El mundo de los visualistas
Especiales / Alba G Corral

El mundo de los visualistas

Raquel Pagès — 20-04-2016
Fotografía — Archivo

En cierta medida, todos hemos sido alguna vez testigos de la fuerza de lo sonoro. La capacidad que tiene una simple onda, una frecuencia, de crear en nosotros una emoción. Sí, exacto, como esa canción que es capaz de alterar en cualquier momento nuestro estado de ánimo. Pero, ¿qué sucede cuando a este poderoso estímulo sonoro se le une un estímulo visual?

La expresividad propia de la naturaleza de un sonido queda potenciada por la creación y asociación de una imagen determinada. Para entenderlo basta con analizar ese momento en que, cuando escuchamos un sonido o una canción relacionada con una vivencia, generamos en la mente una imagen.

Aunque nosotros podamos ser creadores de imágenes, en este caso mentales, hay profesionales del arte visual que van más allá. Los visualistas, nombre con el que actualmente se sienten cómodos, se encargan de construir un universo de imágenes, externas a la mente, con el objetivo de que estas sean proyectadas en diferentes contextos, desde un club o discoteca hasta un teatro. La creación de este imaginario visual viene definido tanto por el proyecto con el que se colabora como por la personalidad del visualista en cuestión. Porque, más allá de los proyectos personales que puedan llevar a cabo, el trabajo del visualista suele ser colaborativo, algo que puede ser beneficioso si se tiene una buena comunicación o, por otro lado, puede entorpecer el resultado final.

Aunque conocedora de la existencia de su labor y de algunos de sus proyectos, al iniciar este reportaje apenas conocía la mayoría de sus nombres, situación que seguramente algunos de vosotros también debéis compartir. Tras indagar sobre la identidad de estos autores, me encontré con una realidad algo chocante. Varios festivales que planteaban los visuales como un punto fuerte de su propuesta y que yo, personalmente, había escogido como inicio de mi “investigación”, los dejaban de lado. Hablando en plata, en el cartel de estos festivales no aparecía el nombre de casi ningún visualista, cuando estos son una parte activa y esencial de la propuesta en la que participan.

La sorpresa fue tal que hizo replantearme el motor de este escrito. No quería pasar por encima de esta realidad, como muchos lo han hecho, sino adentrarme en ella y, así, poder conocerla. ¿La mejor manera de hacerlo? Hablar con ellos, los visualistas, mis protagonistas. Para ello he tenido el placer de conversar con ocho artistas visuales del panorama nacional que representan la diversidad dentro del gremio, tanto a nivel de la naturaleza de los proyectos como de puntos de vista ante la situación actual. Que sean ellos, pues, quienes hagan visible lo visual. Su trabajo.

ALBA G. CORRAL

Unir todo lo que te gusta en un trabajo. Esto es lo que consiguió Alba G Corral cuando conoció a Samantha C. Waldram en Barcelona. El proceso de experimentación que vivió en la sala Zentraus supuso la convergencia de sus conocimientos de programación e imagen en un punto común: las artes visuales.

Con experiencia tanto en la faceta de VJ como en la más “artística” de las visuales, Alba crea en tiempo real espacios digitales abstractos. El momento del directo se construye “como si llevaras una paleta de colores y pinceles y todo empieza a tener magia”. La creación de sus visuales nace, muchas veces, de “querer expresar algo que te apasiona. En cierto modo, exorcizas cosas que llevas dentro para proyectarlas hacia el público. Yo quiero emocionar, para bien o para mal, pero que se remuevan cosas”. Al ser un trabajo colaborativo, el resultado depende de la conexión que se haya creado entre ambos mundos. “Recuerdo el proyecto con Carles Viarnès en el Arts Santa Mònica. Llegué a conocer toda su obra, me la sabía entera. Eso fue mágico, hubo una conexión brutal”.

Alba, ante la situación actual de los visualistas, nos cuenta que “ahora es cuando nos estamos mirando entre nosotros para preguntarnos qué situación tenemos y cuales son nuestras necesidades”. La precariedad de su trabajo la llevó a adoptar una actitud de queja constante, la cuál ahora ve que no es la correcta. “Debemos cambiar de la queja al construir. Poder abrir el camino a las nuevas generaciones que vienen”, donde se encuentra Oriol Torres quien, según ella, “no está quemado ni adopta una actitud victimista sino que está ilusionado por su trabajo”.

Corral es una artista y tecnóloga creativa que, con el uso del software en prácticas en vivo, vídeo, medios digitales e instalaciones, explora narrativas abstractas y expresa la sensibilidad y el gusto por el color. Se la conoce fundamentalmente por sus actuaciones audiovisuales en vivo, en las que integra la elaboración con músicos a tiempo real. En 2014 se llevó el Premio a Mejor Show Visual de España en los Vicious Music Awards por “Diálogo Audiovisual” junto a Víctor Santana. Actualmente está trabajando con la bailarina y coreógrafa Amaranta Velarde en la pieza “Mix-en-Scene” , en la que la danza, el Dj set y las visuales se mezclan en un espacio escénico.

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