“Es peligroso que los jóvenes se acerquen al rap desde el prisma del éxito”
Entrevistas / Sharif

“Es peligroso que los jóvenes se acerquen al rap desde el prisma del éxito”

Alejandro Caballero Serrano — 28-12-2021
Fotografía — Archivo

Sharif es uno de los grandes referentes del rap nacional de la última década y media. Después de lanzar Pyramo, su disco colaborativo junto a MXRGXN, publica De inmensidades (Guspira Records, 21), su quinto álbum en solitario. Charlamos con él sobre este nuevo trabajo, la pandemia y, cómo no, de rap.

Después de dos años regresas con “De inmensidades”, tu nuevo álbum de estudio tras “Pyramo”. Pero han tenido que pasar cuatro años para que vuelvas a publicar un disco en solitario. ¿Cómo ha ido creciendo este disco durante este tiempo? ¿Tenías algunos temas ya creados o todo fue post-Pyramo?
Pues todo ha sido post-“Pyramo”, a excepción de “Lluevo”, el primer single que saqué. No me gusta decirlo porque la gente ve lo huraño que soy con las letras, pero de este tema tenía la letra escrita antes de “Pyramo” y todo lo demás ha venido después.

"A mí me ha pasado con todos los discos, lo termino porque me pongo una fecha para acabarlo, sino daría muchas vueltas al disco, cambiaría cosas, corregiría varias palabras o silabas"…

Lo que sí que hemos podido ver en tus redes sociales es que llevas promocionando tu álbum varios meses y no tenías claro cuantos temas podían caber en él. ¿En qué momento lo das por acabado?
En el momento en el que me pongo una fecha para sacarlo, ahí decido los temas que va a tener porque ya veo que no tiene sentido meter más. A mí me ha pasado con todos los discos, lo termino porque me pongo una fecha para acabarlo, sino daría muchas vueltas al disco, cambiaría cosas, corregiría varias palabras o silabas… Entonces, las fechas limites son muy importantes para mí porque me sirven para concretar, si no nunca pararía de darle forma a las canciones. En este disco me propuse un modelo de negocio que no había hecho hasta ahora, el de ir sacando singles. Es una manera muy cómoda de hacer música, pero muy peligrosa para hacer un disco, porque solo te preocupas del single siguiente y no del conjunto de canciones en total. Hubo un momento en que dijimos que había que ponerle una fecha al disco ya que no paraba de crecer y había que definirlo. Si hubiera tardado más en sacarlo, hubiera incluido dos o tres canciones más todavía.

De inmensidades” es un álbum en el que como tú mismo has dicho le has puesto mucho amor y mimo. Está descrito como “un camino que va directo al infinito universo que tenemos dentro”, pero ¿qué es “De inmensidades”?
Es un catálogo de emociones, de pensamientos, de reflexiones, de experiencias, empaquetadas con las mejores ropas que he sabido fabricar. Con mis manos, con las del Gordo del Funk y la ayuda de mi hombre, Jorge. Este disco se puede explicar como una continuación lógica de todos mis discos, en cuanto a lirica, y en lo musical me he intentado incluir todo lo que aprendí en el camino de “Pyramo”. No es un disco tan arriesgado, se parece más a mis anteriores trabajos, pero he intentado arriesgarme un poco más en el tema musical.

Siempre has estado muy vinculado a Latinoamérica, pero en este disco parece que todavía más. Colaboras con artistas latinos como Karen Méndez o Neto Peña e incluyes esos cuatro skits de distintos países. ¿Qué es aquello que ha aportado Latinoamérica a tu música?
En todos los discos me gusta cuidar los intermedios y este es un pequeño guiño que hago a Latinoamérica. No le veía mucho sentido hacer un interludio sobre España, porque me parecía muy obvio siendo mi país y el lugar en el que he crecido y vivo. Lo que me ocurre con Latinoamérica es que cuando fui la primera vez a México a cantar me pareció una locura sentir que mi música era capaz de alcanzar a personas tan lejanas y es como un sueño hecho realidad. Y a partir de ahí se extrapola a Colombia, Chile, Argentina, Perú… y te vuela la cabeza sentir que algo que he hecho en mi casa, en mi barrio obrero de Zaragoza, lo escuchan a miles de kilómetros y pagan por venir a verme. Han pasado más de diez años desde entonces, pero hoy en día noto que la música urbana latinoamericana ha crecido de una manera rápida y con mucha calidad, hasta el punto de que puede mirar a los ojos a la música urbana española, si no nos superan. Entonces hago esto como muestra de respeto y admiración por lo que están haciendo ahora y como una fraternidad porque nos amamos mutuamente y es una manera de fortalecer esa relación.

“De inmensidades” es un disco de rap muy variado donde colaboras con muchos y distintos artistas desde Juanito Makandé a La Sra Tomasa, Charles Ans o Her Ex. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos? ¿Cuál de ellos te sorprendió más a la hora de trabajar?
Un poquito todos, sobre todo por lo fácil que ha sido trabajar con ellos. Cuando busco colaborar con alguien es porque algo sé de ellos o los conozco o de una manera u otra admiro. Me ha encantado trabajar con Charles Ans, también con Karen Méndez… De hecho, este tema casi se cae porque ella tenía mucho curro, pero los dos teníamos ganas de sacarla y un día en el estudio se me ocurrió un estribillo y se la envíe y le moló. Estábamos a punto de desecharla, pero decidimos esperarla y al final mandó su parte y quedó increíble. Con Neto Peña también ha sido muy guay. También Nano, un cantante de mi barrio al que no hemos incluido en los créditos pero que me ha ayudado mucho y que ha sido gloria meterlo en el estudio. Me siento muy privilegiado de que la gente a la que llamo me responde.

¿Y cuál ha sido la canción que más se te ha resistido al hacer el disco? Quizás la colaboración con Karen por todo lo que me has contado…
No, no, la de Karen solo me costó porque ella tenía mucho trabajo, yo se la pasé ya terminada por mi parte. Me costó escribir “En carne viva”, porque tenía pensada hacerla sobre otro ritmo y de repente Gordo del Funk consiguió hacerme ese ritmo, que me encantó, y tuve que adaptarla. Hubo que trabajarla un poco más, pero tampoco me costó mucho la verdad.

En un mundo donde cada vez es más habitual lanzar álbumes cortos, sigues con la tónica de alargarte hasta las quince canciones. ¿Qué es lo que te lleva a seguir haciéndolo así a pesar de la tendencia actual?
Ya he cambiado el modelo de negocio con los singles porque quería tantear como se siente publicar un álbum así, pero también quería sacarlo como lo sacaba antes. Creo que se está perdiendo algo del formato disco, porque todas las plataformas premian los singles, la inmediatez, pero es que un disco es un concepto, te permite desarrollarlo y profundizarlo más. El modelo de singles ya me permitía experimentar lo nuevo y a la vez quería seguir poder publicando quince canciones. Aunque, siendo honesto, si saco nueve singles, no me puedo permitir que el disco tenga diez canciones.

"Hoy en día, ¿qué es el rap? Pues no sé decírtelo. Hay tantos estilos y tantas cosas, que, si consigues emocionarme, como sea, me va a parecer legitimo".

Hace ya unos años que diste también el salto literario. Lanzaste “Lo vívido vivido” (Arscesis, 16) y “Canciones de amor y de amor” (Arscesis, 18). ¿Cómo fue la experiencia de pasarte al papel?
Fue muy natural, cómoda e intuitiva. Mi editor es Rafael Lechowski, uno de los mejores raperos, si no el mejor, y encima muy buen amigo mío. Es un rapero al que admiro, un amigo al que quiero y un editor aventurero. Fue una aventura muy honesta y equitativa. Para mí fue muy fácil, porque conozco los entresijos de la escritura y encima ahí no existe la dictadura del ritmo, es más fácil escribir. Yo me puedo ir un fin de semana con mi novia y volver con diez poemas escritos sin problema. Es fácil para mí.

¿Tienes más proyectos literarios en mente?
Sí, después de leer “Búnker” (Blackie Books, 20), el libro de Toteking, me han surgido todavía más inquietudes. Yo me gradúe en Ingeniería Técnica e Informática, pero tenía muchas inquietudes literarias y también me gradué en Filología Hispánica. Y me gustaría escribir un libro de relatos. Me da pavor, lo veo difícil, pero a la vez pienso que algún día lo hare. Aunque no prometo que la calidad sea increíble [ríe]. Pero me encantaría poder hacerlo, ya que para mí me supone todo un reto narrar.

Sin duda, eres uno de los grandes referentes del rap en español. Tus más de quince años de carrera y tus siete discos te abalan. Desde tu posición, ¿cómo ves la actualidad del rap en España?
Intento ser justo e imparcial en mi juicio. Me parece cojonudo todo el crecimiento que ha tenido y la relevancia y el primer plano que tiene hoy en la juventud. Hay algo que me gusta y que me asusta. Me gusta que cada vez seamos más, que se ha normalizado, ha pasado a ser algo frecuente escuchar rap, cuando antes eso era de bicho raro. Pero me asusta que los jóvenes que hoy en día se acercan al rap o a la música urbana tienen como referentes a artistas que tienen éxito. Hablo de C. Tangana (al que respeto y admiro muchísimo), de Rels B, de Kase. O, de Natos y Waor, de mí mismo… Son artistas que tienen éxito (y más que yo), pero es peligroso que los chavales jóvenes se acerquen al rap desde el prisma del éxito. En mi generación nos acercábamos por amor, por buscar una identidad, por lograr nuestro sitio en el mundo, algo más puro. Solo nos acercábamos al rap porque era la puta polla y nos hacía sentir bien, nunca nos imaginábamos que de esto se pudiera sacar dinero porque nadie lo hacía. Pero ahora los chavales ven que, por ejemplo, C. Tangana gana mucho dinero y no piensan que lo que él hace es arte, ven sobre todo el dinero. Ya que la sociedad y la industria se ocupa de que solo se vea eso, los coches, las joyas, el dinero y el blin blin. Y eso es lo que me asusta, que los jóvenes pierdan la perspectiva, pero a la vez es el riesgo del capitalismo. El rap no tiene la culpa.

¿Qué opinas de ese eterno debate de que si no tienes solo una base y sueltas unas barras no eres rapero, del “tú antes hacías rap, pero ahora ya no”?
Yo ya estoy por encima del bien y del mal, con lo que me sudan la polla muchas cosas. Pero he vivido a la sombra de ese discurso mucho tiempo, incluso hoy en día tengo viejos colegas que escuchan lo que hago hoy y noto el reproche en su mirada. Lo que creo es que las canciones tienen que emocionar y transmitir algo y si consigues hacer eso la manera en la que lo haces a mí no me importa. Creo que el rap tiene una serie de cánones, pero a la vez, una de las cosas   que mola es llevarlos al límite y fusionarlos y mezclarlos. Hoy en día, ¿qué es el rap? Pues no sé decírtelo. Hay tantos estilos y tantas cosas, que, si consigues emocionarme, como sea, me va a parecer legitimo.

"Tengo cuarenta palos y no sé cuánto me va a durar el negocio de la música y la fidelidad de los fans y quiero aprovecharlo al máximo"

Por desgracia, hemos visto como la gira de “Pyramo” se tenía que cancelar por culpa de la situación sanitaria, pero, aparte del tema de los conciertos, ¿cómo ha afectado la pandemia a Sharif?
Pues ha habido dos partes. Una de ellas es que a los artistas nos encanta subirnos al escenario y no hemos podido hacerlo. Pero una de las cosas preciosas que tiene el rap es que yo hago canciones en mi casa. Me voy al estudio para acabarlas, pero me envían un ritmo en el ordenador y me voy a mi cuarto a sentarme a escribir una canción y de ahí salen. Es maravilloso poder crear de esta manera, así que imagínate estar un año entero encerrado en casa. Lo utilicé en mi favor para crear la mayoría de las canciones de este nuevo disco.

Después del lanzamiento del disco, gira… ¿Cuál es el futuro de Sharif? ¿Tiene fecha de caducidad el Sharif artista?
Tengo pendientes bastantes proyectos. Me gustaría hacer un EP de cuatro o cinco temas con Rafael Lechowski. También me gustaría hacer algo parecido con mi hermano Rapsusklei, porque llevamos caminos diferentes… en lo musical, en lo personal somos familia. Ahora me voy a México un mes y me quiero venir con canciones, colaboraciones, videoclips… y una vez vuelva con eso a ver qué hago, si hago otro EP o las publico como singles… Y eso es lo que tengo a más corto plazo. Y, de forma paralela, quiero seguir sacando singles. Tengo cuarenta palos y no sé cuánto me va a durar el negocio de la música y la fidelidad de los fans y quiero aprovecharlo al máximo. Así que voy a trabajar bastante.

Ronda Rápida

Un artista nacional: Robe Iniesta
Un artista internacional: Jordan Rakei
Un disco para escuchar en el coche: “19 días y 500 noches” de Joaquín Sabina
Un disco que todo el mundo debería escuchar: “Mayéutica” de Robe Iniesta
Una canción para llorar: “Moraito como un lirio” de Camarón de la Isla
Una canción para bailar: Cualquiera del primer disco de Bad Bunny
Colaboración soñada: Héctor Lavoe
Tu canción favorita: “Dorian Gray” o “La aduana de crecer”
Un lugar para escuchar tu música: Viajando solo en el coche, vayas donde vayas
Descríbete en una palabra: Tenaz

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.