Encuentros: Mikel Erentxun (Duncan Dhu) vs Mikel Aguirre (La Buena Vida)
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Encuentros: Mikel Erentxun (Duncan Dhu) vs Mikel Aguirre (La Buena Vida)

Javier Escorzo — 22-05-2017
Fotografía — Javier Escorzo

 

Otra cosa que cambió de una generación a otra fue el papel de los medios de comunicación. En los 80, ya lo hemos adelantado antes, los grupos tuvisteis mucho apoyo en radios, prensa y televisión. Además, cuando no había televisiones privadas, así que si salías en un programa te veían en toda España.
ME: Sí, nosotros hicimos todos los programas habidos y por haber de Televisión Española. Y muchas radios, también. Al principio todas las radios indies, tipo Radio 3, y luego 40 Principales, cuando solo había 40 Principales, no había Cadena 100 ni Europa FM, ni Kiss FM…

Vosotros, Aguirre, llegasteis cuando se dejó de apostar por esto. Teníais Radio 3, algo de prensa, y poquito más, ¿no?
MA: Sí. Bueno, con “Soidemersol” sí que hicimos alguna cosa con Los 40, pero muy poquito. Pero en Radio 3 teníamos las puertas abiertas. Y gente potente como Tomás Fernando Flores, Ordovás o Julio Ruiz estaban muy volcados en que todo fuese muy bien. Hicimos un par de acústicos en el Estudio 2 de Ordovás, que es una de las cosas que tengo guardadas dentro, porque fue una oportunidad genial, con el piano que hay allí y los técnicos míticos de toda la vida…

ME: Nosotros también tocamos allí. Es lo más parecido a las sesiones de la BBC.

MA: Totalmente. Y los medios nos han tratado siempre genial, no tengo ninguna queja, para nada. Alguna vez nos han dado cera, pero me parece lo normal.

¿Y por qué crees que no llegasteis a sonar en esos medios más grandes, que hasta ese momento sí apoyaban a los grupos nacionales?


MA: Pues no te sabría decir, la verdad. Yo tampoco creo que la música de nuestra banda fuese para todos los públicos, igual no era la idónea para gente joven. Igual entre un público más adulto, de entre treinta y cuarenta años sí que podría funcionar, pero para gente de dieciocho no lo sé, La Buena Vida tampoco era un grupo rompedor en ese sentido. Creo que puede ir por ahí.

Ya, pero no fuisteis los únicos que no sonasteis. Prácticamente ningún grupo de vuestra generación tuvo presencia mediática importante en medios generalista, y otros grupos igual sí que hacían una música más rompedora, o más animada, o como la quieras llamar.
MA: Sí. Pero no te sé decir cuál fue la razón para que no hubiese acuerdos con las radios grandes y se apoyara el tema.

¿Y no crees que esa fue la razón más importante por la que los grupos de tu generación no llegaron a romper en ventas?
MA: Sí, yo creo que sí. En realidad Viaje A Los Sueños Polares, el programa de Luis Calvo, fue la única incursión en una radio grande del mundo en el que estábamos nosotros. Pero sí que eran importantes los programas locales, que tú te acordarás, Mikel, de Vagón De Cola…

ME: ¡Joder, claro!

MA: Nuevas Factorías… Gálvez, Ricardo Aldarondo, que ponían música muy interesante, invitaban a los grupos, hacíamos sesiones con ellos… Eran cosas muy arriesgadas y muy potentes. En parte por las personas, es lo que hablábamos antes. No ha habido una continuidad con ello.

Cada uno a su nivel, pero ambos grupos habéis disfrutado de grandes presupuestos para grabaciones de discos, cifras que hoy resultarían impensables.
MA: Sí, nosotros con “Soidemersol” y “Allelujah". Con “Allelujah" nos fuimos a Praga a grabar con una orquesta grande, más de cincuenta músicos, todo grabado por Joserra Senperena, que había hecho un gran trabajo de preproducción previo… Pero vamos, yo nunca he hecho una producción al uso, como hacían las multis antes, que Mikel sí habrá hecho con Duncan, en los tiempos buenos…

ME: Cuando había dinero.

MA: Pero yo soy muy crítico con eso que se vende ahora de que te haces un disco en tu casa con un iPad y un protools.

ME: Eso es una mierda.

MA: ¿Tú crees que existirían las grandes obras del cine si las productoras no hubiesen puesto un montón de pasta para grabarlas? Uno entre un millón puede hacer un disco fantástico en su casa, pero toda esa gente, arreglistas, técnicos de sonido, estudios de grabación… Todo eso se ha ido al garete y parece que ahora puedes grabar un disco en tu casa, y eso no es así, por lo menos para mí. Creo que la industria debería gastar dinero en la industria para hacer las mejores producciones que se puedan. Pero al final no solo es un tema artístico, sino también económico.

Y ahora mismo no hay retorno para esas inversiones.
MA: Ya, pero cuando Miquel Barceló se pone a pintar un cuadro, no piensa en lo que vale o en lo que va a cobrar. Piensa en hacer su cuadro. Y si necesita traer unos pigmentos desde la otra parte del mundo, pues habrá que traerlos. Esa creación que va a hacer Miquel Barceló va a aportar algo al mundo, va a abrir un nuevo camino. Independientemente de que sea rentable económicamente, es rentable culturalmente. Debería de cambiar el foco. Ahora te dicen: “¿Quieres un vídeo para tu grupo? Pues aquí tienes un iPad, grábatelo tú por ochocientos euros”. No puede ser.

Hombre, pero tiene que haber una viabilidad. Si Miquel Barceló no generase unos determinados ingresos no podría permitirse traer unos pigmentos desde la otra punta del mundo.
MA: Ya. Pero a lo que voy es que las grandes obras de Elvis, de los Rolling, de cualquiera de los grandes, no podrían haberse grabado con un solo técnico en una casa, porque requieren de un montón de músicos, arreglistas… Necesitan del oficio de un montón de gente.

ME: Se ha perdido el oficio.

MA: Yo creo que la música electrónica peca de una cosa, y es que todo está muy arregladito, perfecto, porque hoy la técnica te permite hacer eso. Le falta el error, el pulso humano, resulta demasiado fría. Tú oyes la música de los setenta y está vida, y pasan cosas, hay fallos… En los discos de los Beatles hay miles de errores, pero al final, me gustan esos fallos.

"La música actual es demasiado fría, demasiado perfecta"

ME: Totalmente de acuerdo. Yo soy un gran defensor del sonido analógico, de la imperfección. La música actual es demasiado fría, demasiado perfecta. Yo estoy en una cruzada personal: en todos mis discos, que los grabo en analógico, y lo pongo en grande: este disco está grabado en analógico, no está editado, no pasa por protools, ni por autotunes, ni por cuantizadores… De hecho en mis dos últimos discos, yo he tocado todos los instrumentos. Era un sueño que yo perseguía de toda la vida, porque soy super fan de Paul McCartney y siempre quise hacer esto, pero nunca me había atrevido, hasta que me encontré a un productor que está más loco que yo, que es Paco Loco, y él fue quien me animó a hacerlo así.

MA: Pues qué guay…

ME: Sí, la verdad es que muy bien, porque ha llegado un punto en el que mi forma de tocar chapucerilla creo que le sienta bien a mis canciones. Yo no podría tocar en tu grupo, porque no soy un batería profesional, pero sé hacer mi mierda. No estoy tocando la batería, sino que estoy tocando la canción, que es diferente.

MA: “My own shit” te va muy bien.

ME: Sí, me va perfectamente.

MA: Hombre, y se nota un montón, Mikel. Tanto el mini LP de Duncan (se refiere a “El duelo”), como el disco que grabaste creo que en Estados Unidos, que el single se titulaba “Si te vas” (se refiere a “24 golpes”, y canturrea el estribillo, NdR), suena calentito, suena real. De todas formas, la industria lleva llorando siempre. Yo desde que tengo uso de razón los recuerdo llorando, y se han forrado, se han llenado los bolsillo siempre. Creo que la apuesta, tanto de las independientes como de las multis, tiene que ser creer en los grupos y apostar por ellos. Y para eso hace falta dinero para pagar a una serie de personas que se han quedado sin trabajo, y que su trabajo es fundamental.

Y ahora que no se venden discos, se dice que la supervivencia de los grupos está en los conciertos.
ME: No sé si habéis visto “Eight Days A Week”, el documental de los Beatles que ha hecho Ron Howard. Es imprescindible, buenísimo, y habla sobre los años en los que tocaban en directo, del 62 al 68. Los Beatles tocaban para poder vivir, porque los discos no les daban un puto duro, y vendían millones. El dinero lo ganaba en los conciertos.

MA: Y ninguno de los masters es de su propiedad, etcétera, etcétera. Y les oyes hablar y era un sufrimiento para ellos, irte a Manila, jugarte la vida, no se oían cuando tocaban…

ME: Hasta que no pudieron más y lo dejaron. Ya eran multimillonarios, evidentemente. Pero los Beatles, los dos que quedan, ganan mucho más ahora por derechos de autor, que lo que ganaban cuando eran los Beatles.

MA: Y técnicamente se ha mejorado un montón, tanto en imagen como en sonido. Tú ves el equipo que llevaban los Beatles… Llevaban dos putos Vox para tocar delante de cincuenta mil personas, y claro, nadie oía nada.

ME: Ni ellos mismos.

MA: Y aun así, me regalaron hace poco el concierto de los Beatles en Las Ventas, el que presentó Torrebruno, y suena muy bien. Afinan y hacen unas voces increíbles, y no se oían.

ME: En el documental hay muchas escenas de directo y se aprecia que suena muy bien, y muy bien tocado. Pero de repente se mueve la cámara hacia el público y ponen el sonido de lo que estaba oyendo la gente, y es una cosa terrible. Pero ellos tocaban y afinaban sin oírse y sin monitores.

MA: El callo que tenían de Hamburgo. Es que eran un grupazo. Todos aquellos eran grupazos.

En lo referente a los directos, ahora prácticamente ha desaparecido la contratación pública, de la que sí disfrutaron los grupos de los ochenta ¿qué alternativas quedan?
MA: Los festivales, que es lo que está funcionando últimamente, aunque a mí no me gusta demasiado. Entiendo que el plan es fantástico y que es una muy buena manera de que la gente joven conecte con grupos.

ME: Lo que pasa es que se ha convertido en una moda, y como todas las modas…

MA: Y si te gusta la música, no es el sitio adecuado para disfrutarla.

ME: No. Y como artista, tampoco es el sitio para tocar. Al final no puedes hacer tu show nunca, te lo recortan, no vas con tu equipo…

MA: Siempre el guiri es más que tú. “¡Que toca Radiohead! A tomar por culo todo…”. Yo he tocado en casi todos y es así, muy malas experiencias. Hacerte nueve horas de furgoneta, llegar a un sitio y ver que no tiene sentido.

ME: Tocas cuarenta y cinco minutos.

MA: Y siempre ha regañadientes con el caché. A los guiris, el triple de lo que piden, pero los de aquí tienen que ajustarse, porque es una plataforma promocional y no sé qué…

ME: O eres cabeza de cartel, como puede serlo Vetusta Morla o Bunbury, que ya llevas tu montaje y tu equipo, o si no es un poco putada.

MA: Sufres, sí. Yo lo pasé mal en festis.

ME: Sobre todo en España. Yo ahora vengo de hacer uno en América y ahí los medios son otros.

MA: También depende de los sitios. Vosotros tocasteis en uno que yo conozco muy bien, el Cap Roig, que yo suelo ir de vacaciones ahí… Un sitio tremendo, como si fuese el Palacio de Miramar de aquí, con unos pinos y dando al mar. Una cosa exquisita.

ME: Sí, pero ese es un festival que es un grupo al día, no es esa rueda…

MA: Hoy he leído que toca Wilco el siete de julio y estoy allí.

ME: Pues es una maravilla.

MA: No me lo voy a perder. Allí vi a Rufus Wainwright solo al piano. Maravilloso.

ME: Yo vengo de hacer muchos acústicos solo, y ahora me cuesta adaptarme a la banda, porque cuando vas solo eres anárquico total. Un día tocas más rápido, otro más lento, en mitad de la canción te paras, improvisas… Y ahora llega la banda, los tienes ahí…

MA: Y no estás tan libre.

ME: Claro, y eso que ya los tengo acostumbrados y saben que hago muchos cambios sobre la marcha. Bueno, eso como Mikel Erentxun, como Duncan Dhu llevamos todo más medido, porque Diego es lo contrario, él prefiere llevarlo todo ensayado.

MA: ¿Y habías tocado en solitario antes de esta gira?

ME: No, había hecho alguna cosita, pero de vez en cuando. Nunca como estos últimos años.

MA: ¿Y te sentiste cómodo en seguida?

ME: Sí, muy cómodo.

MA: Qué guay. Yo tengo que intentarlo alguna vez, pero me da miedo esa barrera.

ME: Impone más. Estás solo, no tienes a nadie a quien mirar… Y generalmente cuando tocas solo es en un sitio pequeño, con lo que tienes a la gente al lado, ves al público perfectamente.

MA: Sí, pero es la verdadera manera de cogerle el pulso a un artista. Te voy a decir una cosa, que además fue un concierto organizado por Get In. El año pasado, en agosto, trajo Iñigo (Argomániz) a Juan Perro. Aquí al lado, en Bataplán. Yo soy un fan loco de Radio Futura. Estábamos cuarenta personas, sesenta como mucho. Se me fue la olla. Impresionante. Luego estuve con él, que no le conocía, me autopresenté y le dije: “Me quito el sombrero y te veo en una super forma”. Aparte de estar fino fino, con los años que tiene, cantó, tocó…

ME: Tiene sesenta y dos años, diez más que yo.

MA: Y luego además estaba con ganas de cachondeo. "¿Dónde se puede ir ahora a tomar algo?", preguntaba. De quitarse el sombrero.

ME: Yo es que, de hecho, si pienso en artistas que me gustan ahora mucho, he visto a Ray Lamontagne solo y me flipó. He visto a Ryan Adams solo. No he visto a Jeff Tweedy, que también hace cosas solo, y mataría por ver a Bob Dylan solo, pero creo que Dylan ya no toca solo, no creo que se atreva, porque ya no toca la guitarra…

MA: Por cierto, hoy he leído una crítica de su último disco, precisamente en el Mondo Sonoro, y lo ponían muy mal. Y yo soy muy fan; creo que lo que está haciendo últimamente es muy bueno.

ME: Sí, yo también soy muy fan, pero desde que está haciendo esto le están dando por todos los lados. De hecho en el Mondo Sonoro el disco anterior tampoco lo pusieron bien.

MA: Pero es que no va a estar haciendo “Blonde On Blonde" toda la vida.

ME: Aparte que ya lo ha hecho, y lo ha hecho varias veces. Es que este tío ha hecho ya cuatro o cinco obras maestras en diferentes décadas. Ahora tiene setenta y pico años, se divierte haciendo esto, pues que lo haga, que además lo hace de puta madre. No le podemos exigir toda la vida que esté sacando obras maestras.

MA: Está cantando mejor que nunca.

ME: Sí.

MA: Yo no le vi cuando vino aquí.

ME: Yo sí, y lloré como un niño.

MA: Pues yo no fui para no perturbar el recuerdo que tenía, porque le vi en Vitoria, en el Azkena, y fue un conciertazo. Lo tenía a treinta metros, saludó, sonrió, tocó la armónica, el teclado… Y el repertorio fue de llorar. Pero de llorar. Buenísimo.

ME: Aquí no hubo nada de eso, pero yo lloré. Lo vi en la fila 2 y fue maravilloso. Pero nos dijeron que ya no toca la guitarra porque tiene problemas de espalda.

MA: Bueno, y que cuando toca la guitarra parece que lo hace para estropear.

ME: Sí, pero el piano sin embargo lo toca muy bien. Me habían dicho que lo tocaba mal, pero no. Recuerdo que cuando tocó en Ondarreta (2006, NdR), no lo vi entero, me pareció horroroso. Él estaba detrás de un teclado, de pie en una esquina. Pero ahora va con un piano de cola, una banda de lujo…

MA: Sí, elegantísimo. Y la banda… El guitarrista ese que lleva, tipo Robbie Robertson… ¡Es mejor que Robbie Robertson! Es un monstruo, todos son buenísimos. A los grandes hay que verles, y poder verles al detalle… Neil Young también, lo vi en Biarritz, que lo organizó Iñigo. Nunca lo vi con Crazy Horse, y fui a verlo. Me encantó, me volví loco. No sabes la que monta.

ME: Todo esto a mí me viene muy bien, porque cuando una empieza a tener ya una edad, mira con mucho agrado que sus ídolos sigan haciendo cosas muy buenas con mucha edad. Los Rolling, McCartney, Bob Dylan, Tom Waits, Cohen o Lou Reed hasta antes de ayer… Todos siguen haciendo discazos. Cuando yo empezaba, hace treinta y dos años, un tío con cincuenta, como yo tengo ahora, era un tío acabado. Recuerdo que a mí el Duo Dinámico me parecía un grupo acabado, y tenían cuarenta años entonces. Pero yo los veía como dinosaurios ya. Y sin embargo ahora las cosas están cambiando. Y no solo los muy mayores, ahí tienes a gente como Elvis Costello, que tiene sesenta y tantos, o Juan Perro, y están en una forma increíble, haciendo buenos discos y buenos directos.

MA: Sí, yo siempre he mirado hacia allí. He preferido no mirar tanto a lo que tenía cerca, por no querer copiar, Le Mans o ese tipo de grupos. Siempre he mirado fuera. Yo viví un año en Estados Unidos, en 1989. Todos mis amigos eran muy brit, y yo me convertí en super americano. Me compré "LA Woman" de The Doors, con dieciséis años, y se me abrió un mundo nuevo. Y si has estado en Estados Unidos y ves lo que significa la música allí… La cultura en general. Es otro mundo.

ME: Yo estuve en Nashville el verano pasado y es increíble cómo se vive la música allí.

MA: Yo estuve cerca, yo viví en Indiana, en Evansville. Estaba a dos horas de Nashville, y no fui.

ME: Yo estuve tres días. Y otro en Memphis, porque yo tenía que ir a la casa de Elvis, claro.

MA: Y un pasote, ¿no?

ME: Sí, pero para muy fans. Disfruté mucho.

MA: Muy kitsch, un poco hortera, ¿no?

ME: Un poco portera no, super hortera. Es la casa más hortera que he visto en la vida, con moqueta en el techo y así.

MA: Cheli estuvo en Nashville también este verano, y me dijo que le gustó mucho porque es su casa de verdad. Te parecerá una horterada, pero no la han transformado, es su casa.

ME: Sí. Además yo soy muy fan y conozco la vida de Elvis, y sabiendo cómo vivía, la casa es más interesante. Porque según el grado de amistad te llevaba a unos sitios o a otros. Estaba el salón de visitas, o si eras muy amigo, te llevaba al cuarto de abajo, donde estaba la mesa de billar… Por ejemplo los Beatles solo estuvieron arriba. No llegaron abajo.

MA: Dicen que en su última época estaba todo el día abajo, que ya no salía. Comía, tocaba el bajo con la tele todo el día encendida…

ME: Sí, ahí grabó el último disco, que es maravilloso, “Way Down In The Jungle Room”, lo acaban de reeditar, lo grabó ahí abajo, en una habitación horrible, decorada con muebles que se trajo de Hawaii, de cuando rodó “Blue Hawaii”. Claro, estás ahí y piensas: “¡Aquí se ha escrito la historia!”. Y está todo igual, no han tocado nada.

MA: Además es como un rancho, que luego fue comprando propiedades colindantes, ¿no? Y luego iba alojando a toda su familia; al tío, al primo… Y la oficina de promo también está ahí, donde guardaban el stock de discos y todo… Ellos mismos.

ME: Sí. Y donde su padre contestaba a las fans.

MA: Y la ofina del Coronel Parker…

ME: Sí, y eso que es una casa tirando a pequeña. Tirando a pequeña si la comparamos con la que podía tener Prince o gente así. No tiene nada que ver son eso.

MA: Qué guay.

ME: Y muy setentero todo. Yo estoy colgado de los setenta, todo skay, moqueta en el techo… El avión. Todo, una pasada.

MA: Y los discos que hizo al final son una joya.

"La industria ha cambiado tanto que está irreconocible para los que venimos de otra época"

Para terminar, y esto es un cambio que os afecta a ambos, muchísimos chicos jóvenes ya no escuchan discos enteros, sino canciones sueltas en Spotify o Youtube, con lo que se pierde un poco el rollo conceptual, la portada, el título del álbum, el orden de los temas… Y ante ese panorama, los dos estáis preparando los lanzamientos de nuevos discos.

ME: La industria ha cambiado tanto que está irreconocible para los que venimos de otra época. Realmente el chaval que empiece ahora… es otro mundo. Yo afortunadamente todavía me puedo permitir las maneras en las que he nacido, con mi vinilo y mi CD, la portada… Aunque las unidades que se venden ya son casi anecdóticas. Hasta hace poco pensaba que esto iba a desaparecer, pero ya no, ahora creo que va a haber un reducto…

MA: Yo también lo creo.

ME: Como el vinilo, que todo el mundo lo daba por muerto y ahora de repente ha repuntado. Porque hay un reducto de miles, los que sean en todo el mundo, que no quieren renunciar a eso. Y ahí estamos, a machete.

MA: Además es un tema de sensaciones, ya no se trata de practicidad o de que el formato sea ahora el teléfono. Lo que sí creo es que se ha analizado un poco. Yo antes igual tenía que ahorrar un mes para comprarme un disco de importación.

ME: Eso se ha perdido.

MA: Y a veces me lo compraba y no me gustaba, encima. Y hacía el esfuerzo, porque me había gastado un dinero que en aquel momento era una suma importante para mí.

ME: Y le dabas dos oportunidades, o tres o las que hiciesen falta.

MA: Y muchos de esos discos ahora me encantan, porque hice un esfuerzo por entrar en ellos. Ahora sin embargo todo es a golpe de clic. Veinte segundos, si no me gusta, a otra cosa. Poder tener toda la discografía de Dylan o de los Who en un pen drive no es lo mismo que tus vinilos, abrirlos… uno está rayado porque lo has escuchado mil veces. A mí me da pena que toda esa gente joven se pierda eso. Pero lo que dice Mikel, yo creo que va a quedar un soporte, que se va a mantener…

ME: De hecho las ventas físicas han aumentado. Cayeron en picado durante años, pero ahora han repuntado. Muy levemente, pero ha cambiado la tendencia.

MA: Y el vinilo ha repuntado también. De todas formas, lo único que podemos hacer en este nuevo escenario es grabar buenos discos. Siempre va a haber gente que lo quiera escuchar.

ME: Efectivamente.

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