“Duran Duran no habrían existido sin David Bowie”
Entrevistas / Duran Duran

“Duran Duran no habrían existido sin David Bowie”

Carlos Pérez de Ziriza — 22-10-2021

Erol Alkan, Giorgio Moroder y Mark Ronson a la producción. Graham Coxon (Blur) a la guitarra. Mark Garson (David Bowie) a los teclados. Lykke Li, Ivorian Doll, Tove Lo y CHAI a las voces. Con estas credenciales se presentan Duran Duran en el que es su decimoquinto álbum de estudio, "Future Past" (BMG, 2021) que se estrena hoy viernes.

Estamos ante un intento de sonar a sí mismos sin por ello sonar desfasados. Nos lo cuenta el batería Roger Taylor (Birmingham, 1960) por zoom desde Austin, lugar en el que ofrecen dos conciertos en menos de una semana, tras romper el hielo escénico de la nueva normalidad con algunos bolos en su país.

Taylor es el hombre tranquilo. El tradicionalmente más discreto (cotizado soltero de oro a principios de los 2000 tras divorciarse de su primera mujer y DJ ocasional en clubs de Londres, Nueva York o Ibiza) de una formación que en 2021 aún completan Simon Le Bon (voz), John Taylor (bajo) y Nick Rhodes (teclados).

¿Cómo ha ido vuestro concierto en Austin, y los anteriores que habéis ofrecido en Birmingham, vuestra ciudad, y en la Isla de Wight?
Increíble, la verdad. Una respuesta abrumadora. Creo que todo el mundo tiene muchísimas ganas de tocar en directo, y los fans de acudir a los conciertos, después de estos dos años. El público se vuelve histérico, lo hemos notado.

El disco se grabó entre Londres y Los Ángeles. ¿Fue fácil?
Bueno, el 90% se hizo en Londres. Nos pudimos juntar antes de la pandemia hasta que llegó un parón de nueve meses durante los cuales no podíamos vernos en persona. Es muy extraño tener un parón así de grande justo a mitad de grabación. Cuando se relajó el confinamiento, se permitían reuniones de hasta seis personas en la misma estancia, lo que es perfecto para nosotros porque somos seis, contando al ingeniero de sonido y al productor. Fue perfecto para nosotros cuando lo anunció Boris Johnson. También ese tiempo nos permitió reevaluar lo que teníamos ya hecho, retocar cosas, y acabó siendo algo positivo para el disco. Es mejor que te pille en una fase de grabación que estando de gira, tuvimos suerte en ese sentido.

"Moroder fue fundamental para el sonido original de Duran Duran: utilizábamos los mismos secuenciadores, y la batería en directo, todo eso forma parte de nuestro ADN". 

¿Por qué ese título "Future Past"? ¿Retrofuturismo? ¿Negación de la nostalgia?
No nos gusta la nostalgia, pero sí que es verdad que este disco enlaza de alguna forma con nuestro pasado. No tenemos miedo de sonar a eso, a Duran Duran. John (Taylor) y yo hemos ensayado mucho juntos, y lo hemos pasado tan bien como en nuestros primeros discos, ha sido una grabación muy divertida. Ha sido como revisitar nuestro pasado, pero pensando en el futuro, tratando de que sonase contemporáneo. Y el principal arquitecto ha sido Erol Alkan, el productor. Una versión contemporánea de los primeros Duran Duran, eso es lo que él quería. En realidad, es un proceso que comenzó con Mark Ronson en "All You Need Is Now" (Tapemodern, 2010), y creo que este es como una extensión de aquella idea.

“Tonight United”, con producción de Giorgio Moroder, y “Anniversary”, que la produce Erol Alkan, suenan casi como himnos futbolísticos.
Irónicamente, esas dos fueron escritas antes de que llegara la pandemia. Es curioso que hablen de volver a juntarnos de nuevo, no deja de ser una coincidencia extraña, en un momento en el que no había conciertos ni eventos en los que pudiera congregarse mucha gente. Celebrar cosas juntos es algo que forma parte de la naturaleza humana. Lo necesitamos. Y “Tonight United” puede ser una buena banda sonora para estos días.

¿Cómo conocisteis a Giorgio Moroder?
En los premios de la revista Q hace unos años. Un tipo extraordinario, nada ególatra, con los pies en la tierra. Es algo que queríamos hacer desde principios de los ochenta, porque Moroder fue fundamental para el sonido original de Duran Duran: utilizábamos los mismos secuenciadores, y la batería en directo, todo eso forma parte de nuestro ADN y nunca habíamos trabajado con él. Trabajar con el maestro es increíble. Y debo decir que no ha perdido ni una pizca de creatividad. Fue una experiencia muy distinta a trabajar con Erol Alkan, que es más caótico. Giorgio es muy ordenado, en dos o tres días estaba todo hecho con él.

Y hace tres años trabajasteis con Nile Rodgers, en el disco "Paper Gods" (Warner, 2015). Otro maestro supremo de la música disco. Supongo que si os dicen esto en 1979, no os lo hubierais creído ni remotamente.
Exacto. Esto de trabajar con tus héroes es increíble. A veces nos tenemos que pellizcar para creérnoslo. Recuerdo estar sentado en la habitación de John (Taylor) con solo 19 años y estar escuchando el primer disco de Chic para ver si por ahí podíamos tirar para formular nuestro sonido. También escuchábamos a los Sex Pistols y a Giorgio Moroder. Parte de nuestra vida es como un sueño hecho realidad.

¿No os sentíais unos bichos raros asumiendo esas influencias a la vez, el punk y la música disco?
Totalmente, creo que la nuestra era una colisión extraña de estilos, porque a Nick (Rhodes) le gustaban Kraftwerk y las bandas con un sonido electrónico como Depeche Mode, a John (Taylor) y a mí nos gustaba el funk y la música disco, y luego llegó Andy (Taylor), que era fan de AC/DC. Una combinación terrible. Y luego llegó Simon (Le Bon) para añadir sus letras poéticas a la mezcla. Pero creo que, aunque teníamos influencias muy dispares, creamos algo bastante individual, especial. Y lo mejor de todo esto es que hoy en día podamos seguir tirando hacia aquellas influencias: un día nos ponemos más electrónicos, otro día más orgánicos, como en este disco, y puede que al siguiente nos dé por el trance, sin bajos ni baterías. Tenemos la suerte de movernos en diferentes direcciones. Muchas bandas se quedan atrapadas en un sonido y no salen nunca de ahí.

"Charlie Watts era único en su forma de tocar, para mí fue un maestro. Me enseñó que no hace falta complicarte, puedes tocar sencillo".

Tampoco pensaríais que estaríais aquí en 2021, supongo que ni se os pasaba por la cabeza una carrera de más de cuatro décadas.
Es increíble. Yo empecé a tocar la batería hace cincuenta años. Con doce. Si me llegas a decir entonces que iba a tocar con una banda delante de decenas de miles de personas, y haciendo música nueva todavía, hubiera pensado que estabas loco. Que se te había ido la cabeza. Es para estar agradecido. No les ocurre ni siquiera a la mayoría de bandas a las que hemos idolatrado, como los Sex Pistols, que solo duraron un par de años. Solo los Rolling Stones, Roxy Music o U2 duran tanto. Un pequeño club.

¿Cómo surgió la colaboración con Graham Coxon en “More Joy”, en la que toca la guitarra?
No tuvimos nunca relación con ellos, ni siquiera cuando compartíamos sello, en los noventa. Pero Graham Coxon es vecino de Erol Alkan, viven puerta con puerta. Nos lo comentó, y como nos gustan Blur, se puso en marcha. Graham es tan bueno, tan creativo, tan fácil para trabajar con él, que acabamos colaborando en casi todo el disco. Es bueno tener a un guitarrista tan creativo en el estudio. No nos suele ocurrir. John Frusciante colaboró en nuestro anterior álbum, en 2015, pero no abandonó su casa de Los Ángeles ni un solo día para venir al estudio.

¿Y la de Mike Garson, teclista de David Bowie en los setenta, presente en “Falling”, la balada que cierra el disco?
Otro héroe. No hubiéramos existido sin David Bowie. Creo que es el único artista que nos gusta a todos y cada uno de los miembros del grupo. Mike (Garson) tocó en "Aladdin Sane" (RCA, 1973), uno de los más grandes discos de la historia. Cuando nos dijo que quería tocar con nosotros, ni nos lo pensamos. Le dio una dimensión diferente al disco.

He leído, por cierto, que tus tres máximas influencias como batería fueron siempre Charlie Watts (Rolling Stones), Tony Thompson (Chic) y Paul Thompson (Roxy Music).
¡Solo uno de ellos vive! Paul Thompson. Charlie Watts era único en su forma de tocar, para mí fue un maestro. Me enseñó que no hace falta complicarte, puedes tocar sencillo. No tienes por qué sobreactuar. Solo estar al servicio de la banda. Fue una gran pérdida.

Son todos baterías poco estridentes. A ti mismo te han definido siempre como “the quiet one”, el tipo discreto en la banda, tanto por tu forma de tocar como por tu carácter.
Es que soy bastante tranquilo. Nunca me imaginé como cantante ni líder, elegí la batería porque era demasiado tímido, y eso me ayudó. Era algo natural. Hablaba a través de mi batería. Nunca fui muy hablador.

¿Aún ejerces de DJ?
Sí, menos estos dos últimos años, en los que los clubs han estado cerrados. Me gusta mucho pinchar en Ibiza, es mi lugar favorito para eso. Es como la meca de la música de baile. Tuve la suerte de pinchar en Pachá.

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