"No solo quería hablar de relaciones románticas, quería profundizar en lo que te asusta"
Entrevistas / Delaporte

"No solo quería hablar de relaciones románticas, quería profundizar en lo que te asusta"

Pablo Tocino — 11-11-2020
Fotografía — DELAPORTE X Levi’s® FOTO: DAVID MAROTO

Delaporte no han tomado el camino fácil, para nada. En Las montañas (Mad Moon Music/Gran Sol, 20) asumen un puñado de riesgos, llevando su música a lugares inéditos hasta el momento y ampliando su paleta sonora con una libertad absoluta.

Después de hacernos bailar con el estupendo “Como anoche”(19), Sandra y Sergio presentan el segundo álbum de Delaporte . De Las montañas ya hemos ido conociendo distintos singles y, tras escucharlo completo, podemos decir que con él hay que cambiar un poco el chip. Como en aquel anuncio de Coca-Cola, la oscuridad se cierne sobre Delaporte, y el contraste con “Como anoche” es evidente, con la excepción de algunos temas más continuistas. Las montañas” supone un paso valiente y muy interesante en su evolución como banda, y sobre ello hablamos con Sandra, pero también sobre colaborar con Amaral y hacer un disco entero con Putochinomaricón, sobre el optimismo forzado en la situación actual, sobre Arca y más artistas que les motivan, sobre mezclar a The Prodigy y a las Ginebras, sobre elegir tu propia aventura y aceptar tu bestia, o sobre la artificialidad del mundillo.

Sé que es una pregunta típica, pero me parece muy relevante tras haber escuchado el disco: ¿teníais algún concepto alrededor de él, queríais transmitir algo concreto?
Totalmente. Cuando compusimos “Como anoche”, a mí se me quedó la espinita de no saber si había sido del todo sincera con lo que quería contar. No solo quería hablar de relaciones románticas, quería profundizar en lo que te asusta, en lo que te da miedo, en lo que eres, etcétera. Así que hace casi dos años que decidí empezar este nuevo proceso, y al final me encontré con que estaba hablando de autoestima, de depresión, de cosas que podían ser políticas o sociales pero que hablaban de mí al final. Al final el disco es un viaje desde el punto en que no te reconoces ni a ti misma, no sabes ni quién eres ni lo que quieres, tu identidad está pocha... Hasta el punto en que te liberas de todo esto, luchas contra todas esas presiones, y te reconstruyes como la persona que quieres ser con la identidad que es tuya. Es buscar la fuerza que te hace ser tú, y creer en lo que tú eres y lo que tú haces. “Las montañas” es la catarsis de esa reconstrucción. Yo he elegido mi propia aventura, y yo la voy a vivir.

"Hemos estado escuchando mucho últimamente a The Prodigy, Chemical Brothers, etcétera, toda esa onda noventas que nos ha estado inspirando mucho en este disco".

¿Fue “Clap Clap” de las primeras en escribirse, en comparación con, por ejemplo, “Las montañas”? No ya por las fechas en que han salido, sino por la propia temática y sonido.
Sí, “Clap Clap” fue de las primeras. El disco se ha compuesto en dos tandas de ir a las montañas...

O sea que es literal.
Sí, sí, literalmente, a desaparecer. Porque es la única manera. Fuimos allí y es una pasada lo que cambiamos en cuatro meses en cuanto a las canciones, a irnos más a esos sonidos. “La bestia” también es de la última tanda, y en cuanto a sonido es muy distinta de “Clap Clap”.

Entiendo que “No dirás” es también de la tanda de “Clap Clap”.
Correcto. “No dirás” la compusimos además en México, a principios de 2019. Todo mucho más festivo... En “Clap Clap” ya hay algo de esa rabia, pero es más delante cuando está más claro.

¿Es a propósito que el disco abra y cierre con “El refugio” y “Las montañas”? Ambas comparten un sonido muy Fever Ray, que es una comparación que nunca pensé que le hiciese a Delaporte escuchando “Como anoche”.
Totalmente, “El refugio” es como el prólogo de lo que luego sería “Las montañas”. Es como un sandwich (ríe). Y en medio tenemos recordatorios tipo “La bestia”, que te recuerda que estamos en ese vibe. Estamos apostando por ese sonido que igual es un poco arriesgado, pero que es con el que nos identificamos ahora.

“Las montañas” se presenta con un espectacular videoclip dirigido por Edu Casanova. ¿Cómo surgió ese tándem?
Pues mira, por febrero hicimos una campaña juntos de una publicidad, nos conocimos y nos caímos muy bien. Un mes después me escribió diciendo que le pasara todas mis canciones, que me iba a hacer un vídeo. Así que le pasamos el disco entero, de maquetas aún, a Edu, y eligió “Las montañas”, que era nuestro tema favorito pero no pensábamos para nada que fuese a elegirlo. Pensábamos que iría a por otro más radiofónico. Así que eso fue una señal, porque ni siquiera iba a ser single. En dos días nos planteó el storyboard del vídeo, y es que ves ese storyboard y es tal cual ha salido el vídeo.

Me llevé una sorpresa porque sabía que salías tú en el vídeo, ¡pero en los créditos leí que salía también Sergio! Ya busqué de qué hacía y vi que era en el momento de la adoración, supongo que fue un “si yo salgo en bolas, tú también”.
(Ríe) Edu dijo: “uno de los culos tiene que ser Sergio”, porque pillar extras con todo lo del virus era súper complicado. A Sergio salir o no salir en los vídeos le da un poco igual, y si no sale, casi que mejor. Además no quería porque implicaba depilarse absolutamente todas las partes del cuerpo, estaba súper reacio, pero Edu fue muy insistente, le dijo que tenía que salir sí o sí. Le hicimos depilarse entero.

“Las montañas” es el tema más oscuro que os he escuchado, pero es verdad que “Universo” va preparando el terreno entre la explosión y la alegría de “De dónde vienes” y ese final.
Sí, intentamos que el disco sea la vida, este disco es la vida, ¿sabes? Hay temas muy eufóricos porque la vida es así, cuando me he querido y he tomado ciertas decisiones, me ha salido una euforia tremenda, entonces si esa euforia no estuviese representada en el disco sería un error, igual que si no estuviese representada esa oscuridad y ese estar en la mierda más absoluta. Y “Universo” es como el momento de calma tras la tormenta, de llegar a casa, estar tranquilo y ver que está todo bien, y brillas y conectas con el universo entero... No sé si lo estoy explicando bien (ríe).

"Parar tu vida entera y pretender que eso no te afecte... Si no te afecta es que tienes la inteligencia emocional de un percebe, lo siento mucho".

Otro cambio de este disco es que hay varias colaboraciones, frente al disco anterior, en el que no había ni una. Me ha recordado a Lana del Rey, que nunca había metido colaboraciones en sus discos, y de repente en “Lust For Life” mete cinco.
(Ríe) Tío, es que teníamos muchas ganas de colaborar con otra gente, con gente que nos inspirase de verdad, no con quien tuviese más likes. Lo que queríamos era gente con quien hubiese buen rollo y que conectásemos a nivel musical. Lo de Chenta es eso exactamente, incluso nos hemos planteado hasta hacer un disco juntos...

Sí, por favor.
(Ríe) No, real, ¿eh? Trabajar con Chenta es un sueño. Es de las colaboraciones con las que más contenta estoy, por el simple hecho de poder conocerle. Con Arkano también muy guay. Queríamos colaborar con él sí o sí porque su mensaje nos gusta mucho, y es una persona muy humilde y muy tranquila. Es un remanso de paz. Y a mí esa gente me encanta. La gente que es muy subida no me encanta tanto. Me parece que está dentro de este mundo superficial que respeto, pero que no me interesa. Con Ginebras igual. Quería chicas muy feministas, muy punkies, muy loquis, muy liberadas y muy anti-opresión. Y con Ximena también; es un amor de mujer. Todas nuestras colaboraciones vienen del amor.

Leí que en el disco anterior querías haber metido una colaboración con Najwa y otra con Bomba Estéreo, pero que por temas de fechas se quedaron fuera. No sé si en este caso también ha habido alguna así, o algo que hayáis querido dejar para el siguiente.
Pues sí, hay una chica israelí que se llama Noga Erez, que tiene también un mensaje político muy guay, y que es underground dentro de la escena electrónica. Contactamos por Instagram y lo íbamos a hacer, pero se dejó pasar entre que ella estaba con su disco, que estaba el confinamiento, etcétera. Pero me gustaría mucho hacerla en el futuro. Y bueno, por soñar, pues colaborar con Amaral, que con ella estamos hablando mucho últimamente. Eva Amaral es una persona que admiro como artista y como persona, y es alguien que ha estado en el mainstream, en el underground, en todos los lugares, y siempre ha sido ella. O con DORA. También me gusta mucho el camino que está tomando. Gente que respeto, y que a nivel musical y humano nos inspiran.

Dijisteis en una entrevista que si en el futuro hacíais una colaboración queríais que la persona en cuestión aportase su sonido, pero que a su vez sonase a vosotros. “De dónde vienes” me parece un acierto mayúsculo en ese sentido, porque suena a Putochinomaricón, suena a vosotros, y suena a algo distinto. Y no siempre estas mezclas salen bien.
Sí, nosotros si a nivel musical o humano no nos inspira, no vamos a colaborar. Y nos ha pasado ya, ¿eh? Que quedas y no termina la cosa de cuajar. Al final es como una relación. Si tú quedas con una chica, bueno, o con un chico, dices “pues con esta persona no ha habido crush”, pero con otras alucinas. Pues esto es así. Lo que ha salido tenía que ser, y lo que no ha salido, no tenía que ser. Además Chenta y nosotros hablábamos mucho de este mundo artificial que te decía, y estamos muy de acuerdo. Cuando te metes en ese mundo todos son expectativas, juicios, egos, etcétera, y hay muy poco de verdad. Chenta de eso se da cuenta rápidamente. Si no transmites dignidad humana como persona y como artista... “De dónde vienes” habla de esto. No es lo importante tener hype y vender entradas, sino quién eres tú, qué quieres transmitir, tu tierra, etcétera. No solo estar de party todo el rato y perreo, perreo. Que el reggaeton me encanta, ¿eh? Pero hay ciertas letras que digo “no me hables más de party, ni de perreo, que llevamos meses en confinamiento. Aquí ni party ni hostias, esa letra háztela mirar”. Porque me parece muy bien, pero es que una letra así no me la creo. Y me da pereza, porque es lo mismo de siempre, y lo veo mentira, lo veo artificial. Así que encontrarte con personas que quieren transmitir esa verdad contigo, pues me encanta... Por eso Chenta es lo más (ríe).

El vídeo va también en ese sentido, con todas esas imágenes de vosotros de pequeños.
Claro. Era volver al origen, a la ilusión de pequeños, a lo que te mueve desde que eres muy pequeño. Aunque también era porque estábamos en confinamiento (ríe). Pero funciona muy bien, y yo cuando vi el vídeo de Chenta bailando como una loca me moría de amor, pero a él le daba vergüenza...

Por favor, si es súper adorable.
¡Tío, y que bailaba ya genial! Pero qué va, Chenta muerto de vergüenza. Y sí, queríamos conectar con la verdad de uno a través de estos vídeos, con cuando eres niño y todo fluye fácil, porque no hay complejos, no hay opresión que sientas tan directa, no hay tanta oscuridad. Y de repente eso deja de fluir y se va todo a la mierda (ríe).

Otra colaboración es “Bang Bang”, una ida de olla que tiene el sonido de Delaporte, pero también el de Ginebras, y de repente metéis hasta jungle...
(Ríe) Es que hemos estado escuchando mucho últimamente a The Prodigy, Chemical Brothers, etcétera, toda esa onda noventas que nos ha estado inspirando mucho en este disco. Es una reivindicación del 8M, de pronto es las Ginebras, de pronto es The Prodigy, y de pronto es locura (ríe).

“La bestia” sigue también con ese sonido más duro.
Sí, además es más oscuro, junto con “Las montañas” diría que es mi favorito. No sé ni qué sonido es. Tiene reggaeton pero está como distorsionado, es todo muy brutal. Es como punk-reggaeton. Algo así, no lo sé (ríe). Es también una reivindicación de todo lo que fui, de todo lo que soy, de todo lo que seré. Lo acepto; es mi bestia.

“No” parece que plantea un poco el derecho a estar jodido y a no tener que “estar bien” todo el rato si no nos sentimos así. Hay que procesar también las emociones negativas y aprender de ellas, ¿no?
Y me encantaría contribuir a eso. La gente a la que le preguntas qué tal estos días y te dicen “¡Buah tía, genial! ¡Trabajando mucho! ¡A topeee!”. Por favor... ¿podéis dejar de mentir, que aquí nadie está trabajando? En serio. El rollo este “venga, ¡seguimos!”; no, no seguimos. Te estás engañando a ti misma, estamos en un momento de mierda. La gente se está muriendo, la gente está perdiendo su trabajo, yo misma he tenido crisis con todo esto y me lo he tenido que trabajar, porque no era capaz de aceptar que hubiera un parón de repente en mi vida. Parar tu vida entera y pretender que eso no te afecte... Si no te afecta es que tienes la inteligencia emocional de un percebe, lo siento mucho. Yo he tenido que renunciar a una gira, a unos ingresos de los que ahora no dispongo, etcétera. Por supuesto he visto a amigos que han perdido familiares, a familiares que yo misma he perdido... El optimismo me parece bien, pero negar una emoción es absurdo. Sobre todo se ve en las redes sociales. Parece que todo el mundo está genial y unicornios todo el rato. Y no. Yo entiendo que en redes vendes tu imagen, tu trabajo y tal, pero también hay que transmitir que no estamos bien, ¿no? Y no tener miedo al rechazo por eso.

Y para terminar, sois muy fans de Arca. ¿Qué te ha parecido “KiCk i”?
A mí me ha gustado mucho, aunque es muy denso. A Arca hay que escucharlo por dosis, también hay que decirlo. Pero “Mequetrefe” por ejemplo me ha encantado, y el disco también, vaya... Yo creo que lo escucho para estudiar y aprender. Sergio y yo estamos en búsqueda de nuevos sonidos, de cosas que te vuelen la cabeza... porque lo que ya está, ya está. Para nosotros Arca es eso, es abrir la cabeza como un melón, sorprenderte y estudiar. Metería también aquí a Björk, FKA Twigs, Sevdaliza o Noga Erez, que es la que te comenté antes... Este tipo de artistas es que nos dan la vida.

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