No nos llaméis blanquitos
Entrevistas / Fundación Tony Manero

No nos llaméis blanquitos

Jordi Ordóñez — 29-10-2002
Fotografía — Archivo

La fiebre continúa y se expande allá por dónde van. La disco adicción parece no tener cura y, día a día, crece el número de fans auténticos capaces de distinguir entre el buen funk y la maligna música de baile. Los mayores responsables de esta epidemia, la Fundación Tony Manero, están de vuelta con un nuevo trabajo, “Sweet Movimiento” (Drac/Virgin, 02), que promete conseguir, si cabe, más adeptos y hacernos mover la cadera hasta límites insospechados.

Cuando uno se postra ante una obra musical de la magnitud de la de la Fundación Tony Manero se pregunta cómo puede ser que este nuevo disco supere el listón de los dos anteriores y, según parece, el secreto radica en el hecho de sentirse cómodo con lo que uno hace. Al parecer, “Bikini...” era un disco en cierto modo "fácil" ya que contenía sólo versiones, mientras que “Looking For La Fiesta”, pese a ser enorme, carecía de la personalidad que rebosa este “Sweet Movimiento” por los cuatro costados. Un disco más unitario y fluido y con la lograda interpretación que conlleva la experiencia. Un trabajo, en definitiva, menos frío y mecánico, con menos clichés compositivos y con unas letras plagadas de impresiones causadas por lo que rodea a la Fundación. Y es que esta última grabación, bautizada una vez más con un sustantivo alusivo al spanglish es el compendio musical más claro que se pueda encontrar para dar significado a la palabra movimiento, a veces relacionada con lo social, a veces con el baile en la pista o con el vaivén que supone estar girando casi un año.

“Es música para bailar y para follar, pero no follar llanamente, sino en una cama estilo Luis XXVI”

De ahí que, cuando se les pregunta por cómo fue la grabación, se muestren tajantes. “Traumática (risas), era como el síndrome Sagrada Familia, ir haciendo y no terminar nunca”. Dicho martirio derivaba de la parte vocal del disco, cuya grabación se hacía por la noche hasta las siete de la mañana, lo cual “supuso probar por fin los Donuts frescos de las siete de la mañana al volver a casa”. Al parecer una amalgama de horrorosas experiencias por las cuales, a la vista de los resultados, valía la pena pasar para conseguir lo que ellos mismos definen como “música para bailar y para follar, pero no follar llanamente sino en una cama estilo Luís XVI”. Llegados a este punto, la parte fatídica de la entrevista asoma amenazante y es que todo curioso que se precie debe preguntarles por su superéxito “Super Sexy Girl” y ese hecho, a veces quizá molesto, de que a una banda se la conozca sólo por un único tema. Su reflexión no deja lugar a dudas: “el tema fue una gran ayuda para llegar a mucha gente y lo que cuenta es que se escuche tu música”. Como debe ser, aunque se intuye por lo que hemos escuchado del nuevo trabajo, que es posible que haya algún single aunque no al estilo de "Super Sexy Girl". Estamos hablando del tema que abre el disco, "United Soul", cuyo vídeo clip ha sido ambientado en un supermercado del Harlem (curiosamente, cerca de Gavà, en Barcelona) y que nos sugiere una nueva línea estética de la banda, que, olvidando los trajes de pata de elefante, opta por una visión estilístico más setentas, más streetwear, eso sí, sin obviar las bolas de discoteca, los peinados afro y los patines. Así pues, “Sweet Movimiento” es un trabajo hecho a base de pinceladas impresionistas y surrealistas de la vida de la Fundación, así que les pedimos que nos definan, con palabras, lo mejor de las pinceladas que conforman el álbum. “El single representa la unidad alrededor del funk, mientras que ´Master Mike´ es un tema old school a lo Sugar Hill Records; ´Everyone Is Moving´ es la participación de la gente al margen de la política que nos recuerda al maestro Mayfield; ´Sweet Movimiento´ está pensada para ser bailada por las chicas en la discoteca; ´Bed Things´ es un tema para follar, pero follar puro, con amor vamos...”. Pero podríamos seguir: “Funky Macarrón” será, sin duda alguna, una de las preferidas del público. Su estilo cachondo y macara la convierte en algo especial y diferente a las demás; “Taste It” viene a ser los Jackson 5 hablando de comida y confirmando de paso que la Fundación sabe cómo componer excelentes melodías, “Robodance” es un homenaje a la ciencia ficción de los setenta, mientras que “Nights Over Asland” es la primera incursión de los Manero en el caliente mundo de lo brasileño (a excepción del ramalazo salsero, “Che Idea”, de su primer trabajo). Resumiendo, un discazo con denominación de origen, dos partes definidas (los siete primeros temas por un lado y los cinco siguientes por el otro), pero con una clara linea argumental que lo convierte en una obra sólida y coherente. Y si alguien pensaba que la Fundación era un grupo de cachondeo, se equivocaba: “Podemos parecer frívolos y poco profundos, y de alguna forma lo somos, pero eso no significa que no pensemos”.

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