Charlo con Mark (cantante), Ramon (trompetista) y Miki (bajista) el mismo día del estreno de este “F5”. Y es extraño —pero maravilloso— compartir una parte del lanzamiento de un disco con quienes lo viven después de un merecido descanso. Además de llevar toda la mañana de promo, los catalanes aprovecharon la noche anterior para “celebrar” el estreno con sus “fans más cercanos”. Como una reunión entre colegas. Y es que “F5” es algo “muy nuevo” con respecto a lo que hasta ahora han hecho. Este reinicio ha llegado de la mano de un sonido mucho más electrónico. “Nosotros estamos encantados. Realmente, es muy difícil hacer un quinto disco porque hay muchas cosas que pesan cuando una banda ya tiene una trayectoria”, explica Mark. Y es que, tras tanto tiempo, innovar “es un reto”, pero repetirse sería una tontería. “¿Decir otra vez lo que ya hemos dicho? No lo haremos mejor que cuando lo hicimos”. Aquí el concepto del álbum cobra sentido. “Es aquel botón de reinicio porque nosotros habíamos parado y teníamos que volver a empezar. [...] De alguna forma, es como que le damos al F5 y desbloqueamos, volvemos a nuestra esencia”. Sin embargo, a pesar de lo potente del mensaje del disco, los catalanes han querido “que cada canción tenga una entidad propia”. Por eso, explican, el proceso de composición fue radicalmente distinto: de “hacer la canción pura con una guitarra” a “hacer sesiones en el estudio sin tener absolutamente nada”. “También hay una ratio mucho más alta de fracaso”, ríe Mark. Pero el trabajo, cuando sale de la producción, resulta muy distinto.
“Le damos al F5 y desbloqueamos, volvemos a nuestra esencia”
Influyen, a su vez, las cinco colaboraciones del álbum y el haber “trabajado con productores distintos”. “Han sido muchos estímulos externos que han hecho que haya sido un disco, cuando menos, diferente”. Sobre este camino, Miki confiesa que dejan “la letra siempre para el final” y Ramon lo tiene claro: “Somos más músicos que letristas”.
Es importante esto porque, como artistas, la presentación resulta una piedra angular de su trabajo. “F5” no es un disco al uso, sino un pequeño sistema NFC, una tecnología que, al entrar en contacto con un teléfono compatible, lleva a cualquier sitio web. La idea surgió de “un story de un grupo de K-Pop. Quisimos investigarlo porque ninguno de nosotros tiene CD’s”. Quisieron hacer algo diferente para quienes aún confían en el formato físico. Aquel llevaba a Spotify, pero Doctor Prats quisieron más. “¿Y si vamos un paso más allá y hacemos que cada uno de ellos te lleve a una plataforma en la que puedas generar tu propio avatar, puedas escuchar las canciones con mejor calidad que en Spotify y plataformas, tengas un Trivial con rankings, contenido exclusivo…?”. Y aprovecharon el talento de Josep Jaume, el guitarrista, que es programador, para hacerlo realidad.
A pesar de este viraje electrónico, los catalanes siguen apostando por lo natural para su gira. “El directo está siendo más orgánico que nunca. [...] Queremos hacerlo más humano, porque es cuando te encuentras con la gente”, confiesa Mark, a lo que Miki añade que no deben “olvidar que son músicos” y que “no deben hacerlo todo las máquinas”. Los catalanes aseguran que han trabajado en visuales “que aporten mucho al espectáculo” y explican que el NFC podría cobrar protagonismo en sus conciertos. “[El directo] Puede que permita a la gente que tenga nuestro disco aparecer durante una canción en las pantallas e interactuar con nosotros”.
Como ocurre cuando algo cambia, nunca se salta sin dudar. “Nos daba mucho miedo al principio que esto no fuese Doctor Prats, pero también es verdad que si un productor hace una base y ya la compone estando nosotros allí, ya estamos interfiriendo de algún modo”, explica Ramon. Y, siendo una banda catalana que creció antes del auge de lo sintético, no podían no incluir algo de música acústica, orgánica. Para ello se valen de La Fúmiga y de la Balkan Paradise Orchestra, dos colaboraciones que aportan gran protagonismo de los vientos y la fuerza festiva que caracteriza a ambas bandas. “Son dos temas que necesitamos tener, que nos anclan un poco a nuestra identidad”. Y qué decir de “Moriagatte!”, la perla J-Pop del álbum. “Cuando fuimos a Japón en 2017, preguntamos qué expresiones había allí y nos dijeron que ‘Moriagatte!’ era una de ellas. Significa darlo todo, petarlo”, desarrolla Ramon.
En “F5” sobra fiesta, pero también introspección. Los catalanes acaban la entrevista agradeciendo el camino, que saben “no era normal” en esta industria. Nos despedimos hablando de “Qualsevol Nit”, la nana que cierra el disco, porque “el momento en el que te sientes más protegido” es aquel en el que duermes arropado por la voz de un padre o una madre. Eso llevan ellos haciéndolo años. Y esperemos que sigan haciéndolo muchos más.
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