Weezer: El retrovisor de Mondo Sonoro
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Weezer: El retrovisor de Mondo Sonoro

Luis Benavides — 04-07-2025
Fotografía — Archivo

Tres décadas ya desde que los estadounidenses Weezer se colasen en nuestras vidas. No ha sido uno de los grupos que más veces nos haya visitado precisamente, pero este mes tendremos la suerte de verles en concierto en Barcelona (9 julio, Sala Razzmatazz) y Madrid (10 julio, Mad Cool Festival).

El imprescindible:

Blue Album (1994)
Han pasado muchos años, tantos como treinta, y el debate sigue vigente: “¿El primero de Weezer o el segundo?”. ¡Qué dilema! Mientras muchos fans adoran el encanto irresistible de “Blue Album” por encima de todas las cosas, otros prefieren mil veces el sentimiento y la crudeza de “Pinkerton”, su estupenda secuela.

Objetivamente, el disco que lanzó al estrellato a Weezer en plena explosión grunge fue el homónimo con la portada azul, un trabajo de power pop distorsionado con muchos ganchos y sin un solo tema flojo entre el arpegio inicial de “My Name Is Jonas” y el final mega-épico de “Only In Dreams”.

El álbum, que también incluye himnos del indie rock contemporáneo como “Say It Ain’t So” y “Undone -The Sweater Song”, conserva intactas todas sus propiedades desde su publicación en mayo de 1994 y eso también es mérito del productor, Ric Ocasek (The Cars), con quien volvieron a trabajar más adelante y siempre con excelentes resultados (“Green Album” en 2001 y “Everything Will Be Alright In The End” en 2014).

La rareza:

OK Human (2021)
El decimocuarto disco de Weezer, que se dice pronto, sorprendió para bien. Quizá no sea un disco enorme y mucho menos disruptivo como ese “OK Computer” (Radiohead) al que guiñan un ojo con el título, pero el planteamiento orquestal suponía un buen soplo de aire fresco tras varios intentos fallidos como “Pacific Daydream” de 2017, “Teal Album” de 2019—un diez en ejecución y un tres en personalidad— y “Black Album” de 2019.

“OK Human” fue un trabajo compuesto con piano y grabado con una orquesta de treinta y ocho músicos en Abbey Road, un disco de apenas treinta minutos que gana con cada escucha. Aquí encontramos melodías luminosas y pegadizas cien por cien Weezer —ahí están “All My Favourite Songs”, “Mirror Image”, “Screens” y “Here Comes The rain”— sin una sola guitarra eléctrica, aunque parezca eso una quimera. Por cierto, ese mismo año publicaron, quizás para compensar, “Van Weezer”, un fantástico trabajo lleno de pirotecnia guitarrera.

La decepción:

Black Album (2019)
Weezer anunciaron “Black Album” como una respuesta a su aclamado “White Album” de 2016. Quizá por eso muchos esperábamos un homenaje al fabuloso disco negro de Metallica, y fantaseamos con unos Weezer levantando los cuernos y despachando riffs infernales. Nada más lejos de la realidad.

Finalmente, Weezer lanzaron primero un disco menor como “Pacific Daydream” , en 2017, totalmente prescindible, y después llegó el prometido disco negro, un trabajo que puso de acuerdo por primera vez a todos sus seguidores de siempre: no había por dónde cogerlo. Aquí el cuarteto se entregaba sin frenos a la música funk, electrónica y latina con la complicidad del productor Dave Sitek (TV On The Radio). Ya la inicial “Can't Knock The Hustle” produce escalofríos, sobre todo al escuchar a Rivers Cuomo cantar "¡Hasta luego!". Y el disco no mejora, aunque salvaría de la quema la sentida "High As A Kite", un tema marca de la casa que sobresale entre tanto tema anodino.

 

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