Pete And The Pirates, indie pop tabernario

Pete And The Pirates son el
grupo de indie pop británico más infravalorado del momento. Así de claro. Esa
es la única manera de justificar que apenas cien personas se acercaran ayer a
verlos a la sala
Rocksound de Barcelona. Tienen un solo disco, pero vale un
Potosí, y, hace unos meses, sacaron un single con dos caras A que era pura
dinamita. Tiene madera, se defienden más que bien en directo y poseen canciones
gigantes de indie pop raca raca para
llegar a una audiencia mayor. Pero nada, no hay manera de que tengan sus quince
minutos de gloria. En fin, una lástima. Y bien, Pete And The Pirates, ajenos a
todo eso, entregaron ayer en Barcelona un concierto excelente que acabó en una
verdadera fiesta de estribillos pop sonados y de coros cerveceros de aliento british. Los de Reading, conscientes de
que la mejor manera de hacernos felices era tirar de todos sus hits y hacer gala
de un sano espíritu tabernario (eso es, de jarra de cerveza en lo alto y
berreando todas las canciones como si fuera el fin del mundo) que emparentan el
indie rock americano de los noventa con el C-86 de guitarras crujientes, nos
hicieron olvidar todos nuestros problemas durante la hora y poco que tocaron. Los himnos vitales más coreados fueron “Come On Feet”, “She Doesn't
Belong To Me”, “Knots”, “Mr Understanding”, “Jennifer” y “Blood Gets Thin”. También
dejaron caer canciones de su esperado nuevo disco, y la verdad es que prometen
y mucho.