"Íbamos al instituto escuchando a Snoop Dogg, que tengamos canciones con él es surrealista"
Entrevistas / Hypnotic Brass Ensemble

"Íbamos al instituto escuchando a Snoop Dogg, que tengamos canciones con él es surrealista"

Adrián Lerma — 25-05-2021
Fotografía — Archivo

Hypnotic Brass Ensemble es una de las bandas de jazz más icónicas del panorama americano y mundial. Con más de veinte años a sus espaldas, resulta inevitable echar la vista atrás a sus trece discos y a algunas de sus colaboraciones con artistas de la talla de Prince y Gorillaz.

Y todo esto siendo un grupo formado por hermanos alrededor de la figura de su padre, Phil Cohran –que, además, hacía las veces de profesor musical y mentor–, de quien obtuvieron todo el apoyo para formar una banda que ha actuado en los cinco continentes de la mano de los más grandes.

Un currículum impresionante que les ha jalonado ser una banda respetada desde todos los géneros musicales. En MondoSonoro hemos podido hablar con ellos de su trayectoria, pero también de la situación de la escena jazz en Estados Unidos y de cómo están viviendo los últimos acontecimientos al otro lado del charco. El año pasado publicaron su último trabajo hasta la fecha, “Bad Boys Of Jazz” (Pheelco Records, 20), y acaban de publicar un single, “Soon It Will Be Fire”, con la voz invitada de Moses Sumney.

Más de veinte años sobre los escenarios de medio mundo, más de una docena de discos. ¿Cómo lo hacéis para mantener la ilusión? ¿Nunca os habéis planteado dejarlo todo?
Bueno, la actitud es uno de los sellos de Hypnotic Brass Ensemble. Una de las cosas que más nos diferencia de otras bandas es tener una puesta en escena muy hip-hop. Nosotros tenemos una personalidad colectiva que nace de nuestra música. Pero, respondiendo a tu pregunta, sí que lo hemos pensado [risas]. Hemos pensado y hemos hablado durante años sobre dejar los escenarios, hacer giras por todo el mundo es caro y muy agotador, pero nunca lo hemos hecho. Es nuestro legado y lo que heredarán nuestros hijos. Eso es lo que nos hace continuar.

“Bad Boys Of Jazz” (“Los chicos malos del jazz”) como título de álbum suena genial. Pero no parece muy difícil ser el chico malo en un género como el jazz, ¿o sí? ¿Hay chicos más malos?
Me resulta divertido que me digas eso porque el jazz empezó siendo una forma de expresión artística de esos chicos malos, esos chicos con problemas que no se conformaban y que luchaban por salirse de lo establecido. Pero ahora el jazz es solo conformismo, una formula y un pensamiento lineal. Así que no, no es difícil ser un chico malo en el jazz actualmente, es muy fácil serlo porque han echado a los verdaderos chicos malos de la industria. Antes era habitual que te dijeran de un grupo de jazz que era difícil trabajar con ellos, que solo querían tocar su música porque eran conscientes de lo que valían, pero eso no tiene nada que ver con el jazz de hoy. Ahora se enseña en las universidades y muchos de los artistas de jazz preferidos vienen de ahí. Así que a HBE se le conoce como los chicos malos del jazz porque no podemos hacer otra cosa que personificar esos rasgos en la actualidad. También hay muchos chicos malos en todos los géneros musicales y trabajamos con ellos sobre esa base. Si te fijas en la lista de nuestras colaboraciones, Prince fue nuestro top y pudimos trabajar con él con la condición de ser como éramos.

"Antes era habitual que te dijeran de un grupo de jazz que era difícil trabajar con ellos, que solo querían tocar su música porque eran conscientes de lo que valían, pero eso no tiene nada que ver con el jazz de hoy. Ahora se enseña en las universidades y muchos de los artistas de jazz preferidos vienen de ahí"

La figura de vuestro padre, Phil, es muy importante para entender la historia de Hypnotic Brass Ensemble. ¿Cómo os influyó su figura para formar el grupo?
La filosofía de vida de nuestro padre es la que hemos heredado y la que nos ha llevado hasta lo que hoy es la banda. Valores como tener el control de nuestro destino, tanto social como financiero, de ser una familia y una comunidad y sortear obstáculos unidos. Todo esto lo aprendimos desde pequeños y nos sirvió para sobrevivir a las calles de Chicago primero y para formar una banda después. El hecho de escribir e interpretar nuestra propia música, o de centrar nuestros conciertos en las melodías más enérgicas… Todos esos avances y los ajustes los aprendimos de nuestro legendario padre y maestro Phil Cohran. Así que sí, él nos influyó mucho en lo que la banda es hoy, más allá de ser nuestro primer profesor de música. Podría decir que Hypnotic Brass Ensemble es la versión 2.0 del Phil Cohran’s Artistic Heritage Ensemble, la versión joven.

Pese a que se os define como una banda de jazz. ¿Qué otros géneros influencian vuestra música?
Ese es un aspecto muy importante de Hypnotic Brass Ensemble. Nuestra filosofía se centra en que toda la creatividad del soul es el jazz, así que nos resulta fácil mirar hacia el hip hop (nuestra mayor influencia musical), pero también al reggae y al rock and roll. Crecimos aprendiendo con música clásica (Bach y Beethoven) y también a grandes bandas del jazz (Duke Ellington, Count Basie), pero cuando podíamos escuchábamos soul y R&B (Isley Bros, Stevie Wonder, Michael Jackson, Earth Wind And Fire) y más tarde seguimos rapeando con los casettes de otros como NWA y A Tribe Called Quest. También de niños tuvimos una época en la que escuchábamos rock de los ochenta y principios de los noventa e Hypnotic terminamos por incluir todas esas influencias en nuestras actuaciones. La música house también, de algún modo, fue otra influencia porque era lo que sonaba en las fiestas en Chicago. El DJ no pinchaba la música de la radio, sino que lo hacía con sus propias mezclas para que la gente bailara, y por eso nosotros lo incluimos en nuestros shows siempre que podemos. La música africana es otra influencia que, seguramente, muchos fans no hayan apreciado, que va desde las percusiones africanas más primitivas hasta las interpretaciones modernas a través de la obra de Fela Kuti y Tony Allen.

"Hay artistas y movimientos que ahora se presentan como el origen de esta cultura para hacerse valer algún tipo de autenticidad"

De algún modo, vosotros también venís de esa cultura hip hop de los ochenta que hervía en las grandes ciudades en Estados Unidos. ¿Qué queda de aquella cultura, de aquel boom que revolucionó la música?
Lo que queda de aquella época son unos cuantos MC’s de hip hop y Dj’s de house que, junto con activistas veteranos, mantienen una comunidad muy unida entre sí para apoyar al movimiento. Sin embargo, es complicado encontrarlos desde fuera porque han sido invadidos por el pop más mainstream y han sido redefinidos por grandes sellos. Así que, bueno, hay artistas y movimientos que ahora se presentan como el origen de esta cultura para hacerse valer algún tipo de autenticidad, pero los artistas que realmente continúan ese movimiento lo hacen dentro del underground o a un nivel local.

Además del jazz, ¿qué otros géneros escucháis? ¿Hay algún grupo que escuchéis en especial?
Cada uno de nosotros tiene sus propios gustos musicales que van desde artistas modernos como J. Cole y Tupac Shakur hasta otros más clásicos como Sam Cooke o Bobby Womack. Últimamente he estado escuchando a Lee Fields & The Expressions (uno de los mejores discos de soul de los 2000) y el último álbum de Nas. La californiana Aankha Neal tiene algo que la hace original. Skyzoo es un MC de Brooklyn del estilo de JayZ que también nos gusta mucho. El último trabajo de Masta Ace es increíble y Anderson .Paak ha estado lanzando música muy guay. Y no puedo olvidar a Kamasi Washington. Todo lo que saca nos lo ponemos en bucle.

Hay una frase en español que dice “dime con quién andas y te diré quién eres”. Realmente, vosotros habéis trabajado con lo mejor de cada género: Snoop Dog, Prince o Gorillaz. ¿Cómo es trabajar con gente de esta talla y tan diferente entre sí?
Para nosotros es muy gratificante trabajar con tantos iconos de la música. O sea, íbamos al instituto escuchando a Snoop Dogg y que ahora tengamos canciones con él es surrealista. Nos encantaban Wu-Tang Clan y el hecho de haber hecho un par de canciones con ellos y haber sido los encargados de telonear su show en Londres fue un sueño cumplido. Hemos trabajado duro para ganarnos nuestro sitio y que leyendas así nos pidan trabajar con ellos nos hace saber que algo estaremos haciendo bien, que todos los momentos duros han valido la pena y que no hay ningún sitio al que nuestra música no pueda llevarnos. Escuchamos la radio, vemos películas y poder reconocer a gente con la que has trabajado es muy reconfortante.

En 2018 visitasteis España en una gira que os llevó por siete ciudades. ¿Cómo fue la acogida?
Hemos actuado en España desde 2009 y siempre ha sido como una explosión porque, realmente, el jazz no es un género demasiado popular entre el público joven, pero nosotros como banda podemos decir que hemos llenado los recintos donde hemos tocado. De hecho, el público español tiene fama de duro entre los músicos y de que, si eres malo, te lo van a hacer saber. Además, en España hay una especie de rebelión contra lo establecido que encaja muy bien con la filosofía de Hypnotic Brass Ensemble en el sentido de que nosotros también hacemos música rebelde. Nuestro primer videoclip, “War”, se rodó en Barcelona y, aún a día de hoy, sigue funcionando muy bien allí.

Habéis dado conciertos multitudinarios y, sin embargo, ahora resulta imposible celebrar eventos de este tipo. ¿Cómo lo estáis viviendo?
Cuando la pandemia golpeó, nuestra banda estaba en una fase de transición en la que frenamos el ritmo y nos centramos en nuestra editorial a la vez que reestructurábamos nuestro sello discográfico. Así que llevábamos seis meses de parón de conciertos cuando se sumó este año extra de cancelaciones. Al principio fue devastador, nuestra industria ha sido una de las más dañadas y, a la vez, una de las más ignoradas por el gobierno y el público en general. Por el momento hemos sacado nuestro nuevo disco “Bad Boys Of Jazz” y parece que las cosas avanzan en la dirección correcta, pero echamos de menos el amor de la gente que disfrutaba de nuestra música, del mismo modo que una flor extraña la lluvia.

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