Dean Wareham vs Cheval Sombre
Discos / Dean Wareham & Cheval Sombre

Dean Wareham vs Cheval Sombre

7 / 10
Raúl Julián — 07-01-2019
Empresa — Double Feature/Popstock!
Género — Pop

La última ocurrencia de ese genio del indie-pop de guitarras y el dream-pop que es Dean Wareham consiste en publicar un disco junto a Chris Porpora –aka Cheval Sombre–, en el que utilizar los mencionados estilos para meterle mano a ambientes clásicos del western y similares. De la ocurrencia del líder de Luna (y ex Galaxie 500) y Cheval Sombre surge un disco dotado con la inconfundible impronta del primero, en donde su misteriosa y seductora voz tiende a llevar el peso de las canciones, rematando con esos punteos de guitarra tan marca de la casa. De este modo, el hecho de que el motivo de las piezas seleccionadas recaiga sobre desérticos pasajes cinematográficos capaces de evocar al lejano Oeste resulta palpable, pero no del todo determinante.

Canciones tradicionales y frecuentemente revisadas del tipo de “Wayfaring Stranger”, “Alberta” o “My Rifle, My Pony & Me” comparten espacio con composiciones a medio camino entre el folk y el country y firmadas por reputados autores, como “Tomorrow Is A Long Time” de Bob Dylan, “Greensboro Woman” de Townes Van Zandt, “The Bend In The River” de Marty Robbins o “Grand Canyon” de The Magnetic Fields. El elepé viene producido por Jason Quever (de Papercuts) –con quién Wareham ha trabajado frecuentemente en los últimos años–, y la alineación se completa con otros músicos de renombre como Britta Phillips (de Luna), Anthony LaMarca (de The War On Drugs) y Will Halsey (de Sugarcandy Mountain). La invención bien podría ser una de esas curiosidades o caprichos del autor de turno, pero lo cierto es que, sabiendo de la habilidad de Wareham para llevar temas ajenos a territorios propios (así como de su espíritu perfeccionista), las expectativas apostaban a que el disco sobrepasaría el mero entretenimiento.

En efecto, esta asociación convencerá a todos los seguidores del autor (que añade así una nueva experiencia a su ya dilatado curriculum), con canciones pasadas por un impecable tamiz de pop elegante, sugestivo y siempre rematado con cuidados arreglos. Un cúmulo de opciones con las que la dupla desarma los originales, hasta darles un aspecto absolutamente inédito hasta la fecha. Bien pensado, en realidad este álbum no se sitúa tan lejos de aquel “A Sentimental Education” (Double Feature, 07) publicado por Luna en septiembre del año pasado, y sigue los mismos parámetros que aquel a la hora de revisar temas ajenos acercándolos al universo personal del que sin duda parece principal artífice del invento.

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