Miedo a un planeta de gente normal
Entrevistas / Ellos

Miedo a un planeta de gente normal

J. Batahola — 23-11-2010
Fotografía — Victor Zurdo

Ellos son nosotros, son los nosotros que viven en las calles de Madrid y que sufren o disfrutan lo malo y lo bueno de una urbe tan particular como todas las demás. “Cardiopatía severa” no sólo lo demuestra, sino que lo subraya.

Madrid es un pueblo. Y el día que Malasaña se convierta en un estado independiente Ellos tendrán un sitio en el gobierno. Si sostengo con vehemencia que hay que ser catalán para entender a Astrud, opino que sin haber crecido en la ciudad de hoy voy a un concierto y el Ayuntamiento ha cerrado la sala de repente, se pierden muchos detalles de las letras de Guille Mostaza. Costumbrismo, elitismo y todos los ismos que se te ocurran; no es soberbia, es autodefensa. Sentados en un pequeño despacho de su discográfica, rodeado de discos y papeles, Santi y Guille comparten mi teoría de barra de bar. “El cinismo para mí es autodefensa, no es un ataque, sino hacer de algo decadente algo fructífero. Por primera vez he encontrado algo en lo que me respetan y no me llaman raro. Es como protegerse en la manada riéndote de ti mismo, y saber en qué momento tu drama no es tan dramático. Yo no puedo escribir una letra sin algo de lo que hablar ni cantar una canción si no me la creo, por eso no hacemos versiones. Tampoco cuento mis cosas a la ligera a todo el mundo, y retorcerlo hasta que haces una canción es muy terapéutico”, comenta Guille. Desde que la música se convirtió en producto de consumo, artista y personaje han ido de la mano. Ellos juegan al exceso, lo que en ocasiones les deja como auténticos cretinos. Todo depende de si entiendes o no la broma. “No me importa que me digan que lo que hacemos es una mierda, me lo han dicho muchas veces en mi vida respecto a muchas cosas y entiendo que a la gente le chirríe que seamos un poco excesivos en algunos aspectos, pero es parte de nuestro carácter. Hemos perdido amateurismo e ingenuidad. Solíamos enfocarlo todo de manera muy ingenua y aun hoy lo estamos pagando. Cuando vas tan a corazón abierto, los dardos te duelen, y cuando te ensalzaban te lo crees mucho más. Ahora sabemos mucho mejor donde estamos”. Poco queda en “Cardiopatía severa” –su cuarto álbum desde que en 1999 despacharon trescientas copias de su primer Ep- del grupo que firmó “Ni lo sé ni me importa” (Subterfuge, 2001), encadenando éxitos que la modernidad local bailó hasta la extenuación. El nuevo disco de la banda madrileña no es para cobardes. Nos encontramos con menos sintetizadores y estribillos siderales, menor número de hits instantáneos pero mucha más coherencia y la misma mala leche envenenada de siempre en las letras. Verdaderamente, esta vez todo suena a “disco” de principio a fin. No es un trabajo conceptual en absoluto, aunque los conceptos siguen siendo los mismos: “me muero por volver a verte, me muero por volver a odiarte hasta la muerte”. Rencor, justicia cósmica, lamentos y despecho. Como tiene que ser, con la rancia tradición española de ver la paja en el ojo ajeno, pero de buen rollo y haciendo burla de la brizna en el ojo propio. “Las canciones son más en plan disco de los setenta, con batería y grooves de bajista, no electrónicos. Además, cada uno aporta lo suyo, cosa que los ordenadores no hacen. José Sánchez Sanz, nuestro teclista, ha hecho arreglos de orquesta y además de dirigirla, ha aportado muchísimo. Como no tenemos tanto secuenciador, tenemos mucho más control de lo que suena. Antes hacíamos un arpegio, veíamos que sonaba bien y lo repetíamos en toda la canción. Ahora, en cada cosa que suena, ha habido alguien que la ha pensado y sabe por qué está allí. Antes empezábamos a poner cosas y a veces nos pasábamos”. En un mundo más razonable, sus canciones serían pasto de radiofórmula, y ojalá lo veamos algún día. Por el bien de todos, más que nada. Viajaron a Bulgaria para grabar con una orquesta sinfónica, masterizaron en Londres con Kevin Metcalfe, que anteriormente ha trabajado con bandas como Pulp, Bowie o The Who, y han contado las voces de Jota de Los Planetas, Javi Sánchez de Ama, Cristina Plaza de Clovis y Noni y Ale de Lori Meyers. “En el disco anterior ya empezamos a usar batería real y siempre hemos tenido guitarras y bajo ‘de verdad’. En directo queda mejor y permite que la canción respire. Nos permite centrarnos más en la composición en vez de estar pensando en cómo se va a arreglar. Es el disco que más rápido hemos hecho, porque no hemos perdido tiempo en arreglar mil veces cada canción. Solemos dar vueltas hasta que hay una fecha límite y se entrega. En parte es culpa de Facebook”.

Un comentario
  1. 165Hola soy Luciano y quiero estar en mniuto para ganar.. quisiera concretar varios objetivos y para ello necesito de la plata . Me encanta la idea de estar participando y dar lo mejor de mi en el programa y por supuesto estar junto a Marley .. espero cuanto antes una respuesta ya estoy en practica con los juegos !

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