Entrevista Fan con John Lydon (Public Image Ltd.)
Entrevistas / Public Image Ltd. (Pil)

Entrevista Fan con John Lydon (Public Image Ltd.)

27-04-2016
Fotografía — Archivo

John Lydon de Public Image Ltd (PIL) es últimamente una mina para cualquier periodista. Ahora también lo es para nuestros lectores, que han participado en parte de esta entrevista haciéndonos llegar sus preguntas con motivo de la gira de presentación del notable “What The World Needs Now...” (PiL/Pias, 15) en nuestro país. Preguntas que han sido completadas por las que realizó nuestro colaborador Carlos Pérez de Ziriza en su conversación telefónica con nuestro protagonista. La banda actuará en Valencia (6 mayo), Santander (7 mayo) y Madrid (8 mayo). Cada vez con más entusiasmo, pese a sus sesenta y tres años, Lydon tiene mucho que comentar.

Adri Padri. ¿Podrías decirnos cuál es el mejor amigo que has hecho en la industria de la música durante toda tu carrera? ¿Has tenido muchos enemigos?
No tengo ni un amigo (risas). Y no sé cuántos enemigos, esa es una pregunta que difícilmente se puede responder uno mismo. Siempre quieres que todo lo que haces en la música tenga sustancia y cierta longevidad, pero la naturaleza humana, desgraciadamente, es demasiado frívola, y no tiende a no ser leal durante mucho tiempo. Para mi sorpresa, llevamos cinco años con la misma formación, casualmente fuera de una gran discográfica, y nos sentimos muy unidos como banda, sin que el futuro inmediato haga prever ninguna separación. Es el periodo más amistoso de mi vida como músico, y eso es muy difícil cuando uno ha de manejarse en este negocio. Supongo que estar en un gran sello es algo que favorece que acabes rompiendo tu banda.

Carlos Pérez de Ziriza. Esta es la primera vez que repites alineación, acompañándote de la misma banda en dos álbumes consecutivos por primera vez en tu carrera.
Sí, así es. Es un logro realmente asombroso por mi parte (risas).

"La vida se me ha hecho muy corta. He tenido que aprender a tener paciencia a lo largo de los años".

Javier Alegret Marín. Siempre te has rodeado de compañeros talentosos y reconocibles por su forma de tocar. ¿Cuál de los músicos que te acompañan ahora (el guitarrista Lu Edmonds, el batería Bruce Smith y el bajista Scott Firth) crees que es mejor instrumentista o más imaginativo?
No les considero en ese plano, todo el mundo tiene virtudes que le son connaturales y, al mismo tiempo, debilidades. Yo mismo cargo con ambas, como todo el mundo. Es como tratar de conjuntar un equipo de fútbol, en realidad. No podrías tener a once jugadores perfectos porque el resultado no sonaría bien, no funcionaría. Las partes del engranaje tienen que encajar.

CPdeZ:  Llevas tres libros publicados, dos autobiográficos (“Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs”, de 1993, “La ira es energía. Memorias sin censura”, originalmente de 2014 y y otro de fotografías y dibujos, “Scrapbook”, de 2010). ¿Has descubierto el placer de escribir o sencillamente te lo has tomado como algo que había que hacer para resumir tu vida?
Siempre me ha gustado escribir y leer, y si pudiera dedicar más tiempo a un hobby, sería ese. Y me viene bien hacerlo cuando escribo canciones, porque vienen a ser la misma cosa y se favorecen mutuamente. Siempre es mejor escribir con un acompañamiento musical que mostrar también al mundo, pero hacerlo solamente por el mero placer de escribir también me hace feliz.

CPdeZ:  El lugar común dicta que el mejor álbum de un músico, en sus propias palabras, siempre es el último que ha editado ¿ “What The World Needs Now...” es tu disco favorito de P.I.L.?
No estoy seguro de que de verdad piensen eso siempre. En mi caso sí lo es. Es un álbum muy fresco, porque es la última muestra de creatividad que uno ha conseguido despachar, y eso siempre es excitante. El mero hecho de que no se te agoten las ideas ya es todo un logro en sí mismo. Conozco personalmente a muchos músicos y cuando hablo con ellos me dicen que no entienden de dónde saco mi capacidad de resistencia y longevidad.

"Hasta que empecé con Sex Pistols, no podía ni imaginar que me convertiría en el frontman de una banda de rock".

CPdeZ:  Lo más complicado a la hora de mantener esa longevidad es no solamente la capacidad de editar tantos trabajos a lo largo de casi cuatro décadas, sino la habilidad para que todos, con sus variaciones, suenen al fin y al cabo como discos identificables a la primera escucha. Un disco de PiL es siempre un disco de PiL...
Claro, al fin y al cabo son la historia de mi vida, y puedo preciarme de no haber agotado mis ideas. La vida no es fácil, es compleja, y la verdad es que yo me podría haber convertido en la clase de estrella pop idiota que a las compañías de discos les gusta tener, y tener una vida fácil. Pero escogí el camino más complicado, y aquí estoy. Puedo escribir canciones aún con facilidad porque el objeto de mi trabajo es honesto y claro. No estoy contaminado, y es muy importante permanecer así.

CPdeZ:  La última canción de “What The World Needs Now...” es uno de tus temas más personales, ya que habla sobre tu padre, que falleció hace unos pocos años. ¿Es cierto que su título procede de una caja de ritmos con la que estuviste trasteando?
Es una caja de ritmos rota, en realidad. Es todo culpa de Bruce Smith, que la trajo y empezó a hacer un ruido muy característico. Le sacó mucho sentido del humor al tema, así que no pudo resistirse a mostrármela. Cuando la escuché pensé “ah, podemos escribir una canción sobre esto” y lo hicimos. A veces parece muy fácil escribir canciones, pero otras veces puede ser muy complicado (risas). ¿Cómo puedes sentirte inspirado por algo tan tonto como una caja de ritmos rota? Luego eso te lleva a descubrir otras cosas, pero ¿cómo haces esa conexión entre ese hallazgo y la canción en que finalmente se convierte, de forma que además funcione? ¿Y cómo puede acabar dando lugar a algo totalmente distinto a cómo comenzó?. Es una canción tremendamente groovy. Es como si la canción hubiera estado allí esperándonos desde hace tiempo, y solo tuviéramos que desembalar la dichosa caja de ritmos para que se nos apareciese.

Sergio Bermúdez. ¿Sabes qué tipo de público tienes en Inglaterra? ¿Son mayores, son jóvenes, son universitarios, son working class...? ¿Te importa al tipo de público que llega a tu música o tienes suficiente con que te escuchen y disfruten?
La gente es gente, sean de dónde sean. Y no me interesa demasiado el orgullo nacional, la verdad. No veo la diferencia entre una cultura u otra. Todas son diferentes pero excitantes al mismo tiempo. La naturaleza humana es muy consistente: todos somos capaces de caer en alguno de los siete pecados capitales y al mismo tiempo somos capaces de irradiar amor y amabilidad, vengamos de donde vengamos. Eso está en todos nosotros. Y eso también se ve en el público cuando tocamos en directo. Hay una gran variedad, no se puede hablar de un público que responda a un patrón pop uniforme.

Gonzalo Verdejo Ribas. Sin contar a PiL, ¿cuál crees que es la mejor banda de post-punk surgida de Inglaterra?
No tengo ni idea. Es simplemente música, y yo soy muy abierto de mente. Soy todo oídos para cualquier banda que tenga creatividad, pero sin categorías ni prejuicios. No hay ninguna banda a la que considere mi favorita. Hay una enorme lista hoy en día para cada cosa, y lamentaría dejarme a alguien fuera de una lista de mis supuestas bandas favoritas. Cualquiera que traduzca sus experiencias más maravillosas en música, es alguien de quien yo puedo aprender. Siempre y cuando la creatividad sea como un libro abierto, dispuesto a nutrirse de nuevas ideas. Así es como yo veo la música y la literatura, y la combinación de ambas es para mí el mejor sitio en el que uno puede estar. Creo que soy afortunado, porque fui a aterrizar en un rol que nunca podría haber previsto. Hasta que empecé con Sex Pistols, no podía ni imaginar que me convertiría en el frontman de una banda de rock, y luego tuve la suerte de gozar de un mínimo bagaje literario para haber hecho lo que he hecho. Como te decía, leer y escribir siempre fue lo que más me gustó. Y el hecho de combinarlo con la música es maravilloso. ¡Qué gran regalo puede ser la vida! Solamente tienes que encontrar los detonantes adecuados para sacar lo mejor de ti mismo. Ese es mi punto de vista, aunque suene arrogante. Bueno, bien mirado, no es arrogancia, es humildad. Aunque el hecho de decirlo así ya sea arrogante en sí mismo (risas), pero esa es la alegría de vida. Y su ironía.

Marisa Sierra. Tienes sesenta años y un bagaje detrás tremendamente rico en experiencias... ¿Hay algo en esta vida que siempre hayas querido hacer y aún no te hayas atrevido?
Un millón de cosas. La vida se me ha hecho muy corta. He tenido que aprender a tener paciencia a lo largo de los años. Nunca puedes conseguir siempre lo que quieres, pero si lo intentas, puedes encontrar que... (se parte de risa mientras tararea la melodía de “You Can't Always Get What You Want”, de los Rolling Stones)... Disculpa porque me vino esa canción de los Stones a la cabeza, siempre me ha encantado esa línea de su letra. En definitiva, la vida me podría haber llevado por cualquier ruta, por muchas formas distintas de salir del gueto, pero aprendí la más afortunada de todas, y eso también me sirve para ayudar a la gente que tengo alrededor. Y eso es lo que ha sido PiL siempre, un proceso de ayuda. Aunque tender la mano no siempre es suficiente: las personas determinan su propio destino.

CPdeZ:  ¿Crees en el destino como algo casual?
No, ni tampoco en la autoconmiseración. Has de ser lo suficientemente abierto de mente para ver una oportunidad tan pronto como llega. Y tener pena de ti mismo es una forma muy perezosa de despachar esas situaciones. Eso solo te conduce a una vida desgraciada. La religión o la política, por ejemplo, son muy malos callejones sin salida (risas).

Marta Vall Giménez. Es muy curioso que no haya demasiadas bandas jóvenes en el Reino Unido con una clara conciencia política, y que en cambio gente como tú, Mark Stewart o incluso Sleaford Mods, músicos relativamente mayores, sean muy reivindicativos.
Yo me centro en América, que es donde vivo. Y el fiasco político lo tengo delante mío todos los días. Es una perspectiva aterradora que un agente inmobiliario pueda convertirse en presidente del mundo libre en unos meses, y eso me hace preguntarme seriamente por qué me convertí en ciudadano americano, si al final eso llega a producirse. Serían noticias muy malas para mí. La posibilidad de que alguien pueda comprar el puesto de presidente de los Estados Unidos es terrible.

CPdeZ:  Entiendo que hablas de Donald Trump...
Sí, es como una pesadilla inminente, y supongo que es una de las bendiciones de convertirte en ciudadano norteamericano: me acercaré a votar, y ese derecho es algo que le debo a Obama, y no precisamente a un agente inmobiliario.

CPdeZ:  Leí hace poco en una entrevista que afirmabas tener aún miedo escénico antes de salir al escenario. Algo que me parece muy sorprendente a estas alturas.
Sí, sí, es terrible. No sé cómo es posible que me ocurra aún, pero es un regalo en sí mismo, porque al mismo tiempo me ayuda a tener esa energía que uno siente cuando está inseguro. Aunque el miedo a defraudar a la gente cuando estoy sobre el escenario puede hacerme sentir físicamente enfermo a veces. Pero es un regalo, porque me da la oportunidad de hacer lo que hago, así que eso viene en el pack y así hay que tomarlo. Aprendes a aceptarlo, de una manera o de otra. Debo ser masoquista, porque incluso siento que puedo disfrutar de ese dolor (risas). Lo veo como parte del proceso. Y hace que no te conviertas en un engreído. No es fácil, es complicado estar siempre en el punto de mira del público, y sobrevivir con integridad.

CPdeZ:  Al margen de ese pánico escénico, no te has manejado mal nunca con la gestión de tu popularidad. Incluso se diría que has disfrutado, con cierta malicia a veces, de los estragos de esa fama. Incluso de tus encontronazos con la prensa, tal y como me comentaste hace unos meses,¿no?
Bueno, sí que he tenido problemas con la prensa, pero siempre me las he apañado para aprovecharlos. Después de cuarenta y cinco años viviendo en el ojo público, te acostumbras. No soy perfecto, pero tengo tiempo para convertirme en ello. Mi vida es como un work in progress. Y hago lo mejor que puedo con ella. Se puede ser popular y no ser un gilipollas. Es incluso más fácil ser impopular y aún así seguir siendo un gilipollas (risas). Es como estar en la cuerda floja. Cualquier error de juicio te puede hacer caer y los abucheadores profesionales estarán allí para recogerte. Pero a mi me gusta ese desafío”.

CPdeZ:  ¿Crees que muchos músicos más jóvenes que tú tienen serias dificultades para manejarse en esa clase de situación?
Espero que lo hagan, y que hagan lo que yo hice, escapar de todo eso lo más rápido posible, siempre que consigas que la industria no te chupe toda la energía y te sobredimensione. Puede convertirse en algo muy aburrido si no se consigue, además. Si solo contemplas la fama y la fortuna, por encima de la diversión inherente a tu trabajo... acabas viendo cómo algunos de los músicos que caen en eso son muy amables contigo, pero en el fondo son desgraciados, están perdidos y confusos, y no pueden siquiera tener relaciones sanas de amistad. Todo es temporal y trivial. Que eso no me ocurriera a mi es algo que le debo a mi propia integridad. Tengo amistades muy estables y muy largas en el tiempo”.

CPdeZ:  Lo que me dices me recuerda a otra cosa que decías en la misma entrevista que te he mencionado antes, en el sentido de que una vez que el músico baja del escenario y se libera de toda la adrenalina, en el fondo se da cuenta, ya en el camerino, de que está esencialmente solo.
Así es. Te puede afectar, sobre todo si confías demasiado en el alcohol y las drogas. Yo me considero un tipo gregario y sociable, me gusta estar en compañía de amigos. Pero tengo muy claro, de hecho es una orden que cumplimos a rajatabla, que después de un concierto me quedo un buen rato a solas en la habitación del hotel. De esa forma me calmo y no le hago daño a nadie. Porque alcanzas un punto de energía que se vuelve incontrolable. Y ahí es cuando la gente a veces sale y comete errores, comportándose de una forma socialmente inepta.

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