"El rock ha pasado de ser la música del diablo a ser la de tu abuelo"
Entrevistas / Brighton 64

"El rock ha pasado de ser la música del diablo a ser la de tu abuelo"

Kepa Arbizu — 25-02-2022
Fotografía — Bernat Lliteras y Sergi Vela

“Más de lo mismo” (B-Core, 22) recoge un actualizado repaso por los temas más emblemáticos, y alguna novedad, de la formación catalana Brighton 64, radiografiando una carrera que cumple cuatro décadas. Ahora lo presentarán en gira por España.

Las primeras fechas del tour de cuarenta aniversario llevarán a los barceloneses a Madrid (25 febrero, El Sol), Lleida (1 abril, Café del Teatre), Barcelona (22 abril, Upload), Miranda de Ebro (30 abril, Ebroclub), Castelló (3 junio, Terra Sona), Amposta (4 junio, Recol·lectors en Viu), Logroño (18 junio Stereo) y Bilbao (19 junio, Crazy Horse).

Los años ochenta, pese a lo que pueda parecer, no fueron hegemonía exclusiva de los sonidos derivados de la llamada "movida madrileña". Muchos otros lugares de nuestra geografía vieron nacer diversas propuestas, por ejemplo la representada por Brighton 64, quienes desde la ciudad de Barcelona e inspirados y alimentados por el espíritu “mod” y bandas como The Jam, The Who o The Kinks, agitaron con melodía y pasión la escena estatal.

Cuatro décadas después de su origen, su nuevo lanzamiento, “Más de lo mismo”, hace la función de recapitular toda una historia que revisan, y actualizan en sus formas, a través de un compendio de sus temas más emblemáticos, a los que se suman dos composiciones inéditas. Un recorrido que sirve para fotografiar desde el presente lo que ha supuesto la amplia aportación de esta banda liderada por los hermanos Gil, Ricky y Albert, siendo este segundo el que nos atiende para echar la vista atrás e inevitablemente cuestionarse el futuro.

Celebráis el cuarenta aniversario de la banda con un disco que recoge mayoritariamente temas ya publicados pero reinterpretados. ¿Se trata de conjugar una mirada a la historia del grupo y al mismo tiempo mostrar vuestra identidad actual?
En efecto, este disco es un viaje en el tiempo; desde “Barcelona blues”, la más antigua, hasta la “La guitarra es mi fusil”, la más reciente. Entre una y otra han pasado exactamente cuarenta años. Utilizamos también esta misma idea para realizar la portada. Pepe de Juan, colaborador nuestro desde hace años, fotografió una especie de bodegón en el que podías encontrar objetos relacionados con el grupo, cosas de todas las épocas. En la foto se puede contemplar la americana a rayas negras y azules que llevaba Ricky en nuestro primer disco, un cartel que robamos conjuntamente el año 82 en la playa de Brighton, los dibujos originales del videoclip “El mejor cóctel”, el libro de Tom Wolfe “La banda de la casa de la bomba”, que inspiró la letra de nuestra canción más conocida y, por supuesto, también parafernalia reciente, como la chaqueta tejana con multitud de parches que lucía yo hace un par de años en “Como debe ser”. En definitiva, es un disco para seguidores de la banda, pero es, a la vez, divulgativo. Alguien que no nos conozca de nada puede descubrirnos con esta colección de canciones.

Con esas “actualizaciones” a las que habéis sometido a varios temas, ¿pretendíais simplemente renovar su sonido y mantener su esencia o también teníais la intención de aportarles una nueva visión?
Un disco revisionista como este, si lo hiciese otra banda, disgustaría a sus seguidores. Pero el caso es que nosotros no hemos evolucionado mucho, o casi nada, en cuarenta años, de modo que no hay peligro en decepcionar a nadie. En todo caso hemos aprendido a tocar, componer y grabar mejor de lo que hacíamos antes. La base de la banda sigue siendo la misma, con Ricky, Jordi Fontich y yo mismo como miembros originales, y Eric Herrera y David Abadía como incorporaciones recientes (ambos llevan varios años con nosotros). Nos apetecía tener grabadas estas canciones con nuestro sonido actual, el mismo que llevamos a cualquier escenario. Por este motivo quisimos grabar todos juntos, para que el resultado fuese lo más fiel posible a nuestro directo.

En las mezclas de este disco os ha acompañado de nuevo Paco Loco, con quien venís de trabajar en vuestro anterior disco de estudio. ¿Era otra manera de reafirmar el hecho de plasmar el sonido actual que identifica a la banda?
Conocemos a Paco desde hace mucho, de cuando Ricky grababa con él los discos de Top Models. En el disco anterior, “Como debe ser”, quisimos cambiar de sonido y a la vez darnos un homenaje, porque es todo un lujo trabajar con él, desde la vertiente profesional hasta la personal. Todo el mundo conoce a Paco como músico o productor, pero a la vez es una de las personas más curiosas y divertidas que conozco. En principio, Paco debía grabar, pero no mezclar “Como debe ser”, pero viendo el resultado de la grabación acabó haciéndolo todo, por este motivo, y desde el principio de este proyecto, tuvimos claro que la mezcla de “Más de lo mismo” se haría en su estudio.

"Muchas de las canciones están en el disco porque en su día no quedaron como merecían. Los motivos para que no salieran bien son variados: falta de destreza de nosotros mismos, medios escasos, mezclas o producción desastrosas… Canciones que, en definitiva, merecían más"

¿Y cuáles han sido los requisitos que manejasteis a la hora de escoger el repertorio del disco?
Muchas de las canciones están en el disco porque en su día no quedaron como merecían. Los motivos para que no salieran bien son variados: falta de destreza de nosotros mismos, medios escasos, mezclas o producción desastrosas… Canciones que, en definitiva, merecían más. Pero el criterio que manejamos a la hora de hacer la selección fue grabar temas que tocásemos en directo. Por esta serie de razones es un viaje centrado en nuestro pasado, pero también con canciones de nuestra segunda etapa. Tan sólo incorporamos dos temas nuevos, por aquello de dar algo inédito, y recuperamos la versión de Los Pistones “Metadona”, canción que formó parte de nuestro repertorio cuando volvimos en 2011.

A la hora de (re)interpretar ciertas canciones que tienen ya unos cuantos años, ¿os seguís sintiendo identificados o reflejados en ellas o a veces sentís que sois ahora otras personas y con otros intereses?
Somos otras personas y hay que reconocer que el grupo ahora está en segundo plano, justo por detrás de nuestras familias. Antes vivíamos para la banda, era como una especie de misión loca. La cosa se prolongó cuando cambiamos a Los Brigatones, y también con Matamala, pero ahora somos conscientes que tenemos más que dar como padres que como músicos.

El disco se abre con un tema carismático para vuestro público, “En mi ciudad”, aunque no es hasta ahora que por fin cuenta con una versión oficial grabada. Una canción que por su contenido perfectamente pasaría por haber sido compuesta hoy en día…
Exacto. No sé por qué razón muchas de nuestras canciones siguen teniendo vigencia. Tal vez sea por su temática o porque las cosas que nos preocupaban entonces y las que nos preocupan ahora no han cambiado en su esencia. “En mi ciudad” es un buen ejemplo. Su primera versión fue grabada al tiempo que nuestro maxi de “La casa de la bomba”. Es una canción que habla de Barcelona, nuestra ciudad, una ciudad por la que vale la pena luchar, por mucho que los políticos de turno se empeñen en hundirla.

Los dos temas inéditos presentes en el disco, “Al final del huracán” y sobre todo “La guitarra es mi fusil”, parecen confirmar ese poso más político o militante del que habéis hecho gala en los últimos trabajos...
Más la segunda que la primera. “Al final del huracán” es el deseo de que nos volvamos a encontrar en los bares, en las calles y en los escenarios, después de esta trágica pandemia. A muchos les ha tocado en lo familiar, pero para el conjunto de los asistentes a conciertos y a los profesionales que se dedican al espectáculo ha sido una catástrofe. No sé qué va a quedar en pie después de tanto tiempo de salas cerradas, de cancelaciones sistemáticas, de consignas políticas sin sentido. En cambio, “La guitarra es mi fusil”, parte del lema que llevaba pintado en la guitarra Woody Guthrie: "Esta máquina mata fascistas". Ante el peligro de involución uno se siente obligado a pronunciarse, a no mirar a otro lado; como en su día lo hicieron artistas de la talla del mismo Guthrie, Billy Bragg, The Housemartins, Kortatu o The Clash, por citar unos ejemplos que salen en la letra.

En vuestros inicios de carrera la filiación a un estilo o a una tribu urbana era algo que muchas veces resultaba reduccionista frente a otros gustos. ¿Cómo vivisteis esa época y hasta qué punto se vive mejor en ese sentido en la actualidad donde esas barreras parecen mucho más difuminadas?
Nunca nos sentimos confinados a un grupo determinado, ni entonces ni nos sentimos ahora. Desde que empezamos tuvimos la voluntad de llegar a todo el mundo, y en cierto modo lo conseguimos. Queríamos compartir con todos nuestras predilecciones musicales, a la vez que lanzábamos un mensaje comprensible para cualquier persona, militase en la tribu que militase. Tal vez por esta razón trascendimos y nuestros seguidores, de entonces y ahora, son de todo tipo.

"Nunca nos sentimos confinados a un grupo determinado, ni entonces ni nos sentimos ahora. Desde que empezamos tuvimos la voluntad de llegar a todo el mundo, y en cierto modo lo conseguimos"

¿Sentís entonces que ha habido paulatinamente una regeneración en vuestro público, sumando nuevas generaciones?
Sí, claro que ha habido una regeneración. De otro modo estaríamos tocando solo en geriátricos o centros de desintoxicación. Tenemos la suerte de atraer a todo tipo de gente y de edades diversas. De todos modos, hay que reconocer que el rock en general ha dejado de interesar al público adolescente, que era mayoría cuando empezamos. Imagino que nosotros también tenemos algo de culpa. Como dije una vez, el rock ha pasado de ser la música del diablo a ser la música de tu abuelo.

Sois una banda que en su historia ha tenido diferentes relaciones con la industria musical. Ahora, después de tanto tiempo en el negocio, ¿cuál es vuestra actitud frente a ella y cuál es la mayor enseñanza que habéis adquirido en ese ámbito?
Nuestra actitud actual es la de resignación. Hemos estado en multinacionales y en independientes. Si antes había una industria potente en la que podían tener cabida grupos como el nuestro, ahora, que no hay ni industria ni ventas de discos, somos realistas. Somos un grupo más de la escena underground y estamos orgullosos de serlo.

En estos cuarenta años, ¿cuál os gustaría que fuera el legado o la idea que vuestro público asociara a la banda?
Honestidad. Perseguir una idea hasta sus últimas consecuencias.

Ahora, tras este disco, y su consiguiente gira, ¿cuál es el futuro inmediato que le depara a Brighton 64?
Tras el disco y la gira quién sabe. Tal vez nos separemos o tal vez no. Creo que dependerá mucho del punto vital en el que nos encontremos cada uno de nosotros. Lo que sí es cierto es que no está planteado como el punto final de una carrera. Esto es peor que cualquier adicción, cuesta mucho dejarlo.

Y teniendo en cuenta vuestras carreras en solitario, que han entregado discos realmente sobresalientes, ¿seguirán conviviendo en ese futuro con Brighton 64?
No sé qué contestaría Ricky, pero, en mi caso, no creo. Hice el disco en solitario por una razón mi concreta: los tres meses de confinamiento. Espero que no se vuelvan a repetir y que no tenga tiempo ni ganas para distraerme más allá de lo que de verdad me importa: Brighton 64.

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