La Mala, a cortar cuellos
Conciertos / Mala Rodríguez

La Mala, a cortar cuellos

7 / 10
Nacho Serrano — 24-01-2013
Empresa — Radiation
Sala — El Sol, Madrid
Fotografía — Juan Pérez-Fajardo

Ningún rapero o rapera de este país ha sabido hacerse con un abanico de fans tan variado como Mala Rodríguez. Hipsters, algún rocketa, indies recatados –juraría que por allí andaba el vetusto Guille Galván-, y sólo tres o cuatro hip-hoperos de libro llenaron El Sol para ver de nuevo a la gaditana en el afortunadísimo ciclo Dichosos 90’s. Había mucha, mucha expectación en los instantes previos al estallido escénico de la autora de “Lujo Ibérico”, y si citamos su debut es porque en él se centró buena parte del repertorio.

Mientras su DJ pinchaba las primeras bases, Mala apareció de repente casi como un ente incorpóreo que atravesó el telón rojo, dándolo todo desde el minuto uno con el pelotazo “Nanai”. Impresionante empuje inicial el suyo, gritona y echá pa’ alante, agresiva, con ese contoneo mortal y esa actitud de “me dan igual mis cuerdas vocales” que transmite sólo una cosa: cree en lo que hace. Y ver esa entrega pone mucho, amigos y amigas.

Las filas más animadas levantaron sus brazos al sonar “Prima”, aunque todavía no era una juerga total. Mala pidió entonces al público que se fuera agachando bajo su mano al ritmo de sus rimas, pero no hubo sumisión. La gente todavía estaba un poco fría. Cosa que ella no iba a tolerar. No en una noche como esta. Así que ¡zas!, unas cuantas rociadas de agua fresquita y la cosa se puso sexy.

“Déjame entrar” y “La Niña” fueron el punto de inflexión hacia la noche memorable, precipitado aún más con la salida a escena de Kultama, cuyos fraseos ragamufineros incendiaron la velada dando alas a la complicidad con la parroquia solera. “¿Están saliendo fotos guapas o qué?”, vacilaba la rapera con los fotógrafos de primera fila. Hizo la tradicional lanzada de camiseta a sus fans en “Date cuenta”, bordó “Tengo lo que tú quieres”, y cuando la fiesta ya se había apoderado del garito, invitó a las féminas a invadir el escenario para compartir “El gallo”.

Cañera, cañerísima, Mala soltó entonces un discurso que ya se antoja más que necesario en estos tiempos: “Tiene que haber indignación, pero no sólo eso, ¡tiene que haber más! Hablo de cortar cuellos. Sí, no os equivoquéis, estoy fomentando la violencia”. Y con los ojos de engañados, todos en El Sol se enrabietaron para bailotear con Chulito Camacho –el segundo y último invitado- y echar el resto en “La Cocinera”. No podía faltar “Por la noche”, antes de un solo bis en el que Mala presentó “La Rata”, tema recién filtrado a la red perteneciente a su próximo disco, a editar en primavera.

La velada fue estupenda, y dejó además una bonita conclusión. A Mala puede irle el rollito “star system” –por eso no manda a tomar por culo a Universal cuando interfiere en su libertad creativa-, pero no se olvida de dónde viene. Le regaló todo un bolazo a El Sol, aunque la hayan metido un poquito con calzador en “Dichosos 90’s”. Ya lo dijo ella: “¡Pero si yo debuté en el 2000!”.

2 comentarios
  1. ...otra vez...

  2. Plenamente de acuerdo, If1aki. Y ante la duda de que9 pdrouctos consumir y cue1les no, propongo tres sencillas reglas (ampliables a otras muchas):-No comprar nada que salga anunciado, y menos cuanta me1s publicidad tenga. Hay que recordar que cuanto me1s se invierte en publicidad, me1s demanda se crea para ese producto y me1s caro nos lo pueden vender; que si se puede invertir tanto en publicidad es porque se han ahorrado una gran cantidad de dinero en la fabricacif3n por medios fraudulentos como el trabajo esclavo o el desentendimiento por las consecuencias medioambientales; y que, al fin y al cabo, esos gastos millonarios en publicidad este1n cargados a la cuenta del consumidor, af1adidos al precio del producto.-Comprar fanicamente pdrouctos cuyo origen se indique expledcitamente en la etiqueta o cartel de venta. Ased podremos elegir en conciencia, y no comprar sin saber por que9 estamos apostando.-Comprar, en lo posible, en mercados tradicionales y pdrouctos fabricados en cooperativas; en uno y otro caso nos aseguramos de que son pdrouctos fabricados cerca, en condiciones de trabajo mejores que las chinas (por poner un ejemplo) y que, seguramente, tendre1n mejor calidad.Por mi parte, y por ejemplo, os emplazo a comprar el calzado de Valverde del Camino, que cumple todas las razones expuestas y, ademe1s, es de gran calidad y barato. Ah, y este1 cerca de mi pueblo, je je.

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