The Blackest Noose
Discos / Knives

The Blackest Noose

8 / 10
Rafa Robledo — 27-01-2016
Empresa — Autoeditado
Género — Metal

Hablamos de intensidad, de agresividad, de oscuridad, de visceralidad, de claridad. Hablamos de Knives, una banda relativamente joven respecto a su formación, pero experimentada en cuanto a sus integrantes. Procedentes de The Descent (Ander), Odd Heathenish (Dukku), Darkness By Oath (Asier y Gorka) y The Wizards (Ian), convergen en una categórica y particular odisea complementaria con las anteriores, se plantan en 666 Studios con la dominante pulsión que les caracteriza y completan un trabajo directo sin demasiadas comidas de coco. Bueno, las necesarias como para reunir una serie de aplastantes composiciones que orgullosos pasean por un precipicio del que difícilmente podrás escapar una vez escuchada la plegaria inicial llamada “Spiritual Organ, Ideological Limb”, donde lírica y poesía juegan un papel fundamental y su fuerte magnetismo induce a la reflexión, al desahogo emocional motivado por nuestros propios credos y engaños, vanidades y pudores. Así nos adentramos en los dominios de “The Blackest Noose”, donde las huestes nos reciben con sus particulares armas: comprometidas guitarras y poderosos ritmos en “Cross, Gallow & Stake”, un desesperado grito de libertad aderezado con riffs afilados como cuchillos.

Diatribas filosofales sobre la frustración ideológica del ser humano, su codicia o su inestabilidad encuentran acomodo en “Wounds”, “Hollow”, o “Its Purpose Is To Wither” desatando toda la furia interior que supura adrenalina y deja sin aliento con el ‘crusting rock n death’ que proclaman, con trepidantes andanadas en un aparente caos bien mantenido como en “Shitseer”, donde posiblemente tu cuerpo sea una sombra errante en medio de un lúgubre paisaje, desorientado y aturdido por el pragmatismo latente de escalas punkarras como si de un ‘one, two, three’… se tratara, y te sientes ‘free’ con la sobrecogedora “Interlude (The Blackest Noose II, That Kind Of God)”, aplastado por la multitud en el atávico “Rvnefucker” e hipnotizado por la incuestionable belleza que desprende “The Ladder Of Sages (The Blackest Noose III)”, canción epílogo, composición que en dos minutos resume el carácter de una obra punzante, vertiginosa, un abismo sónico plagado de mensajes encriptados, furiosas guitarras y dinámicas estructuras escandinavas con label vasco, con la sobriedad de Ander y Dukku, la rotundidad de Asier y Gorka y la expresividad de Ian. La personalidad de Knives.

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