Aftermath

Digamos de entrada que, pese a llevar siete largos sobre sus espaldas y ser la artista country preferida de grandes damas del género como Tanya Tucker y Carlene Carter, Elizabeth Cook no es muy conocida en estos lares, más allá de los pocos aficionados al country de corte más tradicional. Sin embargo, eso es algo que puede y debe cambiar con este excelente trabajo, titulado al igual que el disco de The Rolling Stones de 1966. Y afirmo que es casi una obligación conocerla, porque Elizabeth Cook se ha alejado del country dulzón, pizpireto y clásico de discos como “Balls” (07), para lanzarse de cabeza a realizar un esplendoroso disco de Rock Americano con los trabajos del Tom Petty más ochentero entre ceja y ceja. Para lograr su objetivo nuestra protagonista sabía que debía rodearse de un equipo que fuera capaz de sacarla de la tradición y endureciera su propuesta. Por eso contactó con Butch Walker, conocido por su trabajo con Green Day y Fall Out Boy, y se fue a grabar a California donde había que redondear el círculo rock con un sonido sólido, rocoso, que resonara en el otro extremo de la baja fidelidad.

“Aftermath” consigue el objetivo fijado gracias a las grandes canciones que atesora y a la personalidad que despliega Elizabeth Cook, afianzada en un timbre que, siendo ideal para el country gracias a ese vibrato tan característico, aquí endurece y adapta a otra sonoridad. Así el disco se abre con la marcialidad de un tema rotundo como “Bones”, en cuyo clip puedes ver a la cantante pavoneándose con un amenazador bate de beisbol, indicándonos de entrada que no esta para muchas bromas. Y además lo hace enfundada en un traje más propio del Elvis de Las Vegas, para reafirmarse en su papel de “estrella del rock”. Rol que ha buscado con todo el desparpajo del mundo, pese al riego de hacer el ridículo que eso puede llegar a suponer. Nada más lejos de la realidad. Solo hay que dejarse mecer por el estribillo arrebatador del siguiente tema “Perfect Girls Of Pop” para caer rendido a sus pies. Una de esas canciones redondas con un riff embriagador y un solo de guitarra que te hará llorar de placer, mientras la cantante arremete contra las “Barbies” que cantan de forma dulce, como si nunca antes hubieran sido heridas por nadie.

La cosa no acaba ahí y el disco continúa a un nivel de lujo. “Bad Decisions” es otro de esos temas sinuosos y delicados que te envuelve y embelesa. “Daddy, I Got Love For You” es una balada country en el que Elizabeth Cook canta con ese vibrato tan característico del que hablábamos antes. En “Bayonette” saca su cara más vodevilesca; con “Half Hanged Mary” regresa al rock, pero es llegar a “Think Georgia Woman” cuando nos encontramos con otra de esas canciones rotundas que valen su peso en oro y adquieren vocación de himno en cualquier set-list que se precie. Y podría seguir así, desmenuzándolo tema a tema, pero no quiero aburrir a nadie. Por eso lo mejor es que os dejéis llevar por la cantarella mágica de esta mujer de armas tomar, que ha demostrado su enorme olfato y un conocimiento musical adquirido en su labor como locutora y Dj de uno de los programas de radio más prestigiosos dedicado a la Americana Music en la emisora Sirius XM. Un curro que le ha ayudado a bascular un álbum con temas de diferentes texturas que van del country-rock, al power-pop pasando por la balada country y el lazo sonoro rotundo del rock americano.