Occult Architecture Vol. 1
Discos / Moon Duo

Occult Architecture Vol. 1

7 / 10
Noé R. Rivas — 20-01-2017
Empresa — Sacred Bones
Género — Psicodelia

El experimentado dúo de psicodelia Moon Duo formado por Sanae Yamada y Ripley Johnson, ha decidido mostrarnos su nuevo LP en dos entregas. Inspirándose en el Yin y el Yang, en esta primera cara de la moneda nos dejan con el reflejo más sombrío y misterioso de su música. Siete nuevas composiciones redondeadas por guitarras kraut, volviendo a demostrar una gran maestría a la hora de conseguir una densidad en la que todas las capas de sonido juegan un papel importante. Sin perder en ningún momento la vista de todos aquellos ambientes donde la estructuras sintéticas sobresalen, como es el caso de “Cross-Town Fade”, Moon Duo se muestran bastante versátiles a la hora de dar rienda suelta a la acidez de sus composiciones. Tampoco escasean las coordenadas centradas en la dualidad entre su lado más espacial y a la vez más crudo, algo que Ripley consigue a la perfección con su otro proyecto Wooden Shjips. Buena muestra de ello llega con “Creepin’”, la canción más enérgica de todo el trabajo, dejando un muy buen sabor de boca en base a lo limpio de su estribillo aderezado con brillos espontáneos a cargo de los teclados.

Enredándose a medida que avanza el trabajo en un hipnotismo donde la agresividad no escasea, acaban llevando los temas hacia su zona de confort, cargada de un rock psicodélico en su versión más árida. Así es como consiguen la catarsis en “White Rose”, el tema final que captura definitivamente, a través de sus más de diez minutos de duración, todo lo que levita en trabajo. Sin embargo, la diferencia más palpable respecto a anteriores composiciones, llega de la mano de una combinación medida entre liberar de lleno su lado más melódico y perderse definitivamente entre la distorsión. De este modo, el trabajo presenta facetas bastante diferenciadas, contentando por igual a aquellos que los prefieren acercándose a la americana de The Black Angels, como a otros sectores que los prefieren aferrados a su explosiva estela más electrónica. Queda por ver cómo se las apañan en su próxima entrega, donde descubriremos como encajan el concepto del Yang, de lo luminoso, en unas canciones que de por sí siempre han llevado asociadas siluetas de lo más extrañas. En esta ocasión, precisando aún más, largas sombras de edificios ya perdidos.

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