SEGUNDA OPORTUNIDAD
Entrevistas / Gigolo Aunts

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Aritza Basterretxea — 06-09-1999
Fotografía — Archivo

Nos encontramos ante una banda que cayó en una tela de araña tendida por una de las caras más despiadadas de la industria, la de los asuntos legales y contractuales. Tras varios años de lucha, abandonos y bloqueos creativos, gigolo aunts vuelven a la palestra a lo grande: nuevo contrato, éxito en los Estados Unidos, gran concierto en Benicàssim y, sobre todo, un excelente disco, «Minor Chords And Major Songs».

La historia de los Gigolo Aunts está salpicada de complicaciones. Tras un largo camino en busca de su identidad (la sombra de Big Star era demasiado alargada) y de sus capacidades compositivas (ellos mismos reniegan de sus primeras grabaciones), cayeron en las garras de un complejo conflicto legal que ha durado hasta hace bien poco. La cronología de los hechos es la siguiente: en 1986, los hermanos Hurley (Phil y Steve), guitarrista y bajista respectivamente, se unieron al cantante/guitarrista Dave Gibbs y al batería Phil Brouwer, para, tras ponerse varios nombres horribles, adoptar el de una vieja canción de Syd Barrett. Se mudaron a Boston, donde una escena musical más que interesante, recogida casi en su totalidad por el sello británico 4AD, estaba en ebullición: con los Pixies al frente, Juliana Hatfield, Lemonheads, Velvet Crush... Muchas ilusiones y muchos conciertos por todo el país, pero unos planteamientos eminentemente amateurs, como reconoce el bajista de la banda Steve Hurley. «No había muchos sellos americanos fichando bandas alternativas por aquel entonces, así que intentamos que nos ficharan en el extranjero. Las expectativas eran muy pequeñas en aquella época. Las bandas se conformaban con sacar un disco y poder girar». Grabaron un primerizo Lp, «Everybody Happy» en 1988, y varios Ep’s a lo largo de los siguientes años, trabajos de los que Steve no está muy orgulloso, más que nada porque carecen de la identidad propia necesaria. Sin embargo, el trabajo constante dio sus frutos, y lograron fichar por la multinacional RCA, donde grabaron su notable Lp «Flippin’ Out» en 1994. Sin tratarse de un éxito descomunal, consiguieron una base sólida de fans, Europa incluida, y sobre todo un sonido más elaborado, oscilando entre el rock y el power pop, pero, por encima de todo, dieron con lo más importante, un buen single: «Where I Find My Heaven». Hasta aquí, todo bien. Lo que vino después, supondría un auténtico infierno para la banda: RCA quería dar una dirección determinada a la banda, ellos no tragaron y se marcharon. Su sello inglés, Fire Records, se quiso apropiar de los derechos exclusivos de publicación de la banda, con lo que comenzó una lucha legal salvaje. Resultado: dos miembros (Phil Hurley y Brouwer) abandonaron la nave, con la consiguiente inestabilidad y un cierto bloqueo en su actividad compositiva que les llevaría a pasarse una buena temporada pululando lentamente por una angustiosa tierra de nadie. ¿Cómo sobrevivieron a todo esto? Sencillo: componiendo para diversas bandas sonoras, como «Dos Tontos Muy Tontos» y «The Wonders», una forma bastante inteligente de permanecer a flote. «Comenzamos a escribir temas para películas como una salida mientras estábamos atados legalmente. Fue Dave quien más lo hizo, porque lo vio como una buena manera de permanecer ocupado y sacarse un dinero mientras pasábamos por aquel infierno. Tuvo razón». Dicen que las desgracias no son para siempre, y el caso es que la vuelta a la actualidad musical no ha podido ser mejor: incluyendo como miembros nuevos a John Skibic y a Fred Eltringham, grabaron un Ep («Learn To Play Guitar») en 1997, y lo que es más importante, dejaron prendados a Adam Duritz de Counting Crows, quien no dudó en ficharles para su incipiente nuevo sello, E Pluribus Unum. Es decir, libertad creativa absoluta y asegurada. «Conocimos a Adam cuando salió el primer disco de los Counting Crows... Éramos los teloneros en la gira Suede/Cranberries, y los Crows nos sustituían donde nosotros no podíamos tocar. Coincidimos con ellos en un show en Nueva York, y nos caímos de puta madre: tenían parecidos gustos musicales a los nuestros. Desde entonces, abrimos muchas veces para ellos, y Adam se convirtió en un gran amigo y fan». Su primer disco para este sello se llama «Minor Chords And Major Themes», y ha tenido una aceptación excelente en los Estados Unidos, con grandes ventas y críticas notables. Y es que el grupo ha conseguido una evolución con respecto a sus anteriores producciones, más difusas, a un pop cristalino y guitarrero, con estribillos en forma de himno. Mejor sonido, mejores canciones. ¿Madurez? «Creo que «Minor Chords...» tiene un puñado de singles obvios, pero es un disco más unitario que «Flippin’ Out». Teníamos muchísimas canciones para escoger, y cogimos las que mejor pegaban entre sí. (...) Hemos intentado ‘tejer’ el sonido para maximizar el impacto de cada canción». En resumen, nos hallamos ante un disco con una potencialidad increíble, tanto por sus innumerables singles («C’Mon C’Mon», «The Big Lie» -canción del anuncio de Benicàssim-, «Everything Is Wrong»...) como por su gran directo, como se pudo apreciar en el citado Festival. Mientras se prepara el lanzamiento del álbum (1 de septiembre en España), un caramelo previo: la banda ha grabado una versión de «La Chica De Ayer» (!!!) de Nacha Pop para un recopilatorio homenaje al madrileño bar Flamingo. «No sé si la cantaremos en español o no... se suponía que era una sorpresa, pero ahora nuestros fans españoles querrán oírla». Gigolo Aunts estarán actuando en nuestro país durante los meses de septiembre y octubre.

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