“Lo que digo en las canciones es un personaje que voy montando”
Entrevistas / Alberto Gambino

“Lo que digo en las canciones es un personaje que voy montando”

Redacción — 29-12-2022
Fotografía — Archivo

El rapero valenciano Alberto Gambino vuelve a la carga con “Chancletas” (Autoeditado, 22), su quinto disco de estudio en el que no pierde la chulería que le acompaña desde hace dos décadas pero en el que se toma el lujo de reflexionar y, mal que le pese, mostrarse más maduro que nunca.

A sus cuarenta y dos años y con una vida completamente distinta a la de 2009 cuando el éxito le arrolló con la popularísima ‘Purpurina’, Alberto Gambino es patrimonio indiscutible de nuestro rap.

¿Cómo estás viviendo el lanzamiento del disco?
Bien, aunque aún es pronto para ver. De todas maneras, el feedback es bueno, a la gente que lo está escuchando le gusta y eso es con lo que me quedo yo. Luego ya los números y todo eso…

¿Les prestas mucha atención a los números?
No, no mucho. A lo mejor el primer día tras colgar el disco entero por ver qué canción tiene más escuchas para sacar un videoclip o lo que sea. También me hago un ranking de canciones de canciones antes de lanzarlo y luego voy comparando. Pero no les suelo prestar mucha atención.

"Salir de mi burbuja y tratar con gente y escuchar otras cosas de otros productores te hace escuchar con otros oídos diferentes"

¿Y en tu ranking cuáles eran las apuestas para estar arriba?
Yo sabía que ‘Cuenta Conmigo’ iba a ser uno de los singles principales. Y tengo un remix de esa canción con Zatu (SFDK), que no la he sacado para hacerlo más adelante. Esa era la más potente y luego había dos o tres que iba barajando pero es complicado porque, por ejemplo, con la canción de ‘Tiempo’ que es la más pesada, la más rapera. Incluso es una de las más antiguas del disco y yo creía que le iba a costar más entrarle a la gente. Además es que dura tres minutos y pico, el estribillo no para de repetirse… Hasta a mí se me hace monótona. Y luego hay mucha gente que me ha dicho que era la que más les molaba. Muchas veces no hay por donde agarrar porque el gusto de la gente es muy variable.

¿Cuándo empezaste a trabajar en ‘Chancletas’?
A partir del mismo mes que empezó la pandemia o el mes de antes. Ya tenía mogollón de canciones compuestas porque yo suelo componer mucho, me gusta ir trabajando por mantenerme ocupado y mantenerme motivado. Pero estaba estancado, sin saber del todo hacia dónde quería ir a nivel sonoro. Me di cuenta de que todos los temas me sonaban a lo mismo que había hecho siempre, me parecía que estaban guays pero escuchaba la canción cuatro veces y decía “yo esto ya lo he hecho”. Y esa sensación era horrible, como de un bucle. Necesitaba un poco de frescura y espontaneidad y, en realidad, ahora lo pienso y creo que era por estar enclaustrado. Soy muy ‘yo me lo guiso, yo me lo como’ y estoy yo en mi estudio trabajando. Entonces pierdes toda la perspectiva. Y el hecho de salir de mi burbuja y tratar con gente y escuchar otras cosas de otros productores te hace escuchar con otros oídos diferentes a si fuese en una playlist, lo absorbes de una manera diferente y eso tiene mucha magia. Ahí es cuando empecé a verlo y a motivarme.

Es muy interesante esa búsqueda de adaptarte a los nuevos sonidos juntándote con otros productores. De hecho, en este disco vemos coproduciendo a Pablo Gareta y Mumbai Moon, ¿con quién más te has juntado en el estudio durante este tiempo?
Yo estuve varias veces aquí en Madrid y me junté con PMP, con Gabriel Fernández, con Blasfem. Luego también con Óscar (Acción Sánchez) y con él se me quedó la espinita de sacar un tema con una instrumental suya, pero al final no pudo ser porque cuando tuvimos tiempo a escuchar sus beats ya tenía el disco cerrado. Pero había varias cosas que me enseñó que sentí que lo tenía que hacer pero, al final, no tienes tiempo aunque no lo descarto.

¿Y cómo se dio esa colaboración con Bejo en ‘Te doy con la chancleta’?
Yo creo que ha sido de la manera más orgánica posible. Antes ya había producido la instrumental, tenía el estribillo pero no había escrito nada más. Y yo la escuchaba y pensaba que molaría Locoplaya. Y se lo dijimos a Bejo y él encantado. Es más, estuvimos varios meses para coincidir por temas de agenda y la idea era hacerla cada uno en su estudio. Pero forzamos juntarnos porque el hecho de trabajar con gente sin que sea telemáticamente enriquece mucho más, tanto el tema como a ti. Y pasé un día de estudio con él, la letra la trabajamos los dos, escribiéndola a la misma vez y eso para los que creamos es maravilloso.

Imagino que cuando te juntas a crear con alguien, tu idea inicial puede acabar yéndose por tierra y la canción termina en un punto completamente distinto al que imaginaste
Claro, siempre te pueden dar un enfoque distinto y eso es algo que he trabajado mucho en este disco a nivel de producción. Porque cuando trabajas solo pierdes la perspectiva, llevas dos semanas trabajando en un tema, crees que es una genialidad y, a lo mejor, te estás rayando. En este disco he trabajado con un coproductor que ha sido el que me ha guiado aunque eso es algo que a mí me cuesta, el hecho de que alguien te dé una opinión es duro, pero eso es el ego de artista. Yo no soy una persona muy egocéntrica pero a nivel creativo sí, tú estás haciendo tus letras y te crees que tienes la verdad absoluta y luego igual estás totalmente equivocado. A mí me ha venido muy bien hacer un tema y pasárselo a él y que él me dijera qué le parecía y me diera un punto de referencia. Es algo que siempre me ha costado pero esta vez me he dejado llevar porque, en realidad, es la mejor manera de trabajar.

"La lucha que he tenido en este disco es la de tener un rollo fresco pero, dentro de mi evolución"

Muchas de tus letras siguen siendo tan arrogantes y ácidas como las de tus primeros discos. Lo de ser igual de chulo que con veintitantos, teniendo ahora mujer e hijos, ¿forma parte de Alberto o del personaje de Alberto Gambino?
Lo que digo en las canciones es un personaje que yo voy montando. En realidad yo no soy tan flipado, siempre vas forzando. Sigo teniendo la misma mierda en la cabeza, incluso creo que ahora tengo más porque con el pasó de los años se me llena aún más de conceptos, de tonterías y de chorradas. Pero sí que es verdad que cuando era joven era más punky, me daba igual todo. Antes me daba igual cómo quedaba la canción, yo lo único que quería era escribir y sacar canciones. Ahora me voy centrando más en otras cosas, me he vuelto más tiquismiquis a nivel de sonido. Y, sobre todo, ya tengo una edad y hay cosas que se me ocurren y digo “¿dónde voy yo con estos conceptos?”. La lucha que he tenido en este disco es la de tener un rollo fresco pero, dentro de mi evolución, me he vuelto más mayor. He madurado, entre comillas, entonces no quería ser muy carca. Pero se me cuelan muchos términos, muchas expresiones y conceptos que son más de mi generación que de esta. Yo tampoco me veo hablando como habla la juventud, yo me he criado hablando de otra manera. Te adaptas un poco y llegas a un término medio. Pero antes no tenía nada que perder y ahora sí. Yo antes quería llamar la atención y ser polémico, me la sudaba todo. Ahora también, pero me gusta hacerlo más sutil.

¿Cuando te haces mayor también te haces más conformista?
Mira, yo vivo en una casa que tiene unas escaleras a pie de calle, como las de Brooklyn, y es un sitio perfecto para que los chavales vayan a fumar porros. Y voy con mis hijos y los veo ahí… Ahí es donde está esa inflexión de decir “soy rebelde pero me he hecho mayor”. Y es una lucha constante. Pero todavía no he encontrado el límite de saber si he madurado o no. Si le preguntases a mis hijos seguramente te dirían que no.

¿Tus hijos han escuchado el disco?
Tengo una hija de cinco y un niño de un año, o sea que él no cuenta. Sí hice un gran experimento porque me he dado cuenta que hay ciertas canciones que he hecho a lo largo de mi carrera que llaman mucho la atención a los niños, no sé si por la melodía o por el estilo o por lo que sea. Y a mi hija le gusta mucho la música, así que hice la prueba y le puse todo el disco para ver cuál era su reacción. Cada día le ponía dos canciones y ella bailaba y luego llegó el veredicto. Le dije “María, estas son las canciones de papá, ¿te gustan?” y me dijo “sí, me gustan, pero me gustan más las de Frozen”. Sobre todo, sinceridad.

¿Estás al tanto de la escena rap actual?
Sí, a lo mejor no tanto como querría y debería, pero voy escuchando cosas. Siempre me ha pasado lo mismo, hace 15 años también. No suelo estar muy al tanto de la escena, pero siempre tienes relación con artistas y tienes esas referencias. A mí me gusta mucha escuchar a gente joven porque es donde está la esencia, la frescura que yo he perdido la tienen ellos. Nuestra generación luchó y mimó una música para que evolucionase y fuese hacia algún lado y hacia allí va. Ahora los chavales la han variado, pero es bueno porque es una transformación y es la evolución lógica de la música . Lo veo totalmente enriquecedor.

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