"Lo único que permanece igual es el cambio"
Entrevistas / The Ex

"Lo único que permanece igual es el cambio"

Marcos Gendre — 08-06-2018
Fotografía — Geert Vandepoele

Ya son casi cuarenta años de historia y The Ex siguen avanzado de forma irreductible entre los márgenes de culturas olvidadas por las corrientes generalistas. Lo suyo es un repetido atentado contra lo convencional al que, tras ocho años sin publicar un álbum lejos de colaboraciones, regresan en modo discográfico. “27 Passports” es el resultado. Un trabajo que no sólo los restituye como una entidad de actitud inviolable, sino que también los muestra más inspirados que nunca. Sobre todo ello nos habla Arnold De Boer, la voz del grupo.

Ocho años desde vuestro último disco sin colaboradores. ¿Por qué tanto tiempo para volver por vuestra cuenta?
Simplemente, estaban sucediendo demasiadas cosas. Estuvimos de gira con Getatchew Mekuria, con Brass Unbound y con Fendika. Además grabamos con todos ellos. Encontramos un tiempo intermedio para hacer nuevas canciones, pero hacer un álbum completamente nuevo no era posible; estábamos metidos en los otros álbumes. Sin embargo, hicimos algunos singles. Sabemos que lo estiramos demasiado tiempo, pero también estamos contentos de haber logrado cambiar y tomarnos ese tiempo para trabajar con grandes artistas y hacer álbumes con ellos.

"El valor del dinero está muy sobrevalorado y cuando músicos, DJ’s, organizadores, escritores, bookers, etcétera, trabajan juntos bajo el enfoque del amor por la música, aparece todo un universo paralelo".

¿Cuánto tiempo lleváis componiendo este álbum? ¿Qué ha cambiado con respecto a “Catch My Shoe”?
Cuando hicimos “Catch My Shoe”, me acababa de unir a la banda. La mitad de las canciones se basaron en ideas y canciones que The Ex ya estaban tocando. El nuevo álbum comenzó a existir en la primavera de 2017. Comenzamos desde cero, con unas pocas ideas, riffs y ritmos y, después de tres meses, teníamos un conjunto de canciones nuevas. Luego las tocamos en vivo para probarlas con la audiencia, y entramos al estudio en octubre.

En vuestro nuevo álbum, el efecto mántrico es aún más poderoso de lo habitual. ¿Hay un momento en el que os perdéis en vuestra propia energía cuando tocáis?
Lo que denominas “efecto mantra” seguramente es algo que los cuatro amamos y buscamos en la música. La repetición, el trance, pero luego cambiando y evolucionando y dejando espacio para la improvisación, estando al borde del caos y la explosión, nadando río arriba, y luego pisando una alfombra voladora y adelantando a las naves espaciales Helios de la NASA.

Más que nunca, parece que vuestro sonido está más integrado en el groove africano. Es como si hubieras canalizado la fuerza post-hardcore en ese latido tribal.
Es algo que ha estado creciendo en nosotros. Katherina siempre ha sonado así, melódica, usando los timbales. En la actualidad, la batería tocada de forma melódica es algo que se conecta fuertemente con la percusión africana. Al menos con los músicos de Etiopía y África Occidental, que lo han comentado y realmente les gusta su estilo. Todos hemos viajado mucho a través de diferentes partes de África y tomado inspiración de todos los diferentes estilos de música, regiones, personas y culturas. Tocar con Getatchew Mekuria seguramente no deja indiferente a nadie, igual que la fuerza de la música etíope. Por otra parte, también hemos viajado a otras partes del mundo, donde conocimos a personas geniales, músicos con los que tocamos. La inspiración funciona como la gripe: si te acercas, te atrapa fácilmente.

¿Cuánta improvisación hay en vuestro proceso creativo?
Las nuevas canciones comenzaron con la improvisación, como en una conversación en la que aportamos diferentes palabras, oraciones, argumentos, ideas, pensamientos, y juntos escribimos una historia. Pero esa historia nunca es la misma en vivo. De la versión en el disco, escucharás diferentes versiones de esas historias en nuestros conciertos. Eso te deja margen para que también puedas descubrir por ti mismo.

Parece que vuestra telepatía no conoce límites. ¿Cómo funciona vuestra conexión entre los cuatro cuando estás componiendo? ¿Qué diferencias hay con la experiencia en vivo?
Un estudio y un lugar lleno de gente no es lo mismo. El enfoque en un estudio es totalmente diferente. En vivo tocamos para personas que devuelven energía, que gritan y bailan. Cuando tocas música, no hay forma de no reaccionar ante eso.

¿Hasta qué punto piensas en la experiencia en vivo en el momento de grabar en el estudio?

Bueno, tocamos las canciones en vivo en el estudio y sólo hacemos algunos overdubs. Así es como la energía que originamos tocando se pega a la cinta.

¿Todavía hay esperanza en que la música actual pueda ayudar a cambiar la brutal tendencia capitalista en nuestra sociedad?
Creo que la forma en que funciona la música underground puede utilizarse como un modelo para otras partes de la sociedad. El valor del dinero está muy sobrevalorado y cuando músicos, DJ’s, organizadores, escritores, bookers, etcétera, trabajan juntos bajo el enfoque del amor por la música, aparece todo un universo paralelo. Ha sido nuestro caso desde hace décadas. La idea que subyace detrás de esto es antigua, tal vez de hace siglos, y siempre estará ahí. El capitalismo terminará comiéndose a sí mismo. Ahora estamos en la economía del Donut, donde finalmente espero encontrarme algún día con Homer Simpson.

Después de tantos años de hacer música, ¿cuál es el secreto para seguir manteniendo la curiosidad?
La variación. Lo único que permanece igual es el cambio. Y luego, darnos cuenta de que apenas hemos visto nada. Los ojos abiertos, los oídos y la mente ayudan, conocer gente nueva ayuda, y luego ser curioso y no distraerse con la mierda comercial.

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