41 Strings

Esto está fuera de competición. Ajeno al mundo. En ninguna liga de las conocidas o por conocer. Dicen que es una simbiosis de clásica y rock. Por instrumentación, podría ser, aunque no me suena a nada de lo que en mi cabeza respondería a ese concepto. Es lírico, bello, evocador, ambicioso, grandilocuente, sensible y mastodóntico. Podría ser una genialidad o una gloriosa tomadura de pelo, y ahí también radica su encanto. En ninguno de los dos casos dejaría de tener su mérito el empeño de Nick Zinner (Yeah Yeah Yeahs) por juntar 41 instrumentos de cuerda, combinarlos con un puñado de guitarras eléctricas y otros tantos percusionistas y tramar esta preciosa oda a la naturaleza, dividida en cuatro partes, una por cada estación del año, todas alrededor de los seis minutos: “Fall”, “Winter”, “Spring” y “Summer”. Lo hizo por primera vez en el Día de la Tierra de 2011. Y desde entonces solo lo ha llevado a escena otras tres veces. Es complicadísimo, claro.

Son 23 minutos en total, con la participación de guitarristas como Lenny Kaye (Patti Smith Group), David Pajo (Slint, Gang of Four), Paul Banks (Interpol) o Romy Madley-Croft (The xx), entre muchos otros, y percusionistas como Jaleel Bunton (TV on the Radio), Andy Macleod (Royal Trux), Hisham Bharoocha (Boredoms) o Brian Chase (Yeah Yeah Yeahs), que suenan como un monumental score (a veces me recuerda a los directos de Glenn Branca con su ejército de guitarras, otras al disco de Floating Points con Pharoah Sanders) con los que el ser humano, que parece irremediablemente abocado a auto extinguirse por su propia imbecilidad, al menos dejaría un precioso testamento sonoro para que la siguiente especie en habitar el planeta tuviera constancia de que un puñado de chalados no solo se preocupaba por el cuidado del planeta, sino que además traducía esa inquietud en algo tan rematadamente bonito e impresionante.