"Ahora necesitaba renovarme o morir"
Entrevistas / Ana Torroja

"Ahora necesitaba renovarme o morir"

Alan Queipo Bonet — 15-02-2019

¿Qué hace una chica (o una señora) como ella en un sitio como este? Pues varias cosas que se pueden resumir en una: canciones. Por ampliar para aquellos que vengáis con la fusta a intentar pegarnos por no ser un referente del circuito indie o alternativo, o por querer recordar sus batallas legales o sus participaciones en televisiones mainstream, detallamos la información: Ana Torroja regresa a la música, pero con un primer single (de muchos que vendrán) en el que sus aliados no son los reyes del sonido Miami, sino El Guincho, Rosalía y Alizzz, entre otros; y tiene algunas cartas que irá mostrando los próximos meses en las que participan como productores Pional, Henry Saiz, ATICA o Recycled J, entre otros.

Su flamante nuevo single, “Llama”, sirve como excusa para que nos reunamos con la que fuera vocalista de Mecano para hablar de este volantazo artístico, pero también de prejuicios, indie, festivales, Operación Triunfo, ultimatums, ilusión, libertad creativa, nostalgia y ‘mariconeces’.

Mirando el equipo con el que trabajas en tu nuevo single podría pensarse que se trata más bien de alguna nueva figura del pop urbano de dieciocho años: El Guincho, Alizzz, Rosalía, Livinglargeinvenus, el videoclip lo hace la gente de CraneoMedia… ¿Qué buscabas conseguir con este volantazo?
(Ríe) Así me siento, en espíritu. La intención principal era encontrar algo que me motivara y me ilusionara para seguir. Porque no es que no quiera seguir, me encanta mi profesión, pero ya he hecho tanto y he estado en tantos lugares diferentes musicalmente hablando, que tenía que encontrar algo que realmente me hiciera “salir de casa”. Esto me llegó como llegan muchas cosas en la vida: ha pasado el tren y he decidido subirme. Realmente, cada vez que hago un proyecto, a veces lo consigo más y otras menos, trato de buscar un mundo diferente que tenga que ver con mi momento: que sea coherente con lo que vivo en ese momento. Ahora necesitaba renovarme o morir, casi.

Suena casi a ultimátum a ti misma.
Vamos a dejarlo en que necesitaba renovarme solamente (risas). Pero sí que tenía esa sensación de no hacer cualquier cosa, de no rendirme a lo que quizás mi compañía de discos quería que hiciese. Era un debate que necesitaba resolver conmigo misma: ¿Qué hago que pueda seguir interesando a la gente y que me interese a mí para poder defenderlo con honestidad? Cuando me llegó esta propuesta de todos estos productores tan cerca de producciones de música electrónica y urbana, y que todos hayan coincidido en las ganas de trabajar conmigo, para mí fue una sorpresa y un regalo, y lo vi clarísimo: por lo menos quería intentarlo. Y no se lo dije a nadie, porque tampoco sabía qué podía salir de todo esto…

¿Lo mantuviste en secreto? ¿Como unos cuernos a tu compañía?
Lo hice en secreto porque no quería que tuvieran falsas expectativas. Estuve en Barcelona, en Madrid, en México y Alicante con diferentes grupos de productores y compositores y nos pusimos a trabajar.

¿Tú tenías una idea formada de cómo querías que fuesen esas canciones?
Más que decirles lo que quería, les dije lo que no quería. Y me abrí. No fue tanto delegar, que también, sino más bien escuchar su propuesta y la mirada que tenían, lo que les inspiraba de mí. Empezamos a escuchar música, a ver por dónde tenían que ir los tiros y empezamos a desarrollar y encontrando el camino natural.

"En este momento sí que estaba perdida, al menos musicalmente hablando. Y esto fue como ver la luz"

Hablas de volver a ilusionarte y emocionarte. ¿En algún momento habías perdido la fe en ti misma, te habías aburrido de la manera que tenías de trabajar?
La verdad es que todo lo que he hecho lo he disfrutado: cada cosa corresponde a un momento diferente; y cuando vieron la luz esos trabajos era porque estaba convencida de que tenía que ser así y hacerlo así. En este momento sí que estaba perdida, al menos musicalmente hablando: no sabía por dónde ir que me descubriera un camino para seguir. Para lo que me quede en la música, por lo menos quiero divertirme. Y esto fue como ver la luz. Y tampoco es algo muy alejado a mí: la música electrónica ha sido mi cuna y mi inspiración, y de donde yo me alimenté incluso antes de empezar con Mecano. Una de las cosas que más me ha divertido de todo este trabajo ha sido, además de trabajar con gente joven y trabajar desde otro punto creativo tecnológicamente hablando, ha sido comprobar que no hay límites a la hora de crear: estaba acostumbrada a que me dirigieran mucho, grabar de una manera más milimetrada… y ahora ha fluido todo de otra manera, soltar las riendas, dejar todo el lastre, no pensar y solo sentir y sacar lo que había dentro.

¿Te peleaste con mucha gente de tu equipo y tu sello cuando les descubriste el pastel, y les contaste con quiénes estabas trabajando y de la manera que lo estabas haciendo?
No, porque no hubo nadie que lo haya escuchado hasta que no estuvieran las canciones realmente avanzadas y, o terminadas, o casi terminadas. Era muy difícil de explicar: a todo mi círculo íntimo que le decía que estaba trabajando con productores de electrónica creía que estaba trabajando en un disco dance o algo así. Y, en realidad, es música electrónica traída al pop, y es algo que está muy ligado a mi origen. No quise mostrar nada antes de tenerlo, porque la música es difícil de explicar con palabras. Una vez que estaba listo, lo escucharon y se quedaron con la boca abierta, porque no esperaban nada, y esa fue la mejor sorpresa.

En la nota de prensa se dice que fueron ellos (Alizzz, El Guincho…) los que se han acercado para trabajar contigo. ¿Cómo fue esa primera toma de contacto? ¿Desconfiaste en algún momento?
No, al contrario: a mí me inspiraba mucho ver que estaban trabajando con artistas como C. Tangana o que estaban haciendo el disco maravilloso de Rosalía. Sabía que, con esta gente, que es valiente, osada, arriesgada y que no tienen límites, iba a encontrar el camino. No tenía ningún miedo: era todo inspiración ver que me iban a sacar de donde estaba y encontrar un lugar nuevo donde se me reconociera. Tampoco quería ponerme a hacer marcianadas que no tengan nada que ver conmigo.

Es verdad que, aunque el universo en el terreno de la producción sea diferente a lo que venías haciendo, hay frases muy mecanianas, esas rimas consonantes de: “en un cayén, niño ven, todo está bien a más de cien, me voy de ti y tú también”. ¿Dirías que es una marca registrada de Ana Torroja o Mecano que, de alguna manera, se ha convertido en una especie de subgénero, que existen unas maneras que interiorizan otros productores-compositores?
Puede que sea inconsciente: algo que uno ha aprendido y sabe expresarlo de manera innata. Pero también es verdad que, al trabajar juntos, hay cosas que ellos hubieran expresado de una manera y yo de otra, y tuvimos que encontrar ese quórum, ese punto de encuentro entre lo que es mi manera de contar y cantar las cosas y la que ellos manejan.

"Ahora la verdad es que todo ese conjunto de canciones y alguna más huelen a disco"

Uno de los nombres que más resaltan es el de Rosalía, omnipresente en este último año. ¿Hasta qué nivel participó en esta canción? ¿Solo es en “Llama” o en más canciones del disco?
Ella participó en dos de las canciones que hicimos. En “Llama” en concreto se implicó en la letra. En el momento en el que estábamos trabajando en esta canción, ella estaba trabajando en “El mal querer” con El Guincho; y se pasaba por el estudio de vez en cuando, y de una manera natural abríamos el debate, y le mostrábamos lo que teníamos y le preguntábamos qué diría ella, cómo se imaginaba la letra o tal parte de la canción. Cada uno aportaba lo suyo, y Rosalía aportó su talento en “Llama” desde el plano lírico.

Tengo entendido que, además de con El Guincho y Alizzz, también trabajaste con Pional o Henry Saiz. De hecho, se te lleva viendo en las stories de Instagram de Pional desde hace mucho tiempo, más de un año posiblemente. Hubo rumores de que hasta erais familia…
(Risas) Ahora ya lo somos: nosotros decimos que somos “la familia del pop”.

¿Cómo ha sido la búsqueda de todos los productores? ¿Fue a través de Alizzz y El Guincho que luego se sumaron otros; se acercaron ellos en bloque; tú tenías fichado a alguno…?
Se presentaron juntos, como equipos de trabajo diferentes: por un lado, Alizzz y El Guincho; y, por otro lado, Pional y el equipo de Henry Saiz; y, por otro lado, tanto Recycled J como ATICA. Pero, sobre todo, fue un acercamiento conjunto de Cristian (Alizzz), Pablo (El Guincho) y Mike (Pional), que coincidieron en hacer algo conmigo. No pudieron trabajar los tres juntos a la vez, pero sí en equipos de trabajo en Madrid y Barcelona; y a nivel discurso sonoro global de las diferentes canciones se nota que hay muchas conexiones entre ellos como productores, y que tenían una idea global. De ahí salieron ocho canciones, y alguna más que se va a ir sumando. No sabíamos si hacer un EP de cuatro y luego otro EP de cuatro; hacer un disco corto de ocho canciones; ir sacando singles… yo me dejé llevar por el, como dicen ellos, “flow” (risas); y ahora, la verdad, es que todo ese conjunto de canciones y alguna más huelen a disco ya.

Hablas de volver a tus orígenes con este acercamiento a la música electrónica. ¿Hay un afán de recuperar cosas que creías perdidas?
No creo que lo hubiera perdido, pero sí que lo había abandonado. No sé si por esa intención mía de diferenciar a la Ana solista de la Ana de Mecano, quizá me fui yendo por un lugar sin darme cuenta de que me estaba alejando de mi lugar natural. Ha sido como reencontrarme con un amigo de la infancia, y me ha hecho mucha ilusión: de esos amigos que hace años que no ves, pero parece que fue ayer cuando te vuelves a encontrar. Me he sentido muy motivada y feliz, pero también muy cómoda: no ajena a lo que estábamos haciendo.

Supongo que no querrás hacer spoiler, pero viendo la nómina de gente con la que has trabajado, no sé si te has animado con el trap y/o el reggaetón, también.
A mí me gusta llevar la contraria, generalmente. Me preguntaban si iba a hacer colaboraciones con otros artistas; y para mí esto ya era hacer una colaboración, y lo desestimaba. Y con el reggaetón me pasaba un poco lo mismo.

Ya solo por joder.
(Risas) Pero, es verdad que hubo algún que otro acercamiento. De hecho, hay una canción por ahí colgando que yo decidí que no, que no me veía ahí todavía: al final, es un ritmo…

Pero necesitas hacer cosas “de tránsito”.
Sí, exactamente: necesito un camino para llegar hasta ahí y para sentirme cómoda haciéndolo.

Hacer esto te acerca a otro circuito. No es común ver a Ana Torroja entrevistada en MondoSonoro por un nuevo trabajo suyo. ¿A ti te apetece acercarte a otras escenas? ¿O crees que hay muchos prejuicios contigo y que va a ser difícil que la gente se acerque de manera neutral?
Sí creo que hay muchos prejuicios, y no debería de haberlos. Por eso me lanzo a donde sea. Ojalá esto sirva para ir quitándolos, porque creo que hay sitio para todos y en todos hay sitio: quiero decir, no por tener una edad equis tienes que hacer determinada música; y no por ser de determinado sitio tienes que hacer lo que dicta la norma. A mí muchas veces me preguntan qué música escucho; y yo digo: de todo. ¿Por qué? Porque depende del momento, del sitio. Y porque de todo se aprende: la música y los géneros están para alimentarse de ello. Para mí es muy enriquecedor beber de muchas fuentes diferentes. Yo soy consciente de que quizá alguno al leer esta entrevista diga: “¿qué hace esta aquí?”.

O incluso sin leerla, que es bastante más probable.
Exacto. Pero creo que son prejuicios absurdos: uno no sabe lo que va a descubrir antes de escuchar una canción.

Hay artistas que van desde Raphael a Los Chichos o Azúcar Moreno que han tocado en algunos festivales más cerca del circuito alternativo o indie. ¿A ti te gustaría tocar en ese tipo de contextos?
Sí, totalmente, me encanta. De hecho, a algún que otro festival a veces he ido a tocar, y hay de todo. Pero creo que hay promotores de festivales que deberían quitarse prejuicios. Pional o Henry Saiz me han dicho que cuando vayan a tal o cual festival, estaría bien que fuese con ellos a cantar alguna canción: son circuitos que me interesa abrir y me emocionaría poder formar parte de ellos. Lo otro ya lo conozco.

He estado mirando la nómina de compositores que había en tus discos anteriores; y creo que es la primera vez que tienes un tema que se acerca a la manera de crear de algunos iconos pop contemporáneos, que entre compositores y productores acaban creándose lo que se llaman “campamentos de composición”. En tus discos anteriores eran canciones que componía uno, dos o tres como mucho; aquí sois ocho los que firmáis “Llama”. ¿Te ha gustado esta manera de componer? Madonna dijo hace poco acerca de estos métodos, que utilizó en sus últimos dos discos, que no le permiten “ser una visionaria: nadie puede estar quieto durante quince minutos”. ¿Qué opinas de esto?
No estoy de acuerdo con Madonna: yo he estado muy cómoda. Para mí, enriquecerme de la mirada de otros artistas y productores ha hecho que las canciones vayan a otro nivel. Yo no podría haber hecho “Llama” sola. Y lo mismo, si hubiera estado solo Alizzz sin Pablo, o al revés, tampoco hubiéramos llegado a lo que hemos llegado. Para mí, ese sentimiento de compartir talentos, y que cada uno ponga su gotita mágica en cada canción hace que salgan canciones como “Llama”.

"Yo soy muy poco nostálgica, no me gusta mirar al pasado"

Cuando trabajabais de esta manera, ¿había una obsesión por construir un hit?
Creo que, a día de hoy, el secreto para hacer un hit no lo tiene nadie… bueno, solo los suecos, pero suenan las canciones muy parecidas entre sí. No hay un ABC del hit, pero sí que creo que hay que hacer canciones que llamen la atención, que consigan trascender: si no ocurre eso, con la inmediatez con la que se mueven las cosas hoy en día, pierdes el tren. Necesitas algo que te haga click, y que te genere cosas que no te genera una canción de fondo de armario o que pasa desapercibida.

Excepto alguna cosa muy puntual, se puede decir que, al menos en estos últimos años, tú abres el melón, y eres la primera de tu generación que arriesga al trabajar con artistas ya no más jóvenes, sino que tienen una visión de la canción pop absolutamente contemporánea. ¿Crees que hace falta que se arriesgue más en este sentido?
Aquí, hasta que la gente se ha decidido compartir un poquito de su talento con otros, pasó mucho tiempo. Cuando yo estaba en Mecano no me dejaban colaborar con otros artistas: era como si le estabas regalando parte de tu talento a otro, como si lo capitalizara. Costó mucho quitarse ese egoísmo artístico, de posesión, de “estas son mis marcas de agua y no te puedo dar un poco de mi poción mágica porque la pierdo”. A mí me parecía muy feo, porque colaborando surgen cosas que no surgirían si las hiciese uno solo. Ahora está más de moda compartir.

¿Ves que tus compañeros generacionales están algo anquilosados, que han decidido vivir de sus éxitos del pasado?
Un poco sí. Yo soy muy poco nostálgica, no me gusta mirar al pasado. Soy una persona de presente: me gusta vivir en el presente, evolucionar con lo que estoy haciendo ahora, acercarme a gente con una mirada actual… creo que, como te decía al principio, hay que renovarse. Es evidente que sigo cantando canciones que tienen ya más de treinta años algunas; pero siempre intento maquillarlas, llevarlas a lugares nuevos, las quito y las recupero años después… porque si no me aburro.

¿Acercarte a un público tan juvenil como el de OT era una manera de ir abriendo el paraguas de lo contemporáneo que se certifica ahora con estas canciones que has empezado a presentarnos ahora?
No sé si, en ese sentido, OT me ayudó o no (ríe).

¿Crees que no te ayudó?
Creo que ayudó a ponerme en el mapa, porque llevaba mucho tiempo fuera de España, y además el público general de OT es muy joven, y probablemente muchos no sabían quién era yo ni quiénes éramos Mecano. Y ayudó a que, cuando alguien de ese público escuche “Llama”, sabrá quién soy. Pero hasta ahí. No estoy tan lejos de esa gente joven: tengo una hija de trece años y escucho lo que suena desde su cuarto…

"No voy a cambiar mi forma de expresarme si considero que tengo que utilizar una palabra: si hay gente a la que le molesta tiene la libertad de no escucharlo"

¿Crees que la polémica por “Quédate en Madrid”, y el debate sobre la palabra ‘mariconez’, marcó un antes y un después de la imagen y de tu paso por el programa?
A mí me sorprendió ver hasta dónde llegó. Primero, me sorprendió que vieran esa palabra como algo despectivo, ofensivo, feo: sobre todo los concursantes, que tienen más de veinte años casi todos. Eso me hizo entender que hay un gap generacional importante; y hay cosas que a mí me resultan poco estéticas en las canciones, que a ellos les resultan bonitas y naturales; y palabras como ‘mariconez’, dentro del contexto en el que está en esa canción, nunca sería un insulto, y ellos han hecho esa lectura. Yo le pregunté a gente de doce, trece o catorce años, a mi hija, a mis sobrinos, y no les dije nada de lo que estaba pasando, y les leí las cuatro frases de esa estrofa, y les pregunté qué significaba para ellos esa palabra. Y todos me dijeron: “tontería”, “bobada”, “estupidez”. Parece que para los de trece es otra cosa, pero para los de dieciocho o veintitantos era una palabra que resultaba agresiva. Habrá que lidiar con eso. Habrá gente a la que le resulte agresiva y gente a la que le resulte…

…una ‘mariconez’.
(Ríe) Eso es.

A la hora de hacer letras o de opinar lo que te llega de los letristas, ¿estás con la mirilla más aguda? ¿Te sientes menos libre?
No me siento menos libre y no me quiero sentir menos libre, tampoco.

Quizá la palabra en vez de “libre” sea “vigilada”.
Pues que me vigilen. No voy a cambiar mi forma de expresarme si considero que tengo que utilizar una palabra: si hay gente a la que le molesta tiene la libertad de no escucharlo. Lo peor que podemos hacer es poner límites a la creatividad y a la expresión. Hay cosas por las que no me gusta claudicar, pero más por una cuestión de estética y belleza, y no tanto por ofensa o no-ofensa. Por ejemplo, Rosalía tiene veintipocos años, y El Guincho tiene treinta y pico, y hay cosas que ellos expresarían de una manera y con la que yo no comulgo o no me sale de manera natural. No quiero ir de cool y subirme al carro del lenguaje de los de quince: tengo casi sesenta y tengo que ser consecuente con mi edad, pero eso no quiere decir que no pueda hacer trabajos como el que estamos haciendo.

¿Qué esperas que suceda con estas canciones, con este volantazo artístico? ¿Cómo crees que lo recibirán los torrojers?
Yo siempre soy muy prudente con lo que espero. Más bien, no espero: voy. En este caso, hoy por hoy, solo ha habido una persona en las entrevistas que he hecho, que me ha dicho: “es muy original”, con una cara un poco de Gioconda. Todos los demás estaban emocionados, sorprendidos y entusiasmados con la canción, con el regreso, con el videoclip… te hablo de gente de distintas generaciones. Algunos hasta me dicen: “¡me recuerda a Mecano!”. Y no era la intención, pero al final es mi voz, y posiblemente sea el registro sonoro de mi carrera en solitario que más se acerque a los primeros discos de Mecano.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.