacen que nos recuerden a otras formaciones como Txarango o La Pegatina.
Los de Mollerusa han cogido todos esos sentimientos que han tenido durante la pandemia y los han transformado en pensamientos positivos y de ahí los han trasladado en forma de canciones. Por eso es normal que encontremos tantas canciones que hablan sobre disfrutar de la vida y dejarse la piel en todo como "Hambre" o "Tinguis fe", que irradian positivismo desde sus melodías hasta sus letras.
También incluyen la brillante "Diga-li", una oda a la rumba catalana que incita a bailar. Pero también dejan hueco para bajar los ritmos y ponerse más sentimentales, como en "Obre la porta", en la que usan pocos instrumentos para darle más importancia al mensaje.
En definitiva, "L'última nit" debe servir para dar a conocer aún más a la banda dentro del actual panorama musical catalán, centrado en las formaciones de Barcelona y alrededores. Porque con este segundo trabajo logran dar un salto cualitativo que, presuntamente, seguirá estando presente en sus directos, y eso no podrá dejar indiferente a nadie.
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