"En Manchester la creación musical siempre ha tenido un aspecto muy social"
Entrevistas / 808 State

"En Manchester la creación musical siempre ha tenido un aspecto muy social"

Half Nelson — 22-11-2019

Diecisiete años después de “Outpost Transmission” (Circus/Universal/PIAS, 02), los de Manchester se reactivan con “Transmission Suite” (808 State Records, 19), un nuevo LP fresco y variado que suena familiar sin caer en el autoplagio. Grabado en los abandonados estudios de Granada Television, “Transmission Suite” no reverdece viejos laureles, pero es entretenido y tiene la capacidad de mostrar nuevos caminos expresivos a una banda histórica, pionera de la electrónica británica de finales de los ochenta. Lo presentan el 23 de noviembre en la sala Razzmatazz de Barcelona. Llamamos a Manchester a Graham Massey, único miembro original junto a Andy Barker, quien se muestra sincero, ocurrente y decididamente algo nostálgico ante un mundo que no para de cambiar, y no precisamente para mejor...

¿Cuál es el principal motivo para volver después de tantos años?
Porque durante muchos años no hemos tenido un estudio propio. En 2017 trabajé con Jeremy Deller artista conceptual ganador de un Turner Prize a quien gusta versionar clásicos de la escena rave junto a The Williams Fairey Brass Band o reproducir el “Pacific State” de los 808 State con una steel drum band en pleno carnaval de Trinidadpara organizar un evento al aire libre para el Manchester International Festival. La parte musical la preparamos en los viejos estudios de Granada Television, que estaban en desuso y se rehabilitaron para el festival. Después del evento, decidimos que aquel era un buen sitio para ir a trabajar cada día durante un año y hacer un álbum. Es un edificio fantástico construido en los años cincuenta. Es también un sitio histórico por las actuaciones musicales que habían tenido lugar: las primeras actuaciones en televisión de los Sex Pistols, de Joy Division, incluso de los Beatles fueron en ese estudio… Las salas estaban vacías, pero creo que todavía podías notar la magia de las cosas que habían pasado ahí.

¿Y también anduvo por ahí Tony Wilson (fundador del sello Factory)?
Sí, claro. Tony Wilson era el presentador de las noticias de la noche. Era una cadena muy avanzada, muy abierta a nuevas ideas, lo contrario de la BBC, que siempre ha sido muy conservadora, muy pro-establishment… Granada siempre fue muy progresista y moderna, hacían muy buenos documentales y series. Para nosotros, que crecimos en la zona, era una gran sensación estar trabajando en un sitio con una historia tan notable. Además, una de nuestras primeras actuaciones como 808 State fue en 1988 en uno de los programas para bandas jóvenes de la emisora: hicimos “Pacific State”, aunque todavía ni siquiera tenía nombre (risas). Con la reforma, el estudio se convirtió en una auténtica colmena de gente creativa. Mientras estuvimos grabando estaban también por ahí Mr. Scruff, GoGo Penguin y muchas otras bandas de Manchester…

"Con la tecnología, con los portátiles, puedes crear música en cualquier sitio, y eso elimina el aspecto social de la creación musical"

¿Crees que ese ambiente afectó a vuestro trabajo?
Creo que sí, porque ahora con la tecnología, con los portátiles, puedes crear música en cualquier sitio, y eso elimina el aspecto social de la creación musical: es tan sólo una persona sola en una habitación. Creo que históricamente, en Manchester, la creación musical siempre ha tenido un aspecto muy social, de colaboración, de compartir, de mostrar y discutir ideas... Recuerdo que en los noventa nos veíamos con la gente de Autechre y con la gente de Skam Records y compartíamos ideas y experiencias. El tener a tu gente, a tus vecinos, a tu alrededor le daba un aire especial. Pero incluso antes, en los setenta, cuando empecé a hacer música, con el punk-rock, en Manchester existía el Manchester Musicians Collective en el que organizábamos conciertos y compartíamos espacios y experiencias de músicos para músicos: ahí estaban Joy Division, The Fall, Biting Tongues, Crispy Ambulance…

Creo que el estudio no va a sobrevivir…
Sí, van a demoler el edificio para construir un hotel. Ya lo sabíamos cuando nos permitieron entrar, por eso el alquiler era tan barato. Ahora van a reformar toda la zona y los precios serán mucho más altos y los artistas ya no vamos a poder permitirnos ensayar o grabar en el centro. Antes, la decadencia post-industrial de la ciudad hacía que hubiera muchos locales baratos vacíos y eso daba cobijo a las bandas y ayudaba a su creatividad. Lo mismo en Chicago o en Detroit… Ahora es imposible alquilar un local en el centro y todas las bandas ensayan y graban en las afueras de la ciudad y en las ciudades de alrededor que no se han recuperado de la crisis: Rochdale, por ejemplo... De todas maneras, en la época en la que la ciudad estaba peor, en los ochenta y en los noventa, en la época rave, la música más interesante provenía igualmente del extrarradio, de los suburbios de Manchester y de todo un círculo de pequeñas ciudades y barrios alrededor, supongo que porque esos barrios estaban aún peor que el centro de Manchester en aquella época (risas). Ahora, la economía de la ciudad parece que es mejor, pero eso hace que la estructura social de la ciudad entera esté cambiando, los vecinos de toda la vida están siendo expulsados del centro porque no pueden pagar unos alquileres cada vez más altos. Manchester se está convirtiendo en una gran capital como Londres, como todas las grandes ciudades intercambiables del mundo…

Hablando ya más concretamente del nuevo disco, ¿crees que ha cambiado vuestra manera de componer, de crear después de tanto tiempo?
Sí, sin duda, porque la tecnología ha cambiado muchísimo. No podríamos haber hecho este disco con la tecnología de hace diez años. No por los sonidos, sino la posibilidad de conectar los diferentes instrumentos. Cuando se trabajaba exclusivamente con ordenadores dependías por completo de los plugins. Era una buena tecnología, pero demasiado cerrada y circular. Ahora las interfaces son mucho mejores y permiten conectar multitud de sintetizadores, cajas de ritmos, secuenciadores… un montón de tecnología que vive dentro y fuera de los ordenadores y eso te permite trabajar de un modo mucho más abierto. También las empresas que diseñan los equipos son más conscientes: Roland, Korg, Arturia… ahora es más sencillo interconectar todos los equipos y que todo funcione (risas), que el sistema no se caiga. Creo que podemos decir que este disco es más música de sistema que los anteriores. No es un retorno al inicio como los temas de “Newbuild” (Creed, 88) que estaban hechos en directo con un sistema muy pequeño que cabía sobre una mesa. Ahora tenemos mucho más equipo, pero sí que podemos conectarlo todo y operarlo en tiempo real, lo que le vuelve a dar un cierto espíritu orgánico a la música, porque no está secuenciada, sino grabada en directo. Las empresas que producen los equipos como Roland o Moog se han dado cuenta y están diseñando equipos que reproducen características de los modelos antiguos, pero con esa flexibilidad para interconectarse.

Vuestros temas nunca han sido demasiado extensos, pero creo que en este disco son incluso más cortos…
Sí, sin duda. Cuando estábamos acabando el disco y queríamos secuenciar el vinilo teníamos tres horas de música. Queríamos que el disco fuera coherente, pero nosotros no teníamos la perspectiva para escoger los temas. Esa suele ser una de las partes más complicadas de sacar un disco porque nunca quieres “matar a tus hijos” (risas). Peter Beckmann era el encargado de hacer el mastering para el vinilo. Es un tipo estupendo, nos dijo “si quieres mantener este sonido, no puedes tener veinte minutos en cada cara. Has de tener como máximo quince…”. Así que empezamos a editar, uno a uno, cada uno de los temas para que la mayoría de ellos pudieran entrar en el vinilo –resultó, porque los quince temas de la versión CD se distribuyen en dos discos en la edición en vinilo para sumar una hora de música–. Yo creo que los que finalmente se han publicado han salido beneficiados de la edición. Normalmente, es mejor quitar capas que sobreproducir demasiado, pero es un proceso tedioso y demasiado largo que tienes que hacer cuando ya llevas un año encerrado en un estudio… No es la mejor parte del proceso, la verdad (risas).

"La idea del disco era hacer un LP que no sonara a 808 State"

Veamos algunos de los temas del LP. “Skylon” es 100% 808 State: el ritmo, esa melodía evocadora…
Sí, ese es uno de los temas que teníamos de años anteriores, de antes de entrar a trabajar en el nuevo estudio. La idea del disco era hacer un LP que no sonara a 808 State (risas)… Tienes que entenderlo, llevamos treinta años en el grupo y queríamos escaparnos de eso, queríamos explorar nuevas áreas, aunque a veces la gente no acabe de entenderlo. De todos modos, hay una serie de temas que son un puente entre los temas nuevos y los más rompedores y “Skylon” es uno de ellos.

Me ha sorprendido el uso de samples de voz. Por ejemplo, en “Cannonball Waltz” una voz repite insistentemente “I was wrong”
Sí, a veces nos gusta jugar con las voces (risas). Ese mismo personaje lleva años en nuestro sampler, también salía en un tema de “Gorgeous” (ZTT, 93) (risas). Añadir voces sampleadas a un tema instrumental es una manera de añadir un elemento humano sin incorporar demasiado significado. No queremos que las voces cambien el sentido de nuestra música. Cuando hemos hecho canciones con un cantante real en el pasado, no con voces sampleadas, siempre han sido letras muy abstractas, sin contenido emocional, porque nuestra música, nuestros loops no son adecuados para eso. En el caso de las canciones, preferimos la poesía abstracta y que las voces sean sólo textura. Para este disco decidimos conscientemente que no íbamos a incluir ninguna canción, que no íbamos a invitar a ningún cantante. En ese sentido, queríamos volver a la esencia de 808 State: la electrónica sin elementos externos, sin invitados que desvirtuaran esa percepción. Quizás volveremos más adelante a las canciones, pero de momento preferíamos apostar por los elementos puramente electrónicos y usar las voces sólo como gancho (risas), para añadir un elemento melódico, pero no dominante. En todo caso, en todo el disco esas melodías son melodías geométricas, que quedan sin resolver.

En “The Ludwig Question” ocurre algo similar…
Sí, las partes vocales son abstractas, como extraídas de un sueño para que no interfieran con el sentido de la canción. La parte instrumental por sí sola se sostiene muy bien y encaja con la dinámica del álbum. A la hora de planificar el disco ordenamos los temas teniendo en cuenta la dinámica entre ellos. Normalmente hacemos varias versiones de la misma pieza con diferentes arreglos. En este caso, la versión que cuadraba era la que tenía el sample vocal…

¿Y qué me dices de “Ujala”? Me gusta ese toque tribal.
Este es uno de los temas que surgieron gracias a la cantidad de gente que estaba en el edificio. Mi amigo Howard Jacobs, que es un magnífico intérprete de conga, estaba por allí y no podíamos dejarlo pasar sin que grabara algo. En este caso les hicimos tocar contra el ritmo y también contra un pequeño sintetizador Casio de esos tan antiguos.

Y por otro lado está “Carbonade”, que es como un clásico tema rave
Queríamos crear una serie de riffs que originaran un sonido brillante. Al principio de nuestra carrera, cuando experimentábamos así, lo que hacíamos era conectar hasta cuatro sintetizadores a través del MIDI para crear una especie de acorde con los diferentes sonidos. Una vez teníamos un sonido interesante, lo manipulábamos para desfigurarlo. En este caso, el sonido es cercano al clásico sonido rave, pero lo que hacemos es romperlo. Hacemos algo similar con “Trinity”, que suena un poco a 2 Unlimited (risas). La idea es tomar algo familiar y agitarlo un poco para que pierda parte de su significado.

Ya para finalizar, ¿cómo van a ser vuestros directos?
Bueno, lógicamente vamos a mezclar temas nuevos y algunos clásicos. Cada concierto va a ser diferente, pero la idea es tocar temas de “Transmission...”, temas antiguos y también algunos temas que todavía no hemos publicado. Por supuesto, siempre tocamos Pacific...”. Es lo que la gente espera y es muy divertido tocarla en directo, me encanta tocar el saxofón e improvisar un poco… (risas).

¿Y ya tenéis algún plan para el siguiente disco?
No hay plan para volver al estudio. Todavía tenemos muchos temas de estas sesiones, que son bastante consistentes. Los estamos probando en directo y es muy probable que, aparte de los EPs que ya hemos publicado –“Initial Granada Report” y “Subsequent Granada Report”– saquemos otro LP dentro de un año aproximadamente.

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