"Nos obsesiona respetar el idioma en las letras"
Entrevistas / Dolorosa

"Nos obsesiona respetar el idioma en las letras"

Eduardo Tébar — 10-11-2018

Elegantes y artesanos, los granadinos Dolorosa logran la carambola difícil: canciones íntimas con conciencia colectiva. Pop adulto con ganas de jugar. La banda de Raúl Bernal y Natalia Muñoz lanza su segundo disco, Un gran presentimiento (Wild Punk, 18).

La aparición de Dolorosa en la escena granadina fue acogida con una mezcla de complicidad y aspereza hace más o menos un lustro. Sus dulces y exquisitas canciones dejaban en realidad un regusto acibarado. Se convirtieron en el grupo generacional perfecto: la voz del treintañero medio. El proyecto de Raúl Bernal –teclista de Lapido y colaborador de un sinfín de propuestas de con las que comparte una ética del oficio– encontró en la voz de Natalia Muñoz el vehículo idóneo para transmitir un discurso agrio, a veces desesperanzado, por el que también se filtran rayos de luz y una sutil ironía. Más allá de lo optimista del título, el segundo álbum de la banda, Un gran presentimiento, sorprende por la desprejuiciada libertad de su música. Aquí, los teclados destacan sobre los guitarras. Raúl trisca con la cacharrería de una manera que, intuimos, hubiese vetado en Jean Paul, su alias anterior. Para colmo, la formación toca por debajo de sus posibilidades. Un ejemplo gráfico: ahora entra en el colectivo Carlos Marqués, uno de los mejores bajistas de Granada, para ponerse al frente de las teclas, instrumento que no había magreado nunca.
“El primer disco fue más pueril y este es más adulto”, comenta Bernal. “He tenido un hijo, me he instalado fuera de la urbe y he ordenado ideas”, añade. Raúl escribe con urgencia sin renunciar a la precisión. “Me obsesiona respetar el acento y el idioma. Me sacan de quicio los autores que no lo hacen. Compongo con cariño. Quiero que mi hijo escuche esto cuando tenga quince años y encuentre un valor en la obra de su padre”. En este cancionero hay más reflexión íntima y menos pasquín político. Entre los hallazgos está Inglaterra, que irrumpe exótica, con trazas de pop contagioso, para hablar de los amigos exiliados durante la crisis: la fuga de talento que nadie menciona. ¿La favorita por consenso? Que solo lo sepa yo. “Tiene un ambiente sureño, y cantamos Natalia y yo todo el rato. Conecta con el trabajo previo”, explica el impulsor de Dolorosa.


CONCIERTOS.

DOLOROSA estarán el 17 de noviembre en el Ambigú Axerquía, Córdoba y el 22 en el Teatro Alhambra de Granada

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