"Soy un poco hipocondríaco pero la muerte siempre me ha sudado la polla"
Entrevistas / Toteking

"Soy un poco hipocondríaco pero la muerte siempre me ha sudado la polla"

Oriol Rodríguez — 23-03-2020
Fotografía — Archivo

Figura fundamental para cartografiar el mapa del hip hop estatal, Toteking acaba de debutar en el mundo de la literatura con “Búnker. Memorias de encierro, rimas y tiburones blancos” (Blackie Books, 20). Apadrinado por Enrique Vila-Matas, el rimador sevillano plasma sobre papel un muy notable inventario de su recorrido vital.

“Búnker. Memorias de encierro, rimas y tiburones blancos”... ¡Joder, el título no podía ser más apropiado para estas semanas de confinamiento!
(Risas) ¡Joder, no me había dado cuenta! ¡Ahora mismo se lo comento a la gente de Blackie Books para que lo utilice en la campaña de promoción!

Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Ignoro cómo llevas los dos primeros, pero acabas de cumplir con el más difícil de los tres objetivos vitales que debe realizar todo el mundo para que su vida haya tenido sentido.
Te lo digo sinceramente, sin querer que estas palabras se entiendan como una extensión del ego rapero. Aunque yo sé jugar a ese juego, para nada lo es. Esta vez creo de corazón que el libro está guapo. Es un ejercicio de honestidad y de estilo. Creo que combina ambas cosas. Seguí el buen consejo que me dio mi amigo Vila-Matas.

Un personaje muy importante en tu incursión en el mundo de la literatura.
Haciendo la promo en Barcelona estuve con él y por fin me reveló la cita que aparece en el libro. Desde que nos conocimos, nos hemos intercambiado más de doscientos correos electrónicos y no encontraba el mail en el que me había escrito por primera vez la cita.

La cita que, justamente, te animó a escribir.
Ahora me la ha recordado. De hecho, cuando coincidimos, me la trajo escrita. Es de Hemingway. Súper bonita.

Tanto citar la cita... ¡Recuérdanosla!
(Risas) Dice algo así como: “Siempre has escrito antes y también escribirás ahora. Todo lo que tienes que hacer es escribir una oración verdadera. Escribe la oración más verdadera que sepas… y luego continua desde allí”. Ese fue el consejo que me dio y que yo seguí. En el libro hay dos motores muy importantes, que además comparten universos similares: mi padre y Enrique Vila-Matas. Mi padre fue el que me enseño a amar la literatura a través de pequeños juegos: "¿Quieres unas Jordan? Pues léete “Pedro Páramo” de Juan Rulfo. ¿Quieres veinte pavos para salir a la calle? Antes léete el Babelia". Mi padre era muy guay. Supo acercarme de una manera muy inteligente, sin ningún tipo de exigencia ni adoctrinamiento, a la literatura. Sin agobiarme.

El libro es tu particular homenaje a tu padre.
En cierto modo sí. Es la columna vertebral del libro. Él y toda mi familia. Mi madre y su colección de vinilos ha sido súper importante en un mi educación. Algo que he reivindicado siempre que he podido: yo escucho música gracias a los vinilos de mi madre. Pero sí que es cierto que con mi padre tenía más contacto porque, a parte de compartir el amor por la literatura, también era el entrenador del equipo de baloncesto en el que jugaba. Si no estábamos en casa estábamos entrenando. Estaba todos los días a todas horas con él. Teníamos una relación muy guapa.

Hablabas de honestidad y este es un libro en el que te desnudas completamente. No debe ser fácil llegar a este grado de sinceridad contigo mismo y con él lector.
Tuve un par de episodios de dudas, de esos que te asaltan cuando te pasas mucho tiempo en casa leyendo y escribiendo sin apenas pisar la calle: "¿Me estaré sincerando demasiado?". Se me acababan pasando tan rápido como abría la puerta y salía a la calle a dar un paseo y acercarme al gimnasio. Catorce minutos de ida y catorce de vuelta más la hora que me pasaba pegándole al saco. Es muy importante tomar distancia de las letras, el ordenador y el micro durante un rato. En esos momentos fuera de casa me acordaba del consejo de Vila-Matas a través de la cita de Hemingway.

La sinceridad en lo que escribes.
El libro tiene unas doscientas treinta páginas, pero yo le entregué a la editorial unas quinientas o seiscientas. Todo lo que acabamos desestimando eran experimentaciones que resultaban impostadas y forzadas. Sin embargo, cuando era capaz de hablar de mi padre, de mi madre, de mi hermano, de mi hermana... era mucho más bonito y, sí, sincero.

Los paseos también son una constante en el libro.
Sí. Son muy importantes para mí, los paseos. Y ahora he entendido que también lo son para los escritores. Algo que descubrí, nuevamente, a través de Vila-Matas. Enrique siempre habla de los paseos que se da por Barna. Hablando de ello, en un correo me recomendó un libro, “Caminar”, de William Hazlitt y Robert Louis Stevenson (Nórdica, 15). Un libro en el que estos dos grandes de la literatura universal de todos los tiempos hablan de como el pasear les influía en su literatura. Para mí el caminar es fundamental. Muchas veces paseando voy apuntando cosas. A veces simples charlas que escucho mientras ando.

¿Qué libro te inculcó la pasión por la literatura?
Mi padre me recomendaba muchos libros pero yo difícilmente los acababa. Hacía el paripé, como que los leía para que él estuviera contento. Hasta que uno me caló en lo más hondo. Fue, ya lo he citado antes, “Pedro Páramo” de Juan Rulfo. Eso fue increíble. Ahí había algo, no era el mero capricho de mi padre. Me emocionó. De la misma manera que también intuí que todo ese mundo de letras me iría muy bien para el rap y para mi cabeza, para descubrirme a mí mismo y conocerme mejor. Desde ese libro no he parado.

"Mi padre fue el que me enseño a amar la literatura a través de pequeños juegos: “¿Quieres unas Jordan? Pues léete “Pedro Páramo” de Juan Rulfo"

¿Qué estás leyendo ahora?
“The Game” (Anagrama, 19), el último libro de Alessandro Baricco. Me lo regalaron en la Fundación Telefónica el día de la presentación en Madrid con Quique Peinado. Es una pasada. Un ensayo fascinante sobre de la irrupción de Internet, las nuevas tecnologías y la revolución digital.

¿Cómo disfrutas más leyendo o escribiendo?
Leyendo, mucho más. Es algo que vengo haciendo desde entonces. Desde que descubrí “Pedro Páramo”. Más tarde estudié filología inglesa y también tenía que leer mucho. Lecturas que compaginaba con mis propias lecturas. Y cuando salía de gira, también leía muchísimo en la furgoneta. Siempre voy con libros a todos lados. Leer me da paz y me da calma. Cuando mi padre enfermó y supimos que la situación era irreversible, solo pude concentrarme leyendo. No podía grabar temas nuevos pero podía leer. Leer es una adicción, una obsesión.

En el libro hablas del miedo a la hoja en blanco y cómo siempre has buscado mil excusas para no entrar en el estudio a grabar. ¿Te ha pasado lo mismo con “Búnker”? ¿Te costó empezar con el proceso de escritura?
¡No! La sensación era como si hubiera vuelto al año 2000 y estuviera grabando "Duermen", mi primer single en solitario. Me he sentido como renacido. Soy un poco hipocondríaco pero la muerte siempre me ha sudado la polla. Siempre he pensado que si me voy, me voy. Ahora me gustaría quedarme un poco más para poderme dedicarme más a esto. Nunca me ha gustado madrugar, pero estos dos años que me he pasado escribiendo el libro a las nueve de la mañana ya estaba en planta escribiendo.

¿Hay algún paralelismo entre escribir un libro y un tema? El primer capítulo del libro parece una extensión de tus letras.
La idea era esa, que el primer capítulo fuese como una especie de puente entre mi faceta como rapero y esta nueva etapa escribiendo. El primer capítulo se titula "Odio" y uno de los últimos "Amor y odio viven en el mismo bloque", que es como una especie de conclusión a todo este proceso. Mucha gente se ha sorprendido.

¿Por qué?
La gente siempre espera lo peor o lo menos de ti. Aunque sabían que leo compulsivamente desde chico, por el hecho de hacer rap presuponían que no sabría escribir. Contrariamente, el libro tiene cierta profundidad. Y la verdad es que yo también me he sorprendido. No te voy a engañar: me gusta mi libro.

El libro también tiene algo de enciclopédico, con constantes citas a tus referencias e influencias culturales.
Y en esto también hay mucho de Vila-Matas. Hicimos una entrevista conjunta y me dijo una cosa preciosa, que le gustaba la literatura porque le permitía entrar en la conciencia de otra persona. Y es así. Tal cual. Cuando lees un libro entras en la puta conciencia del escritor.

Y en tu caso, con un libro como “Búnker”, aún más.
Totalmente. Soy un tipo que nunca ha tenido presencia en las redes sociales. Hasta ahora, de mí solo se sabía lo que explicaba en las entrevistas: que me gusta Black Sabbath, que de chico era heavy... Pero nunca he colgado una foto en Instagram con un plato de comida, por ejemplo. Con “Búnker” todo ha cambiado. Ahora la gente puede hacerse una idea mucho más detallada de quién soy.

También es un ejercicio de búsqueda de ti mismo.
Es un viaje. Lo que rompe todo es la muerte de mi padre. A partir de ahí inicio un viaje a mis recuerdos. Ese fue el momento en que puse todo en perspectiva y eché la vista atrás: se había ido mi padre, pero mañana me podía ir yo.

Es una biografía poco convencional, porque no sigue una línea cronológica y también hay momentos en los que se asemeja a un dietario.
Es un formato híbrido, sí. Huí a toda costa de los convencionalismos. No quería hacer un libro que pudiera hacer toda persona más o menos conocida o popular valiéndose del simple hecho de serlo. Para conseguirlo intenté que en todo momento pareciera que se trataba de un relato de ficción en el que pudiéramos eliminar el nombre de Tote y substituirlo por Daniel, Miguel, Marcos, Roberto o José.

"No quería hacer un libro que pudiera hacer toda persona más o menos conocida o popular valiéndose del simple hecho de serlo"

Es un relato algo tarantiniano, en el que no puedes hacerte un retrato global de la historia hasta que lo has acabado.
Exacto. Ahí es donde ha entrado Blackie Books y Jan en su tarea como editor. Él ha hecho un gran trabajo ayudándome a ordenar los textos.
Un libro que gustará a tus fans pero que también interesará a todo aquel con un mínimo de interés e inquietud cultural.
Justamente eso era lo que perseguía. Sin querer sonar pedante, tenía ganas de que el libro cayera en manos de gente que no ha escuchado una canción de rap en su vida.

¿Estás trabajando ya en nuevas historias o ahora vas a centrarte en tu carrera musical?
Afortunadamente he encontrado el ritmo que me permite compatibilizar ambas cosas. De hecho, he estado escribiendo nuevas canciones a medida que iba escribiendo el libro. Ambos procesos han ido en paralelo y van a seguir yendo así. Escribir el libro no ha hecho que me olvide de la música. Ni mucho menos. Es más, tengo ocho canciones nuevas que de alguna manera remiten al libro. Ahora las estoy mezclando y masterizando. La idea es publicar el primer single con su correspondiente vídeo de aquí a un mes y que el disco salga en 2021.

¿Y el segundo libro?
No sé cuándo lo escribiré pero tengo varias ideas. A lo mejor ahora tiro por la ficción.

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