Excusas para el viajero
Entrevistas / Neil Halstead

Excusas para el viajero

Redacción — 04-03-2002
Fotografía — Archivo

La dosis sugerente y precisa que nos venía dispensando Neil Halstead con sus adorables mojave 3, era más que suficiente para mantenernos en equilibrio natural sin necesidad de excesos, pero claro, una vez que la incrementas, tu organismo empieza a desarrollar cierta dependencia y eso es precisamente lo que pasa con el primer disco en solitario de uno de los compositores británicos más certeros a la hora de colarnos excusas.

Así mientras espero el nuevo disco de la banda, me alegro de mi excusa para escuchar “Sleeping On Roads” (4AD/Everlasting, 02) con entusiasmo y de adaptarme con exceso a cada uno de sus delicados pasajes. Unos conocidos y otros que agrandan las sensaciones. “Siempre es la misma canción; no diferencio entre la composición con Mojave 3 y en solitario. Es cierto que aunque siempre sea la misma canción, en este disco son muy diferentes, están interpretadas de otra forma. La mayor diferencia es la falta de acordes en las guitarras y la inclusión de un poco de la electrónica -en forma de teclados- que no usamos en Mojave”. No es un mundo desconocido, es la melancolía soleada de “Excuses For Travellers”, el reparto de la herencia Slowdive en la esencia repetitiva (el propio Neil admite una conexión con Spacemen 3 en “Two Stones In My Pocket”)

“Siempre es la misma canción; no diferencio entre la composición con Mojave 3 y en solitario”

y la tranquilidad que le planta a uno ante una de las mejores composiciones de su carrera ”See You On The Rooftops”, que recoge cada uno de los giros estilísticos que nos ha regalado a lo largo de todo este tiempo. “Salvando el hecho de que creo que es una colección de canciones acústicas, pienso que es un disco muy ecléctico en el que hay muchas cosas diferentes, quizás sí siento que he tomado muchos y diferentes estilos que han confluido de una forma natural en este disco”. Que han confluido en una sucesión de escenas de moteles en la espalda, de la aparición de personajes extraños, de formas de tocar al ser humano sin hacerle daño.

Todo ello parece estar recogido en ese título que nos traslada la sensación de viaje constante en busca de la inspiración. “El título del disco vino después de las canciones, me di cuenta de que cada canción refleja diferentes sitios en los que he estado en distintos viajes, me gusta viajar y conocer gente. Pero no es sólo el conocer gente lo que realmente me inspira. Yo encuentro inspiración en todos lados... en el sexo, en las borracheras. El viaje es sólo una excusa para componer”. Excusas que a él siempre le llevarán a construir canciones extensas llenas de intención ensoñadora y que componen discos con números mágicos. Nueve canciones, siempre el mismo número en todos sus discos. “Cuarenta y ocho minutos. Es una cuestión personal, es en ese punto cuando la atención de la gente empieza a dispersarse. Además las canciones suelen ser largas porque me gusta mucho el concepto de canción de veinte minutos”. Son esos números y la turbadora voz de Halstead las que erigen sus susurros hasta un lugar de privilegio en nuestro cerebro, allí donde está nuestra necesidad de destino, donde se construyen las preguntas, justo allí donde nace la inquietud por el placer de escuchar acelerados latidos y donde mejor arraigo encuentran el exceso y las excusas.

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