La legendaria banda de Boston, capitaneada por el indómito John Felice, volvió ayer por Euskadi después de su última actuación en el Irun Zuzenean del pasado verano.
La sala Satélite T de Bilbao albergó tan magno acontecimiento y aunque hubiera más de uno que fuera con la duda y/o miedo de lo que pudiera encontrarse, la verdad es que Felice y su banda no defraudaron al personal que se acercó hasta Deusto, sino más bien todo lo contario. Y es que a pesar de que el paso del tiempo no ha sido benévolo con Felice (físicamente el hombre seguro que ha visto tiempos mejores), él sigue conservando su carisma y voz sobre el escenario. Con Billy Cole, su lugarteniente sobre los escenarios desde hace más de 30 años, a la guitarra, Dickie Oakes al bajo y Jimmy Birmingham a la batería, el bostoniano dio un buen repaso a su ,paradójicamente, corta pero longeva carrera.
Abriendo con la píldora anfetamínica de "Better be good" y sosteniendo un ritmo imparable que duró hasta el final de la actuación, pudimos degustar trallazos como "Hot dog", "Shake out of control", la emblemática "My baby’s book", "all night boppin’", esa maravilla velvetiana llamada "Just like Darts", la bestial "Reggae reggae", "Let me convince you", "Solid gold" o "Wrong about you" fueron destiladas con grandeza, clase y energía.
Y todo esto con el buen número de fans que se congregaron junto al escenario para no parar de mover el esqueleto durante toda la actuación. Y como no, para finalizar no podía faltar el himno por antonomasia del grupo, "All kindsa girls". La canción puso el broche a una gran noche y a un gran concierto, que aunque breve, dos veces bueno.
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