Hey u x

Sin duda, una de las canciones del 2020 va a ser “Supalonely”, el hit de BENEE junto a Gus Dapperton que, a pesar de haber sido publicada en diciembre de 2019, lo petó durante la cuarentena gracias a TikTok. Con más de medio planeta confinado en casa y sin nada mejor que hacer que reproducir vídeos y canciones virales, el tema comenzó a acumular cifras escandalosas en pocas semanas, alcanzando ahora mismo la friolera de más de 460 millones de reproducciones en Spotify. Mientras tanto, la jovencísima Stella Rose Bennett se encontraba ultimando los detalles de su álbum debut, seguramente perpleja por lo ocurrido. Ahora ya tenemos entre manos, por fin, “Hey u x”, el primer disco de BENEE con el que la artista neozelandesa se enfrenta a su mayor reto hasta la fecha: demostrar que no es una “one-hit wonder”.

Y para ello, BENEE no se ha andado con chiquitas. Ha reunido 13 nuevas canciones con colaboraciones de la talla de Grimes, Lily Allen, Kenny Beats o Mallrat, entre otros. Se nota que la artista y su equipo se han esforzado por crear un universo propio que la distinga del gran aluvión de artistas pop procedentes de la generación Z que ha aparecido en los últimos años, y temas bien producidos como “Happen To Me”, “Kool” o “Night Garden” lo demuestran. Pero “Hey u x”, en líneas generales, podría ser el resultado de mezclar las propuestas de Lorde (con la que, por cierto, comparte origen) y Clairo, por lo que de primeras no impresiona a nivel sonoro.

Sin embargo, si algo sí sorprende de BENEE como artista es su talento sobre el escenario. Solo hace falta ver un par de actuaciones suyas en directo en YouTube para comprobar que detrás de una joven de tan solo 20 años se encuentran una gran voz y, sobre todo, una admirable presencia escénica muy poco común entre sus coetáneos. Un as bajo la manga que puede abrirle muchas puertas una vez comiencen de nuevo los conciertos.

Dicho todo esto, ahora la misión de BENEE no es la de demostrar que es capaz de producir temas con el mismo gancho que “Supalonely”, sino otra quizá más complicada aún: la de escapar de ser la típica artista que encaja perfectamente en una playlist relajante para poner de fondo en casa, pero a la que no te paras a escuchar en profundidad si no te recomiendan.