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Discos / Michael Mayer

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7 / 10
Raúl Linares — 07-12-2016
Empresa — !K7 / Popstock
Género — Electrónica

Michael Mayer es uno de los nombres más potentes dentro del techno con cierto toque house, algo de pop y ambientes etéreos, lo que se llamó en su momento el sonido Colonia y que triunfó durante unos cuantos años en discotecas de medio mundo. Un tipo que tiene una carrera envidiable como DJ y productor y que ya está un poco de vuelta de todo y se dedica más a gestionar su sello que a producir. Prueba de ello es que lanza los temas con cuentagotas y llevaba desde el 2012 sin sacar un LP, fecha en el que lanzó ese notable “Mantasy” que volvió a ponerle en el mapa. Cuatro años después regresa por todo lo alto con otro disco, pero en esta ocasión se aleja de su casa (el sello Kompakt) para publicar este trabajo en el no menos prestigioso sello !K7. Y para tal ocasión se ha rodeado de una selección de artistas de estos de echar un vistazo al tracklist y comenzar a salivar y a sudar al mismo tiempo. Lo mejor de todo es que el resultado final no es tan pastiche como se podría pensar y da para varios momentos bien gozosos, algunas medianerías típicas y escasos fracasos.

Entre los aciertos: ese temazo entre techno, disco y house que se marca con Roman Flügel; la colaboración con Burger y Voigt & Voigt, que comienza casi nu-disco y termina como le da la gana o la que tiene con un productor que está muy en boga últimamente, Barnt, cuyo estilo encaja como un guante con el de Mayer y da pie a uno de los mejores momentos del disco. Un poco más fríos nos dejan temas como ese que tiene con Gui Boratto, en el que se dedican a sacar un tema ideal para la pista de baile pero que se hace algo pesado; la colaboración con Agoria, ideal para un atardecer en Ibiza pero algo lineal y predecible; y las colaboraciones con Joe Goddard de Hot Chip y de Miss Kittin en sendos temas, que sin ser una maravilla al menos suenan decentes.

Del lado de las decepciones nos encontramos con el tema que tiene con Prins Thomas, que no está del todo mal pero parece que se pone mejor justo cuando arranca, y en general el resto de temas, que le dejan a uno que ni fu ni fa; anodinos, bien producidos, pero quizás demasiado forzados. Lo mejor de esto: que quizás tras esto le vuelva a picar el gusanillo de entrar en el estudio y nos vuelva a sorprender con otra obra maestra.

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