"No quiero convertirme en el maldito oficial del rock en castellano"
Entrevistas / Pablo Und Destruktion

"No quiero convertirme en el maldito oficial del rock en castellano"

Luis J. Menéndez — 04-05-2017
Empresa — Sonido Muchacho
Fotografía — Alfredo Arias

¿A qué te refieres cuando hablas de un "sacrilegio personal"? ¿Un exceso de exposición de tu intimidad?
Por ejemplo, quité lo de “baja por depresión” en la canción “Un salario social” porque mi madre había sufrido una baja por depresión. Simbólicamente para mí ¿para qué voy a recordar cada vez que canto que mi madre pasó por eso y que fue una putada? Si lo puedo decir de otra forma... Y el salario social, que lo tuvo y lo tiene uno de la banda, lo puedo mantener como símbolo de ese momento en que te quedas descolgado del mundo, como si te dieran el carnet de sociópata. Pero lo que no quiero es que quien tenga un salario social perciba la canción como un ataque, porque no hay intención de atacar a nadie.

Sin embargo en esa misma canción sí que haces una referencia al cáncer, la enfermedad de la que falleció tu madre. De hecho, precisamente por eso resulta especialmente escalofriante.
Es una referencia dura… Pero el disco en sí tiene partes duras y el texto ya es un poco el acabose. En ese caso concreto no quería quitar esa referencia porque el cáncer simboliza el demonio de nuestra época. Decía Jesucristo que “no hay que lavarse las manos, porque lo que contamina al hombre no es lo que entra por su boca, sino lo que sale”. Y por eso digo en la canción: “Debí haberme expresado mejor para que el cáncer no fuera el único movimiento”.
Aunque sea duro y haga referencia a algo tan personal tampoco quiero vivir entre algodones, es todo una cuestión de dosis. Si a lo largo del disco tengo cuatro, cinco o seis referencias pero puedo solventarlo con una, pues mucho mejor. No se trata de no hacer las cosas sino de atinar. Haciendo un disco como este hay que mear mucho, y cuando meas mucho es inevitable mear algo fuera de tiesto. Y a mí eso me ha pasado siempre y siempre me pasará. Lo asumo, pero cuando lo haga no quiero salpicar a flores bonitas. Y, bueno, hice lo que pude...

¿Cuál es para ti la temática principal de este disco?
La transición de un amor personal a un amor vital, divino, por decirlo de alguna manera. Y, sobre todo, el amor como creador de significados: el amor es lo que hace que las leyes tengan sentido, que las parejas tengan sentido, que las ideologías permanezcan. Creo que eso entronca con la tradición de la canción amorosa, y creo que lo hace divertido. De hecho quiero resaltar eso, que este disco también fue muy divertido de hacer, no solo un valle de lágrimas. Quería hacer un álbum como los de rancheras, en los que algunas letras son como para tirarte de un puente. Pero también quiero pasármelo de puta madre con mis solos fuzzeros, que las baterías fueran timbaleras y meter unos bongos en Puro y ligero. En cualquier caso he intentado que “Predación” sea un disco que plantee preguntas que no sean demasiado habituales, más que ofrecer respuestas. Eso me haría muy feliz.

En una entrevista comentabas que llegará el día en que se haga justicia a “Vigorexia emocional”. ¿Sigues pensando que es un disco minusvalorado?
Fue disco bien valorado por público y prensa, no me llevé grandes palos, pero sí creo que mucha gente pensó que era un álbum con un componente muy comercial. En un entorno cercano, en el entorno underground, me llegaron a decir que me había bajado los pantalones. ¿Que qué? Me cago en tu puta madre…. No, lo que pasa es que era un disco antinómico a ese underground de certezas. Y por otro lado “Vigorexia Emocional” fue un trabajo absolutamente incontrolable. “Animal con parachoques” y “Vigorexia” no los pude pensar lo más mínimo, nacieron del corazón, mientras que “Sangrín” y éste nacen del cerebro.
A mí siempre me ha interesado tener un relato. Somos creadores de relatos y los oyentes son usuarios de relatos que les pueden llegar en forma de música, de cine, de youtubes,… Creo que eso es muy bonito, nos remite al principio de los tiempos, casi a lo más chamánico, a los cuentacuentos. Y un relato para que sea interesante ha de tener un recorrido. Hasta ahora he ido contando un relato que acaba aquí, y que consiste en la separación de un mundo objetivo y la creación de un mundo subjetivo. Soy infinitamente más libre ahora de lo que era hace cinco años, totalmente.

"Haciendo un disco como este hay que mear mucho, y cuando meas mucho es inevitable mear algo fuera de tiesto"

¿Te sientes más libre la hora de plasmar ideas y sentimientos en tus canciones?
Sí, tengo unas herramientas que antes ni sabía que existían.

Saber que ahí fuera tienes una audiencia mucho mayor escuchándote… ¿no invita a la autocensura?
Para mí no es autocensura. La libertad implica conocimiento. Yo ahora sé que existe una industria musical. También que hacer un disco puede hacer que cambie de pareja, que envejezca prematuramente, me haga alcohólico o que me vaya a vivir a una aldea. Sé lo que implica hacer discos. Antes no porque era un chaval y no tenía el oficio que tengo ahora. Pero tengo en cuenta a los demás y las consecuencias, precisamente para seguir aumentando esa libertad. Y una de las consecuencias posibles con este disco y el libro que iba a publicar paralelamente es el malditismo extremo, y eso lo he tratado de controlar porque no quiero convertirme en el maldito oficial del rock en castellano. Porque no es verdad, porque no lo soy: soy una persona sensible, tengo mi carácter y probablemente unas expectativas que no se ajustan a la media, pero no soy un maldito. Y además creo que me he creado un espacio en el que tengo mucha libertad creativa, y después de este disco podría hacer tanto un álbum de electrónica como uno de versiones de Brel que no pasaría nada.

¿Crees que se te ha malinterpretado a menudo? ¿Y que parte de culpa tienes tú en que no se te haya entendido?
No me gusta dar interpretaciones sencillas, y cuando esto ocurre lo sencillo es que haya malas interpretaciones. No estoy en contra de eso, pero con el tiempo deseo demostrar que no eran acertadas.

¿Consideras que tus canciones tienen un mensaje unidireccional, ajeno a la (mal)interpretación de quien te escucha?
Yo tengo un discurso que me obsesiona, que me lleva años concretar y lógicamente sé lo que quiero decir. Pero también sé que una vez está dicho ese discurso ya no es mío y asumo las consecuencias. Además, eso en ocasiones ha derivado en interpretaciones absolutamente retorcidas y geniales, en las que yo nunca hubiera pensado.

¿Cómo colocar un mensaje sin caer en el cliché o incluso en que se convierta en una parodia?
Tenemos la habilidad de convertir cualquier chocolate en mierda. Yo trato de producir chocolate, si produzco mierda... lo siento. Pero eso es el actual clero: la estructura audiovisual y periodística .

¿Habla Pablo García a través de las canciones y el discurso de Pablo Und Destruktion? ¿Qué parte hay de construcción de un personaje?
El rock habla de crear identidades que te liberan de tu mundanal identidad. También te digo que para mí lo que he cargado en mi vida como Pablo García ha sido demasiado para poder asumirlo si no es relatándolo como Pablo Und Destruktion. Yo tuve que colocar ciertas cosas de las que ya hablé en entrevistas, historias de mi madre, relaciones afectivas, desamparos varios, cuestiones políticas también,… De hecho creo que todos nosotros hacemos un relato a lo largo de nuestras vidas para no volvernos locos, para reconocer a la persona que tenemos durmiendo en nuestra cama y para reconocer a nuestros hijos. Lo que pasa es que el artista crea ese relato de forma pública.

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