Resulta amargo pensar que Willard Grant Conspiracy parecen condenados a cargar con el lastre de “artista de culto” por los tiempos de los tiempos, sobre todo porque su talento está muy por encima de competidores que les sacan mucha ventaja en lo que a popularidad de refiere.
La profunda y humana voz de Robert Fisher estremece quizás sin siquiera pretenderlo, su sinceridad asfixia y no únicamente en la interpretación, sino que uno, que es de lágrima fácil –eso no lo negaremos- se emociona al leer los agradecimientos a Jeff Lipton y Sean O’Brien, mientras casualmente está sonando la preciosa “Bring It Down”. Y podría volver a hacerlo con “St. John Street” o tantas otras. En esta compilación de lo que ha sido hasta el momento la carrera de Fisher, Paul Austin y su increíble plantilla de amistades (desde The Walkabouts hasta Chris Brokaw, Edith Frost o The Silos) también se incluyen inéditos, pero eso, cuando suena la guitarra de Fisher o entran cellos como el de Vic Rawlings o la mandolina de Erich Groat y el vello se eriza, acaba siendo lo de menos. Hacerse con “There But For The Grace Of God” es como comprar un soplo más de vida, de la más real de las vidas.
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