LA RABIA DEL NUEVO MILENIO
Entrevistas / Neurosis

LA RABIA DEL NUEVO MILENIO

David Broc — 18-09-2001
Fotografía — Archivo

Pronuncias su nombre en según qué ámbitos sociales, musicales, periodísticos o discográficos, y los interlocutores te miran con el rostro compulgido, pálido, se diría que decepcionado. Es como si no se acabaran de creer lo que les estás diciendo. ´Neurosis´, insistes. Tú sabes a ciencia cierta que es muy probable que esa misma persona que te está diciendo con la mirada ´eso es un grupo metalero que me da muy mala espina´ constituya un fanático potencial de la banda, puesto que sus coordenadas musicales circulan en paralelo a muchas bandas que sí son bien recibidas en los terrenos exteriores al metal o el post-hardcore. Tienen miedo porque no conocen. Y deberían, desde ya mismo (en su tienda más cercana, hagan el favor), plantearse el primer cara a cara con la banda. Sin apriorismos, sin falsas hipótesis... repito: sin miedo. Porque al escuchar los primeros instantes de "The Tide", la mejor canción de "A Sun That Never Sets", su flamante nuevo disco, se darían cuenta de muchas cosas, pero sobre todo llegarían a la apacible conclusión de que en Neurosis cohabitan los síntomas de la inquietud innegociable, del atrevimiento feroz, del genio sin domesticar y, por encima de todo, de la emoción pura, intachable. La rabia del milenio, ahora sí. Del nuevo milenio. Scott Kelly, guitarra y voz y líder junto a Steve Von Till de la banda, nos habla de todo ello. "Es un disco más melódico, es cierto. Hemos prescindido voluntariamente de muchas percusiones que sí estaban presentes en "Times Of Grace" y, sobre todo, "Through Silver In Blood". Necesitábamos recuperar, en ese sentido, un discurso más desnudo y simple. Creo que el uso de tantas percusiones le daba a nuestra música un tono muy denso, más barroco. Quisimos volver a la sencillez, especialmente en ese aspecto. Al respecto de los instrumentos de cuerda y el piano, bueno, en realidad no es la primera vez que decidimos adoptar ese tipo de instrumentos, pero sí es la ocasión en que su presencia ha sido más notoria. Nos interesaba esa posibilidad de introducir unas notas de piano, por ejemplo, dentro de una atmósfera tan intensa como la de "The Tide".

"Neurosis significa emoción extrema. Para nosotros es primordial que el oyente se deje atacar por nuestra música"

Son apoyos melódicos, como el violín o el acordeón, que nos sirven para enriquecer la canción sin que ésta se vea afectada, sino todo lo contrario". Obra avanzada a un presente narcotizado que ya está en deuda con su discurso, "A Sun That Never Sets", arremete contra preceptos establecidos y prejuicios irrisorios con una intensidad sin parangón alguno en la actualidad metal, post-hardcore, post-rock o slow-core (cuatro etiquetas... no, mejor dicho, cuatro maneras de enfocar canciones que comparten habitación en un mismo disco: puro genio). Son anti-melodías que arden a la mínima, auténtico keroseno plastificado camino de la combustión. Pero lo que me da más miedo de Neurosis no es este "A Sun That Never Sets", su ahora, sino lo que está por llegar. No, rectifico: lo que me da más miedo de Neurosis es que llevamos muchos años con ese miedo incrustado en el cuerpo. Y disco tras disco, ese temor se materializa y, lo que es peor, se amplifica. "Tienes razón: si algo hemos ganado con el paso del tiempo, con nuestra madurez como músicos, es la libertad total. Creo que cada disco, en especial desde "Enemy Of The Sun", que es donde decidimos romper con todo, nos ha servido para sentirnos más liberados mentalmente, mucho menos presionados a la hora de enfocar determinadas estructuras, o la hora de introducir según qué instrumentos o secuencias electrónicas. En este caso, apoyo tu idea de que "A Sun That Never Sets" es nuestra obra más libre, sin duda alguna. No sabemos qué vendrá ahora, no hemos pensado ni tan siquiera en ello. Pero hemos llegado a un punto en el que lo único que nos planteamos al pensar en determinado elemento dentro de una canción es si nos gusta o no. Nada más".

Está claro que, a día de hoy, Neurosis (y también Tribes Of Neurot, su grupo paralelo y complementario) son unos desconocidos. Llevan siete discos (si decidimos validar el mini "Sovereign" como Lp, entonces son ocho) a sus espaldas, pero nadie parece conocer o querer conocer por completo al grupo. Son unos desconocidos para el público metal más, digamos, ortodoxo. Utilizan un lenguaje que se escapa del concepto que éste tiene de las estructuras, del registro vocal, del tempo rítmico, de las melodías. No se acepta porque, sencillamente, el discurso de los americanos yace en otra órbita. También aparentan ser unos desconocidos para la facción punk-hardcore de corte menos intelectual. Y que nadie me malinterprete: no hablo de capacidad lectiva, sino de manifestación formal. Neurosis buscan algo más que la mayoría de formaciones punks o hardcore. Lógicamente, son unos desconocidos, y al ver algunas caras se diría que repudiados, por ese séquito (muy ligado a la prensa) de consumidores que vibra con casi todo aquello que, a priori, ofrece garantías de renovación, búsqueda, riesgo y vueltas de tuerca. Del post-rock al slow-core, pasando por la vanguardia o la música experimental. Incluso la electrónica. Y ojo: en este Sónar pude contabilizar cinco camisetas del grupo entre el público asistente. "¿De verdad? Es curioso, la verdad.

"Nuestras canciones surgen de un sentimiento de frustración más que de un sentimiento de tristeza"

Pero tampoco supone una gran sorpresa. Sabemos que nuestra música está por encima de etiquetas en el hecho de que nunca nos hemos cerrado a nada ni a nadie. Siempre tratamos de que no nos afecte la opinión o la idea que el público pueda tener de nosotros, tanto si son fans del metal, como del dark ambient, como de la música extrema o como del hardcore. Es algo que hemos asumido con el paso del tiempo y algo que, en el fondo, nos gusta. En realidad, el hecho de no pertenecer a ningún grupo concreto de seguidores nos da mucha más libertad, como ya te comentaba antes". Neurosis han conseguido esa fluidez de ideas y de seguidores, gracias a un discurso que ya es objeto de estudio de muchas bandas jóvenes y no tan jóvenes. Los ingredientes: estructuras largas (que no alargadas), extensas, basculando en una media de entre siete y diez minutos de duración; una base sonora construida a partir de guitarras en cascada, intensísimas, en continua marejada melódica: tensión, distensión, tensión, distensión; un continuo juego a dos voces, éstas siempre combinadas, incluso yuxtapuestas, con el objetivo de acrecentar la sensación de catarsis en las subidas eléctricas; un apoyo incondicional de cualquier herramienta que ayude al engranaje del discurso: sampler, violín, piano, acordeón y distintas percusiones. No es difícil hacerse una idea de cómo suena su música. Como Mogwai intimando con Unsane; como Godspeed You Black Emperor! colaborando con Swans; como Pink Floyd remezclados por Codeine; como Rodan amenazados de muerte por Throbbing Gristle. "A Sun That Never Sets" es una obra maestra del 2001 porque logra aunar, no se sabe de qué forma, muchos vértices distintos, muchas aristas dispersas en un solidísimo, casi poliédrico mensaje. Y siempre con un claro objetivo en su punto de mira: la emoción extrema. "Tú lo has dicho: Neurosis significa emoción extrema. Para nosotros es primordial que el oyente sienta esa emoción, que se deje atacar por nuestra música, porque si no ésta no sirve para nada. Creo que identificarse con nuestras canciones significa sentir la frustración, la intensidad y la perplejidad que nosotros sentimos ante la vida real". Sus canciones suponen un terrible mazazo. Un atentado para todos aquellos que creen no hay que temer por nada en esta vid

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