Los mejores discos internacionales de 2016
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Los mejores discos internacionales de 2016

Redacción — 30-11-2016
Fotografía — Archivo

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5.- Anohni

"Hopelessness"

(Rough Trade / Popstock!)

(POP) El sexto disco de Anohni, primero sin The Johnsons y retorno al primer plano tras seis años de silencio, habla alto y claro de temas importantes y musicalmente supone su mayor reto desde que hiciera su puesta de largo con el cambio de siglo. Para ello ha recurrido a dos fenómenos de la electrónica contemporánea como son Hudson Mohawke y Oneohtrix Point Never, responsables de la producción de “Hopelessness” conjuntamente con la británica. Pero estas once canciones pertenecen a Anohni y lo que en esencia aportan sus dos compañeros de viaje es una riqueza cromática con maneras, eso sí, inconfundibles. La emocionante épica sintética de Hudson Mohawke se hace notar en el arranque y recta final del disco, en los mejores temas: apertura demoledora con “Drone Bomb Me”, “4 Degrees” y “Watch Me”; punto y final con un “Crisis” que huele a single y la delicada “Marrow”. Se intuye por su parte la aportación de Daniel Lopatin en la abstracción y texturas de los ejercicios más experimentales del disco: “Violent Men” o ese ajuste de cuentas con el actual presidente de EEUU que es “Obama”, con Anohni unas octavas por debajo de su registro habitual. En cualquier caso sorprende la advertencia de la artista a sus fans de siempre, calificando el disco de ruptura total con su obra anterior. No puedo estar de acuerdo. Más allá de la evidencia -los instrumentos tradicionales dejan paso a una producción netamente electrónica- los elementos que asociamos a su música siguen tanto o más presentes que en trabajos anteriores: el lirismo, la fragilidad y también el coraje que transmiten sus canciones. Luis J. Menéndez

5.- Anohni

"Hopelessness"

(Rough Trade / Popstock!)

(POP) El sexto disco de Anohni, primero sin The Johnsons y retorno al primer plano tras seis años de silencio, habla alto y claro de temas importantes y musicalmente supone su mayor reto desde que hiciera su puesta de largo con el cambio de siglo. Para ello ha recurrido a dos fenómenos de la electrónica contemporánea como son Hudson Mohawke y Oneohtrix Point Never, responsables de la producción de “Hopelessness” conjuntamente con la británica. Pero estas once canciones pertenecen a Anohni y lo que en esencia aportan sus dos compañeros de viaje es una riqueza cromática con maneras, eso sí, inconfundibles. La emocionante épica sintética de Hudson Mohawke se hace notar en el arranque y recta final del disco, en los mejores temas: apertura demoledora con “Drone Bomb Me”, “4 Degrees” y “Watch Me”; punto y final con un “Crisis” que huele a single y la delicada “Marrow”. Se intuye por su parte la aportación de Daniel Lopatin en la abstracción y texturas de los ejercicios más experimentales del disco: “Violent Men” o ese ajuste de cuentas con el actual presidente de EEUU que es “Obama”, con Anohni unas octavas por debajo de su registro habitual. En cualquier caso sorprende la advertencia de la artista a sus fans de siempre, calificando el disco de ruptura total con su obra anterior. No puedo estar de acuerdo. Más allá de la evidencia -los instrumentos tradicionales dejan paso a una producción netamente electrónica- los elementos que asociamos a su música siguen tanto o más presentes que en trabajos anteriores: el lirismo, la fragilidad y también el coraje que transmiten sus canciones. Luis J. Menéndez

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