Dadabe
Discos / Dadabe

Dadabe

7 / 10
Jon Pagola — 05-10-2022
Empresa — Autoeditado
Género — Rock

El indie de toda la vida, el que nos explotó la cabeza en algún momento de los años 90, debería ser algo así. Es decir, directo y con un solo de guitarra como Dios manda al estilo Dinosaur Jr. (“Wake Up”); emocionante y pegadizo, que con un susurro shoegaze inicial que no pare de dar vueltas en nuestro interior (“Comin´ Down”); evocador y sugestivo (“Secret Eyes”); y, por qué no, con un punto melancólico que sabe a despedida, lo justo y necesario, que no es plan de ponernos ñoños (“Missing”).

La carta de presentación de Dadabe, un nuevo grupo de la inagotable cantera de Getxo, es un solvente EP homónimo de cuatro canciones cantado en inglés. Parece inevitable rememorar el boom musical que asoló el municipio costero hace 30 años, con el punto de mira puesto en el rock anglosajón y alternativo. La elección del nombre no es casual. Según cuentan en la hoja promocional, Dadabe es un tipo de afinación de guitarra muy habitual en grupos como Pavement, una referencia obvia para una banda de estas características. Con un poco de imaginación, la voz del incansable Stephen Malkmus se asomaría en algunos momentos, sobre todo en el sosegado cierre de “Missing”, donde parece que el compositor de “Shady Lane” te canta al oído.

El universo sonoro en este breve estreno de los getxotarras es relativamente amplio y nos deja con ganas de más. Ellos mismos apuntan a los Strokes, a lo que también habría que sumar referentes como Nada Surf o Ride por su amor por las guitarras eléctricas y los estribillos bien armados. Habían registrado media docena de temas en los estudios El Tigre de Jon Aguirrezabalaga, miembro de We Are Standard, lugar de peregrinación para muchos músicos de la zona. Al final, se han quedado con cuatro. Es el número que les gusta, reconocen.

Estos amigos -entre ellos, el batería Txomin Guzmán de The Fakeband- se juntaron para tocar en el local y pasar un buen rato después de la primera ola de la pandemia, en otoño de 2020. El resultado final de aquellos ensayos es un pequeño tratado de indie-rock canónico que, si bien, no descubre nada nuevo cumple decentemente con el objetivo de recuperar la auténtica esencia indie. Quizás, a estas alturas chirríe el uso del inglés; se ha demostrado que nuestras lenguas maternas son una herramienta perfectamente válida para el pop. A ver qué pasa con el próximo EP.

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