Compassion
Discos / Lust For Youth

Compassion

6 / 10
Daniel Treviño — 12-04-2016
Empresa — Sacred Bones
Género — Pop

Del origen de Lust For Youth a lo que el trío sueco es hoy en día, distan seis años de existencia en los cuales Hannes Norrvide y compañía se han dedicado a tontear con cosas que suenan a “lo-fi”, “darkwave” o “synth-pop”. De un punto a esta parte, “International” (Sacred Bones, 2014) marcó un punto de inflexión en la corta historia del actual trío que este año desemboca en “Compassion” (Sacred Bones, 2016).

Ya solo el tema de apertura, “Stardom”, subraya la evidencia: el punto de partida ideológico de “Compassion” se acerca a los preceptos del dance y el pop de tinte ochentoso. Sonidos brillantes, sintetizadores limpios y melódicos y baterías sampleadas en ritmos constantes que se mantienen a lo largo de los temas: cumplen todos los puntos a seguir. En la misma línea viran muchos de los cortes intermedios, “Limerence” (bailable, en cierto punto pegadizo) o “Tokyo”. Si bien es cierto que “Easy Window” mantiene una oscuridad que también se puede intuir en “Better looking brother”, el origen más darkie de Lust For Youth apenas se percibe en la superficie de los ocho temas que componen “Compassion”. Hay incluso cierto regustillo a The Smiths o, si me apuras, algo de Depeche Mode en temas como “Display” o “Sudden Ambitions” (tema central del disco). Ambas canciones fueron elegidas junto a “Stardom” para presentarse como adelanto en forma de single digital de la mano del sello Sacred Bones.

El cierre del álbum, “In return”, es más atmosférico y lento. Quizás vire más hacia los Lust For Youth tempranos y se parezca más a un punto intermedio entre los orígenes y la actual estética musical de la banda. La conclusión general a vista de pájaro es de que “Compassión” es el corolario de una evolución estilística y melódica de un proyecto que empezó en la más completa oscuridad —“Solar Flare” (Sacred Bones, 2011), esa declaración tenebrista parece fruto de un irreconocible Hannes Norrvide, o “Growing Seeds” (Sacred Bones, 2012) que supuraba tres cuartas partes de lo mismo— y que hoy en día explora territorios más cercanos al dance y al pop, aunque afortunadamente lejos del enfoque más mainstream.

Se podría decir que aún se intuyen ciertos vestigios de post-punk y oscurantismo (sello característico de los comienzos de Hannes Norrvide), pero la sensación es de que son más lastres de una época pasada que la seña de identidad que fueron en su día. Sin dejarse cegar por el aval marca Sacred Bones (fieles a su distribución prácticamente desde los comienzos del proyecto), probablemente la idea inicial de Lust For Youth ha cambiado tanto que quizás sea el momento de enfocarlos en un nuevo plano. Esperemos que ese nuevo plano no se limite a los probadores de las tiendas de ropa de moda.

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