"Me siento más excitado e interesado por la música que nunca"
Entrevistas / Caribou

"Me siento más excitado e interesado por la música que nunca"

Ricky Lavado — 03-03-2020
Fotografía — Archivo

Dan Snaith es un tipo tranquilo, amable, atento y educado. Resulta imposible sentarse a charlar con él y no sentir automáticamente una cercanía y una simpatía enormes al escucharle hablar de forma apasionada acerca de su nuevo trabajo “Suddenly” (City Slang/Music As Usual, 20) como Caribou.

En su nuevo trabajo, una de las mentes más brillantes e interesantes del terreno del pop electrónico y la música de club de los últimos veinte años, baja revoluciones para ofrecernos una colección redonda de canciones en la que la calma y la profundidad emocional se sitúan en primer plano. Pasa el tiempo y Caribou no sólo no defrauda, sino que va creciendo de forma exponencial con cada nuevo paso en una carrera impecable que lo ha ido convirtiendo poco a poco en un compositor enorme, dotado de una sensibilidad y un manejo del sonido totalmente únicos. Celebremos una madurez tan bien llevada, y aplaudamos la valía de un artista que ha sabido construir una carrera impecable llevando la normalidad, la humildad y las buenas intenciones por bandera.

Han pasado seis años desde “Our Love”. ¿Qué ha ocurrido durante este tiempo? ¿De dónde sale “Suddenly”?
Hay varias respuestas a esta pregunta. Han pasado un montón de cosas en mi vida personal en estos últimos años y muchas de esas cosas están reflejadas en las letras del disco. Por un lado, nació nuestra segunda hija. Por otro lado han ocurrido cosas relativas al cuidado de la gente a la que quiero, mis padres y otros familiares mayores que yo, cosas sobre sobrellevar la pérdida de seres queridos, las pérdidas dentro de la familia. Mi vida se ha equilibrado entre la música y el resto de cosas que ocurren a mi alrededor, y eso es parte del motivo por el que he tardado tanto en hacer un disco nuevo, pero también me pasa que cuando me siento a componer hoy en día, miro atrás y no quiero repetir nada de lo que ya he hecho. Si miras la discografía de mucha gente a lo largo de los años, normalmente la mejor música suele estar al principio. Adoro la música, me encanta hacer música, me siento más excitado e interesado por la música que nunca, pero tengo el pensamiento constante de que necesito que cada cosa que haga tenga algo nuevo que decir, y eso requiere ser capaz de reinventarse, y se necesita tiempo.

"La perspectiva general del disco es intentar que la música sea un consuelo, por eso el disco tiene ese tono, quiero hacerle saber a la gente que estoy ahí para apoyar y para ayudar a superar cualquier problema".

¿Te vas volviendo cada vez más exigente con el paso del tiempo?
Hay dos caras en ese proceso. Una es la que me dice “olvídate de todo y simplemente disfruta haciendo música, experimenta y pásatelo bien, sin más”, pero luego me pongo el sombrero crítico y pienso qué aporta de nuevo todo este material que tengo entre manos. Si no publicara discos, seguiría haciendo música todo el tiempo, no puedo parar eso, es algo que no puedo desconectar y me encanta que así sea, pero a la hora de publicar un disco necesito sentir que vale la pena y necesito saber que aporta algo nuevo a la conversación entre mi música y el mundo. Ahí puedo llegar a ser muy duro conmigo mismo.

No te planteas un disco con un objetivo concreto acerca de cómo quieres que el resultado final suene, entonces.
No, nunca lo sé. Ojalá lo supiera, pero a la vez esa es una de las cosas que más me gustan: la exploración. La única manera de añadir cosas nuevas es haciéndolas, probando nuevos caminos y jugando con las ideas y descubriendo qué es lo que buscas exactamente a través de un proceso mucho más intuitivo que cerebral.

Da la sensación de que con “Suddenly” esa exploración te ha llevado a alejarte un poco de la parte más electrónica de Caribou o de tus trabajos como Daphni.
La música de Daphni es muy específica, está pensada para sonar en clubes, está construida para funcionar en ese ambiente y está destinada a existir solamente en ese contexto de club. Hago toda la música de Daphni el día antes de una sesión de DJ, y tengo en la mente un objetivo muy concreto con esa música. Con Caribou, siento que todo puede tener cabida. A veces mi entusiasmo por la música de club y el baile hace que termine incluyendo mucha de esa música en discos de Caribou, sobretodo en discos anteriores a Suddenly. En este disco hay temas, como “Ravi”, que podrían pertenecer a un disco de Daphni, pero con Caribou la cosa va más allá y la intención detrás de la música es diferente. No creo que vaya a usar ninguna de las canciones del disco en mis sesiones de DJ, no son funcionales en ese sentido. Lo que ocurre es que cuando paso temporadas largas dedicado a pinchar y a las sesiones de club, de repente siento la necesidad de escribir canciones. Necesito trabajar con acordes y melodías y letras. La música de club tiene mucho potencial; toda esa parte hipnótica, las repeticiones y los loops, las posibilidades infinitas de manipulación del sonido... pero hay un montón de lugares a los que no puedes acceder desde ese género, y cuando empecé a preparar este disco lo único que tenía claro era que quería llegar a esos lugares, y me dí cuenta de lo mucho que añoraba y necesitaba volver a componer y a escribir canciones.

¿Cómo se relacionan los contenidos del disco con el resultado final en cuanto a sonido? En este disco hablas de cosas muy íntimas, y en muchos casos dolorosas. La muerte, la madurez, la familia... todo el disco está atravesado de reflexiones profundas y serias, incluso dramáticas, pero a la vez todo suena cálido, orgánico y luminoso.
No es algo consciente, simplemente ha ocurrido así. Supongo que la música que haces es un reflejo de lo que eres como persona, y creo que en mi música siempre está presente de alguna manera la alegría, o como mínimo siempre hay una intención positiva detrás de todo lo que hago. Me gusta pensar que mi música transmite a los demás el placer y la felicidad que yo mismo siento cuando la estoy creando: yo soy feliz haciendo música, es lo que hago todo el tiempo y me gusta transmitir lo mucho que disfruto en ese proceso. Soy una persona positiva, me sale de forma natural intentar ser feliz y hacer felices a los demás, y ese es un elemento que no puedo desligar de mi música. Espero que esa energía positiva siempre esté presente de alguna manera en todo lo que haga. En estos últimos tiempos han habido un montón de dificultades en mi vida, he atravesado un periodo de sufrimiento emocional, pero la música que ha surgido de todo eso sigue sonando positiva de alguna manera. Un miembro de la familia de mi mujer, de mi misma edad (llevamos veinte años casados, así que se trata de mi familia también) murió de un ataque al corazón, y las llamadas que recibimos para avisarnos de la tragedia hundieron nuestro mundo. Quedamos devastados, fue un impacto emocional terrible para toda la familia, pero a la vez me vi de repente siendo la persona en la que poder apoyarte para superarlo, y es una situación en la que me he visto una y otra vez a lo largo de mi vida, con mis hijos, con mi familia, con mis padres cuando mi padre tuvo problemas médicos serios...con los años he descubierto que puedo ser esa persona fuerte en la que la gente confía, y creo que eso se transmite en la música que hago. La calma, la tranquilidad frente a la adversidad y el empeño en coger una dificultad en la vida y sacar algo positivo de todo ello. En este disco eso es lo que escucho, hay canciones dirigidas de forma específica a miembros de mi familia, como “You & I”, que le habla directamente a la madre de mi mujer, y la perspectiva general del disco es intentar que la música sea un consuelo, por eso el disco tiene ese tono, quiero hacerle saber a la gente que estoy ahí para apoyar y para ayudar a superar cualquier problema.

"Siempre he considerado que la ausencia de política explícita es uno de los puntos flojos de mi música".

Pues lo has logrado. Realmente el disco transmite ese tipo de energía.
Muchas gracias por decirlo, me hace feliz escucharlo y me siento orgulloso. Es extraño, pero con el paso de los años he descubierto que en estas situaciones en las que me veo inmerso en circunstancias difíciles es cuando más seguro me siento de mí mismo. Todos vamos a vivir estas cosas en algún momento de la vida, y una parte importante de estos procesos es saber cómo tienes que responder. Obviamente no le deseo a nadie tener que sobrellevar tragedias en su vida, pero cuando suceden, poder servir de ayuda y de apoyo a los demás es importante. Mira, no sé si conoces un disco de Beverly Glenn-Copeland que se llama “Keyboard Fantasies”. Es una pequeña joya medio desconocida, construida en base a paisajes sonoros digitales y una voz increíble que te habla directamente a ti, y el efecto que produce es extremadamente emocionante. Es una de las músicas más poderosas que he escuchado en mi vida, y tanto a mí como a mi mujer nos ha servido mucho para superar dificultades. Escuchar ese disco es lo más cercano a recibir un abrazo, y eso es exactamente lo que quería lograr con “Suddenly” Es lo que me gustaría que mi música transmitiera, esa sensación de sentirte abrazado, lograr que la música sea un espacio de consuelo y apoyo, y no solamente en lo que a cuestiones personales se refiere, también me gustaría lograr eso como respuesta a estos tiempos de desorientación política y de ansiedad social que estamos viviendo.

¿De qué manera afecta a tu música la situación política en la que vives? Nunca había pensado que la política tiene cabida en Caribou.
Esos momentos terribles de contestar el teléfono y descubrir que una tragedia había ocurrido se ven reflejados en levantarme una mañana el día después de unas elecciones y darme cuenta de que el mundo en el que yo creía que vivía no es exactamente como yo me pensaba. El Brexit, Trump, el movimiento Metoo, la crisis climática... Vivo en Londres, y me doy cuenta de que esa ciudad ha sido una burbuja durante mucho tiempo; no vi venir lo del Brexit y se ha ido convirtiendo poco a poco en un sitio muy tóxico en el que vivir. Lo personal se convierte en lo político, y una posible respuesta sería hacer un disco enfadado y lleno de furia. Seguro que resultaría útil y me encanta que exista música en la tradición de la protesta política, pero no sé si soy una persona capaz de hacer un disco furioso, así que pensé que lo que mi música puede aportar en este momento de crispación política es intentar que el arte nos una, nos consuele y nos reafirme frente a lo que nos está tocando vivir.

A lo mejor hacer un disco lleno de empatía y buenas intenciones es una manera también de posicionarse políticamente.
Exacto, a eso me refiero, a ser una buena persona básicamente, a promover la inclusión y la empatía, a preocuparse por los demás, a cuidar a la gente que te rodea. Siempre he considerado que la ausencia de política explícita es uno de los puntos flojos de mi música, pero realmente nunca he encontrado la voz adecuada y nunca he sabido cómo incorporar esos temas en mi arte. Puede que lo que haga sea justificarme y engañarme a mí mismo un poco, pero siempre llego a la conclusión de que la música puede servir de diferente forma a un montón de propósitos y a lo mejor no es necesario que cada voz diga lo mismo y de la misma manera, hay muchas formas de apoyar una causa.

 

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