Es tal el desarrollo de su propuesta que la formación anda ya presta y lista para encarar la que muy probablemente sea la gira más especial de sus vidas, con la que conmemorarán el décimo aniversario de dos de sus discos más emblemáticos, “Hybris” (13) y “Alaska” (14), y cuyo desarrollo también incluirá nuestro país con dos fechas de imprescindible asistencia como son sus citas con Barcelona (14 abril, Sala Wolf) y Madrid (15 abril, Sala Nazca).
Con la intención de reflexionar y recapitular junto a ellos sobre cómo encaran esta nueva aventura y qué han significado para ellos estos diez años al volante de uno de los proyectos más populares del indie italiano reciente hemos tenido la suerte de poder charlar con ellos al completo.
¿Qué tienen “Hybris” y “Alaska” que les hace merecedores de una gira de celebración por sus respectivos aniversarios?
Bueno, todos nuestros discos son especiales por diferentes razones. Cada uno de nuestros trabajos es como un álbum de fotografías que recoge y captura instantes muy concretos de nuestra vida. Estos dos, en particular, son importantes porque marcaron el comienzo de una nueva etapa para nosotros. Veníamos de lanzar nuestro primer disco, “Cavalli”, que por diversas razones no tuvo el reconocimiento que esperábamos que tuviera y terminamos algo insatisfechos con el resultado. A pesar de haber tenido la suerte de haberlo grabado en un gran estudio y junto con Andrea Appino, de Zen Circus, el disco terminó pareciendo un recopilatorio de ideas inconexas en el que evidenciábamos muy claramente que no sabíamos bien qué estábamos haciendo. A partir de “Hybris”, sin embargo, decidimos cambiar el proceso con el que afrontábamos la grabación de nuestros discos. Tuvimos la idea de irnos al lago Montepulciano, a una casa en medio de la nada situada en las afueras de nuestra ciudad natal, la cual convertimos en nuestro particular estudio de grabación empleando materiales que amigos y bandas conocidas nos iban prestando. Ésta fue nuestra iniciación en la auto-producción y un momento que lo cambió todo para nosotros. Un viaje que comenzó con “Hybris”, continuó con “Alaska”, y después con “Forse non è la felictà", y que nos hizo comenzar a hacer las cosas como realmente siempre habíamos querido.
"Teníamos todas las papeletas para no trascender en Italia"
Imagino que vuestra música ganó mucho más personalidad a partir de ahí.
El contexto hizo que definitivamente comenzáramos a sentir más nuestro aquello que componíamos y grabábamos, sí. Éramos tan solo nosotros, exorcizando nuestros demonios y plasmando ese proceso en nuestras canciones. Algo que se puede ver especialmente en “Alaska”. Respecto a tu primera pregunta, “Hybris” y “Alaska” son dos trabajos que hablan de una época muy importante para nosotros, ya sabes, la de los veinte años. La época en la que tomas decisiones muy importantes en tu vida. Para nosotros, fue el momento en el que nos deshicimos de nuestros planes B y comprendimos que la música iba a ser el camino a seguir. Es imposible decir una sola razón por la cual estos dos discos son tan importantes para nosotros.
Teniendo en cuenta la prontitud con la que publicasteis ambos discos, entre 2013 y 2014, ¿diríais que “Hybris” y “Alaska” son discos hermanos?
Se podría decir que sí, la verdad. Son como esos hermanos que tienen evidentes rasgos comunes, pero al mismo tiempo son muy diferentes entre sí y tienen una personalidad propia muy marcada. “Hybris” es el hermano experimental, por así decir. El disco en el que comenzamos a atrevernos más y a probar cosas nuevas, como la inserción de arreglos de viento y cuerda, algo que terminaría siendo una constante en el resto de nuestra discografía. Su elaboración también vino muy influida por el tipo de punk que escuchábamos por aquella época, con bandas como Titus Andronicus marcándonos de una forma tan especial. "Alaska", por su parte, continúa con esa tendencia experimental en lo musical, pero a su vez también incorpora la honestidad como temática principal en las letras. Es un disco en el que volcamos mucho dolor, y si lo vemos desde esta perspectiva que propones, podríamos decir que es como el hermano oscuro de “Hybris”.
Ambos discos fueron producidos por Andrea Marmorini, quien terminó convirtiéndose en una figura muy importante para el cuarteto, ¿verdad?
Desde nuestros inicios como formación siempre hemos querido que la banda sirviera para reforzar nuestra amistad y nuestro vínculo con artistas y gente del sector que sintiera la música de la misma forma que nosotros. Nunca buscamos trabajar con los músicos más famosos o talentosos de Perugia, sino con aquella gente con la que mejor conectásemos a nivel humano. Con Andrea nos pasó exactamente esto. Fue nuestro primer ingeniero de sonido en directo, precisamente en una época en la que no podíamos permitirnos invertir en este tipo de extras, pero lo hicimos convencidos de que ese era el mejor camino a seguir. Siempre hemos considerado que nuestros shows en vivo son nuestro fuerte y por eso decidimos invertir en una figura que pudiera potenciar este aspecto y sacar lo mejor de nosotros, incluso en los contextos más complicados. Después nos dimos cuenta de que nuestra amistad con Andrea iba creciendo y él se estaba convirtiendo en una figura fundamental dentro de la banda, un verdadero hermano y un miembro más de FASK. Por esta razón, y tras la decisión de auto-producir nuestra música, involucrar a Andrea en dicho proceso fue algo que sucedió de forma totalmente natural. Integrado ya como un miembro más, Andrea contribuyó a alimentar esa atmósfera de amistad, serenidad y tranquilidad que nos inspiraba y fue una pieza clave para la banda durante la grabación de aquellos discos. A día de hoy lo sigue siendo y continuamos colaborando juntos, aunque en roles diferentes.
Aquel estudio-casa rural debió ser un cuartel general lleno de anécdotas, ¿no?
Lo fue, sí. Piensa que teníamos libertad absoluta para hacer lo que queríamos. No teníamos horarios en absoluto. Si se nos ocurría una idea a las cinco de la mañana, nos poníamos a grabarla y punto. Matábamos el tiempo cocinando y jugando a juegos de mesa hasta que las ideas llegaban, lo cual podía suceder a cualquier hora del día. Recuerdo un día en el que escribimos “FASK” en el suelo utilizando botellas de cerveza que habíamos consumido. Íbamos un poco perjudicados, así que le hicimos una foto a nuestra particular obra de arte y la subimos a redes. En ese momento, alguien comentó diciéndonos que escribir nuestras siglas era muy fácil, que nos atreviéramos a escribir el nombre completo de la banda. Y nosotros, más chulos que nadie, aceptamos el reto. No sé hasta qué punto deberíamos sentirnos orgullosos de estas anécdotas, pero definitivamente fueron días muy felices.
Desde fuera y para muchos, vuestra música sirvió para poner Perugia en el mapa. ¿Tenéis esa sensación también vosotros?
Bueno, nosotros simplemente comenzamos a tocar en un momento histórico muy importante para la música alternativa e independiente en Italia. La escena comenzaba a tener importancia, a hacer números y a interesar más allá de nuestras fronteras con el despunte de bandas como Afterhours, Verdena, Marlene Kuntz, Zen Circus, I Tre Allegri Ragazzi Morti. La recordamos como la época dorada de la música alternativa italiana, la cual posteriormente generó un contexto de lo más fértil a nivel nacional. En términos locales, podemos decir que Perugia fue un entorno muy especial para nosotros desde el punto de vista cultural y musical. Teníamos el Festival de Periodismo y Jazz de Umbría, el club de electrónica Red Zone, y al mismo tiempo otras salas alternativas que nos permitieron ver en directo todo tipo de bandas nacionales e internacionales, todas ellas fundamentales para nuestra formación. Debo decir que tuvimos la suerte de vivir una época y una realidad musical muy floreciente, que ha dado sus frutos y que se debería de cuidar para que siga haciéndolo en el presente. Ese período fue también la confirmación de una revolución tecnológica que comenzaría años atrás pero que estaba consolidándose en nuestro entorno con consistencia. Es decir, la de poder crear sin demasiados medios un disco de forma completamente autónoma. No hablamos de discos perfectos desde el punto de vista técnico, pero sin lugar a dudas esa libertad lo significó todo para muchos proyectos jóvenes y definió a toda una generación de músicos.
Terminemos la conversación hablando de presente, pasado y futuro. Vuestro presente más inmediato vendrá marcado por esta gira, que os llevará por primera vez a varios puntos del planeta que nunca antes habéis visitado. ¿Cómo os hace sentir esto?
La verdad es que esta gira europea es un logro personal con el que hemos soñado durante años. Estamos emocionados y como locos porque dé comienzo. También somos conscientes de que será un reto complejo, pues aunque seamos una banda con experiencia y llevemos sobre nuestras espaldas ya un buen número de giras, ésta se prevé que será especialmente agotadora, con tantas fechas y apenas tiempo para descansar entre concierto y concierto. Es, a decir verdad, nuestra primera y auténtica gira europea, y eso es realmente desafiante de afrontar pero también muy motivador. Sabemos que asistirán muchos fans históricos de la banda, pero también mucha gente que apenas nos conocerá, y eso es lo que más nos seduce y estimula de este tour. Es algo que nos retrotrae exactamente a los años en los que llevamos por primera vez “Hybris” y “Alaska” a los escenarios, cuando se nos planteó el reto de atraer a ese público primerizo que no sabía bien qué esperar de nosotros. Así que haremos lo que mejor sabemos hacer para que esa gente salga de nuestros shows totalmente convencida.
Sobre el pasado, os pido ahora una reflexión sobre la evolución de la banda a lo largo de estos años. ¿Cuál creéis que ha sido la clave para que os salgan las cosas como os han salido?
Nunca hubo un plan, a decir verdad. No hay más que ver el nombre de nuestra banda, ¿no? Un nombre tan complicado de recordar y en inglés. Teníamos todas las papeletas para no trascender en Italia. De hecho, se podría decir que esta banda era como nuestro “side-project” y donde dábamos rienda suelta a ideas menos encorsetadas que en otros grupos en los que estábamos no tenían cabida. Por eso cada logro que obteníamos, desde salir en la radio hasta dar un pequeño concierto, nos lo tomábamos como un triunfo absoluto. En cuanto a lo creativo, nos atreveríamos a decir que el camino de FASK ha sido siempre bastante lineal, aunque está claro que si empiezas a escuchar nuestra discografía desde el principio hasta hoy notarás una evolución importante. Y nos encanta que así sea, de hecho. Ese camino del que te hablo siempre ha estado marcado por un mismo objetivo, todavía válido a día de hoy, que es el hecho de dejarnos guiar por aquello que nos mueve y nos hace seguir teniendo ganas de explorar. Después de “Hybris” y “Alaska” sentimos que ya habíamos trabajado de sobra con una determinada fórmula y decidimos cambiar. Eso no quita que estos no fueran capítulos fundamentales de nuestra vida, claro está, pero lo correcto para nosotros es seguir hacia adelante y progresar.
En cuanto al futuro, y aunque tengáis ahora una gira tan importante a la vuelta de la esquina, ¿nos ofreceréis novedades pronto?
Por supuesto, nosotros siempre tenemos música nueva en la recámara. Cada vez que sale un nuevo álbum de FASK, al día siguiente ya estamos escribiendo las canciones del siguiente. Si no lo hiciéramos así, nos sentiríamos muertos creativamente hablando y todo cuanto hacemos no tendría sentido. Actualmente estamos en un punto en el que tenemos mucha música nueva, muchas maquetas a las que ahora toca darles forma. Sacar tiempo para hacer eso será nuestro nuevo reto en los próximos meses y por el momento no sabemos cuándo saldrán, pero sí podemos confirmar que habrá nuevo disco pronto.
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