UN IRLANDÉS EN CALIFORNIA
Entrevistas / Perry Blake

UN IRLANDÉS EN CALIFORNIA

Redacción — 05-06-2002
Fotografía — Archivo

PERRY BLAKE llegó el día anterior a la Ciudad Condal para promocionar “California” (Naïve, 02), aunque el clima gris y lluvioso de esa jornada poco corriente le dejó aturdido, pensando que había tomado un vuelo de Dublín a Belfast y no a Barcelona. Por suerte, al día siguiente, los rayos del sol entran por la ventana de la sala y tal es su fuerza que llegan incluso a molestar. Blake se muestra impasible, es todo educación y buenos modales.

Todo lo que fluye a su alrededor está teñido de espiritualidad y paz, quizás sea porque si atendemos a sus nuevas canciones descubrimos que está pasando por un momento dulce de su vida, con mayores dosis de alegría y con una transparencia que delata su felicidad. Por algo “California” es su disco más colorido y optimista. “Tu estado de ánimo tiene una incidencia directa en tu música y ahora, por fortuna, estoy pasando por un buen período de mi vida. A veces esto puede resultar contradictorio porque, en mi caso y en el de muchos otros, cuando estás apagado necesitas música revitalizadora y cuando estás eufórico necesitas melodías calmadas. En este caso es algo distinto, estoy feliz y hago música más positiva”. Si tuviésemos que atender a su actitud, no diríamos a la primera que el hombre está exultante, más bien lo contrario, porque sigue quedando huella de “Still Life”, más pesimista incluso que su debut, “Perry Blake”. Ahora, aunque se siga comportando tan pausadamente, sí presenta un disco más luminoso que aquél.

“No puedo declararme un gran fan de U2 porque no lo soy, aunque para ser un buen irlandés debería propagar mi falso fanatismo”

“Aquel era un disco muy oscuro. No creo que me vuelva a salir un disco tan duro sentimentalmente hablando como ése”. Cambiando de tercio, podemos decir que Perry Blake no es profeta en su tierra, en cambio en varios países de Europa, sobre todo en Francia (dónde le encargaron la banda sonora de “Presque Rien”), es una figura bastante conocida en los ambientes más cool. “El mayor problema de los irlandeses es que todo lo que no suena a U2 no tiene el más mínimo interés para ellos, por eso cada semana aparece un nuevo clon de Bono que pretende lograr el estrellato, sin que acaben nunca de conseguirlo. Personalmente respeto mucho a U2, pero no puedo declararme un gran fan del grupo, porque no lo soy, aunque para ser un buen irlandés debería propagar mi falso fanatismo”. En todo caso, sorprende que un irlandés dedique título y portada a California, algo que resulta sorprendente, por mucho que al final, como casi todo, tenga su explicación. “Quería rendir tributo a ese precioso lugar y qué mejor para retratar ese sitio que la típica palmera que se levantan en los largos paseos junto a las playas. California y la ciudad de Los Angeles representan mucho para mí”. Aparte del optimismo reinante en la entrevista, lo que más nos ha sorprendido del artista en los últimos meses es la forma en la que se ha involucrado en la música orquestada (y, aparte de los arreglos de este nuevo disco, solamente hace falta atender al directo “Broken Statues” para entenderlo). “En ´Still Life´ ya utilicé esos arreglos y ahora he creído conveniente dar más presencia a esos arreglos y dotarlos de mayor peso en el conjunto de mis canciones. La experiencia ha supuesto disponer de una orquesta entera a mi disposición, lo que ha cambiado mi vida. Ha habido muchos otros músicos que han adaptado perfectamente la orquestación al pop. Los Beach Boys fueron los primeros y a Tindersticks los encuentro maravillosos. ¿Walkabouts? No les conozco”. Cuando entrevistas a alguien siempre existe la pregunta comprometida de turno, la que puedes o no hacer dependiendo del discurrir de la conversación. En algunos casos tiene que ver con la banda que dejaron de malas maneras, otras veces guarda relación con el estrepitoso fracaso del disco anterior del artista en cuestión. En este en concreto, tiene que ver con las odiosas comparaciones. Algunos se han referido a él acudiendo a Scott Walker, Divine Comedy y otros artistas pop, aunque por encima de todos ellos planea sobre Blake la sombra de Black, a quien cada día recuerda más. “Me enorgullece que me comparen con él. No es ningún desprecio, sino más bien un cumplido. Hizo y hace grandes cosas y, aunque sea un personaje fuera de la actualidad, ahí queda su obra para quien quiera disfrutarla. A todo el mundo le comparan con alguien, porque los músicos únicos en su especie son cada vez menos y todos tenemos un espejo en el que mirarnos. A mí lo que me gustaría de verdad es que me comparasen con Marvin Gaye o cualquier estrella soul de los sesenta, pero no creo que eso vaya a suceder. Es una lástima, así que me contentaré con lo de Black”, comenta esbozando una sonrisa.

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