"No quiero convertirme en el maldito oficial del rock en castellano"
Entrevistas / Pablo Und Destruktion

"No quiero convertirme en el maldito oficial del rock en castellano"

Luis J. Menéndez — 04-05-2017
Empresa — Sonido Muchacho
Fotografía — Alfredo Arias

“Es realmente jodido hacer canciones sobre Dios y el amor”, explica un Pablo Und Destruktion de discurso más desbordante que nunca. En su cuarto disco, "Predación" (Sonido Muchacho, 17), el asturiano pone punto y final a una etapa vistiendo de rock turbulento su particular epifanía místico-sentimental. Pablo Und Destruktion estará presentando su nuevo álbum este sábado 6 de mayo en la sala Joy Eslava de Madrid.


Paralelamente a la publicación del disco estaba prevista la edición de un libro que por el momento no va a ver la luz y que, a su vez, está relacionado con dos experiencias previas: la composición de la mano de Agustín Castilla-Ávila de la ópera microtonal "Por todo el fuego" y su papel protagonista en la obra "Cine" de la compañía teatral La Tristura. “Hice la ópera y después de dos representaciones, una en Madrid que para mí fue una especie de conjuro de apertura y otra privada en Llanera (Asturias), la mandé a tomar por el culo. En realidad he mandado todo a tomar por el culo, no lo he hecho con el disco de milagro. El libro es un texto adaptado de la ópera. Empecé a escribirlo el año pasado en un estado de delirio total, después de irme un par de veces a un retiro espiritual. Me interesé por el trabajo de Angélica Liddell, que tiene que ver con la confesión, traer estructuras del pensamiento del pasado y actualizarlas o reinventarlas. Pero comprendí que estaba reproduciendo una liturgia que ha sido sagrada durante siglos, y no iba a representarlo a quince pavos la entrada porque implicaba un sacrilegio”. Es el caldo de cultivo a partir del que empieza a gestarse "Predación". “Ese proceso ha tenido una importancia brutal para mí, lo que no quiere decir que deba tener importancia literaria para terceros. Así que quiero dejar tiempo para que repose y en caso de publicarlo ver de qué forma, tal vez con seudónimo. Con el tiempo he aprendido que las canciones modifican mi realidad de forma aplastante. Es algo que les ha pasado a muchos rockeros, a escritores y artistas, que acaban emputecidos, politoxicómanos, deprimidos y locos. Hay una mala gestión del hecho artístico por un lado y, desde el punto de vista esotérico, una suerte de castigo divino. A mí me va la vida en ello, y me niego a que mis discos me hagan peor persona”.

En los días previos, cuando preparábamos la sesión de fotos para la portada, comentabas que simbólicamente se quema una etapa. ¿A qué te referías exactamente?
Creo que estos cuatro discos van a formar parte de un “pack”. Yo me puse el nombre de Pablo Und Destruktion cuando fui a vivir a Alemania y conocí a Fee (Reega). Evidentemente estuve muy influido, y no pasa nada por decirlo, por la mera existencia en el planeta de Fee y todo lo que provocó mi relación con ella y, en consecuencia, con el amor de forma individual y cómo los problemas hicieron que ese amor se transformara en algo mucho más social.
Del superindividualismo paso a una etapa más política que con el tiempo alcanza una dimensión casi espiritual. Con este disco, casi como si de una tesis doctoral se tratara, finalizan mis estudios sobre el amor (risas). Empecé el proyecto con 27 años, ahora ya soy un paisano con todas las de la ley y he pensado muy seriamente acabar con él. No sé muy bien lo que voy a hacer, pero en el caso de que siga llamándome Pablo Und Destruktion quiero introducir cambios importantes en la forma de escribir y tocar. Ahora me interesa mucho aprender a cantar y a escribir de otras maneras, aprender a producir. Llevo estos años reforzando mi faceta de autor, pero ahora me apetece hacer otro tanto con mi faceta de intérprete y productor, hacer oficio. Me gustaría hacer algún disco de versiones de algo con lo que realmente pueda conectar y que sea atemporal, no meterme en la tendencia de turno. Por ejemplo, ahora estoy totalmente obsesionado con Jacques Brel, estudiando su interpretación, su gestualidad,….

También a la hora de plantear la sesión de portada renunciaste a aparecer rodeado de símbolos religiosos para no generar malentendidos. ¿Puedes explicar por qué y cuáles eran los riesgos que querías evitar y cómo casa eso con el arte de Igor Casayjardín?
Simplemente para no echar más azúcar al azúcar. Ya tiene suficiente. Quiero que el disco tarde lo máximo posible en simplificarse, porque a menudo la prensa, y yo lo entiendo, lo reduce todo a “memes”. Por eso he intentado que mi forma de escribir esta vez fuera lo más simbólica posible. Aunque sigo teniendo ese punto confesional e intimista traté que cada uno pudiera explorar las canciones con mayor libertad. Está bien la referencia religiosa, pero una cosa es que aparezca en la portada el Éxtasis de Santa Teresa y otra que aparezca yo. Es muy diferente. Me interesa lo religioso pero no endiosarme a mí. De hecho tengo ya una fotografía un poco de coña que me hizo un colega en Santa María del Naranco (Oviedo) con el Cristo al fondo, pero intento mantener una distancia irónica…

"Con este disco, casi como si de una tesis doctoral se tratara, finalizan mis estudios sobre el amor"

De hecho te iba a preguntar por eso. Las fotos oficiales de promo se hicieron en la Laboral de Gijón y el Cristo de Oviedo. Ambos son monumentos-edificios emblemáticos del franquismo. ¿Se trata de una elección puramente estética...?
Tú sabes que la Iglesia de la Laboral es franquista pero no es un dato que la mayor parte de gente conozca. No hay un solo símbolo franquista ni cristiano allí.

Bueno, la Laboral es uno de los edificios franquistas más valiosos, arquitectónicamente hablando, en toda España…
Sí, pero una vez dentro del edificio eso no se llega a distinguir. Arquitectónicamente la iglesia es una joya, es la primera con cúpula elíptica de Europa y la segunda del mundo. Cuenta la leyenda que los obreros no querían quitar los andamios porque pensaban que se iba a caer, así que Luis Moya, el arquitecto, se metió con sus hijos y mujer debajo y ordenó retirarlos. Y también cuenta la leyenda que se sacó a tres arquitectos anarquistas de la cárcel para trabajar en el proyecto porque la Laboral tiene el modelo de las Ciudades Autogestionadas del Socialismo Utópico. De hecho la Falange para diferenciarse un poco del Fascismo italiano tomó algunas ideas del Socialismo Utópico.
Con todas sus incoherencias, sangre sudor y lágrimas, con todos sus horrores, es un edificio al que yo le tengo un cariño brutal: mis padres se casaron en esa iglesia, mi padre fue el último Director de la Laboral antes de que se convirtiera en Laboral Ciudad de la Cultura, yo estudié en la Laboral y hasta di mi primer beso allí. Para mí es probablemente el edificio al que más vinculado estoy en todo el mundo. Y también estoy un poco vinculado a sus expectativas: era una Universidad sólo para hijos de obreros, con capacidad para más de tres mil internados.
En cualquier caso tuve cuidado de que no se vieran cruces, y los símbolos franquistas hace tiempo que se retiraron. Ahora mismo posiblemente sea el mayor templo pagano de España. A ver… cuando empecé con el disco tuve una quijotada importante, me metí por sagradas escrituras varias, por literatura mística, por experiencias propias… Y escribí todo el texto primero y con el texto escrito hice las canciones, que fue un trabajo peliagudo. Cuando lo grabé estaba en las nubes, en un estado de delirio importante.

Un delirio que se prolongó en el tiempo...
(Risas) A mí los delirios me pueden durar bastante… De octubre a marzo no paré. Hice conciertos porque no tenía un duro y no tenía otra… Además esos conciertos formaron parte del proceso de preparación. Por ejemplo, dentro de la gira fui a Alemania a ver a gente porque para mí era importante deshacer nudos personales para centrarme en el disco.
Paralelamente escribí un libro en estado de delirio total, después de irme un par de veces a un retiro espiritual de los de “la vieja guardia”. En ese momento tenía dentro un rollo demoniaco y hasta un poco chungo en muchos aspectos y necesitaba centrarme. Pasé medio año prácticamente solo, y necesité acabar el disco para verlo en su conjunto y pensar “cuidado”. Porque había cometido algún sacrilegio personal, cosas que debía pulir. Una vez que ya se había fabricado decidí que había cosas que cambiar y se lo dije a Luis Sonido Muchacho: “Mira Luis, si sigo así tengo hasta ganas de dejarlo todo. Vamos a cambiarlo”. Optamos por destruir la tirada y volver a fabricar otra una vez que cambiamos esos detalles.

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