Shoegazing Downunder
Conciertos / Bilboloop

Shoegazing Downunder

7.5 / 10
Pedro Blackearth — 14-10-2016
Empresa — Pitch03
Fecha — 13 octubre, 2016
Sala — Satélite T, Bilbao
Fotografía — David Mars

Nos visitaban ayer los Flyying Colours desde Australia para celebrar los 15 años del festival de música pop independiente Bilboloop. Quince años apoyando la efervescente pero siempre interesante escena underground del pop internacional es todo un mérito, y esta banda como presentación del evento por 5 Euros en el Satélite T ha sido todo un acierto.

Con este propósito el joven cuarteto Aussie presentaban lo que es su lp de debut “Mindfullness” a través del sello Club A 30, especializado en una joven horda de bandas psicodélicas y shoegazers de variado pelaje, después de dos Ep inaugurales. La propuesta era clara, shoegazing de la vieja escuela con delicados toques postpunk aquí y allá.

Si se juzgara el concierto en base al estilo que practican, cumplieron con creces. Distorsión exagerada, abuso de los loops, delays,, ecos y reverbs, melodías pop enterradas y enmascaradas junto a la voz con capas y capas de guitarra. Todo perfectamente ensalzado con la desgana fingida (o no) de la banda a la hora de derretir los óidos con esas murallas de distorsión y atmósfera.

Ahora bien, quizá como único matiz, a veces se notaba el poco tiempo que ha pasado desde que empezaran en 2011. Por momentos parecía que se desmontaban como un lego y sólo la energía sónica de la batería y la bola de sonido mantenía todo a flote. Aunque pensándolo mejor, de eso trata el shoegazing. Cuando uno escucha el Nowhere de Ride, espera que en cualquier momento se desintegren en un agujero negro de distorsión. Si juntamos eso a lo anteriormente detallado, para que engañarnos, misión cumplida. Además si le añadimos los toques a The Cure y Chameleons cuando la distorsión no protagonizaba la actuación y tenemos una receta para encontrar un punto medio interesante de explorar en un futuro.

A modo de conclusión, cantidad de público bastante decente para ser un concierto en Jueves, aunque el precio era un atractivo y la banda cumplió de sobra, no era de esperar un ambiente tan curioso para el día de la semana. La verdad es que a pesar de esa columna que joroba la visión y la distribución espacial del público en el Satélite T, las selecciones de bandas que están visitando su escenario (el concierto de Holy Wave fue una gozada en Marzo) es exquisita.

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