Sin "pupas" no hay paraiso

Locuaz, inteligente e incisivo, charlar con el madrileño es tan placentero como escucharle cuando hace hablar a sus guitarras al frente de Sex Museux, Los Coronas y Corizonas. Y más cuando la conversación gira en torno a sus grandes pasiones: la música, el fútbol y claro está, el Atlético de Madrid.

Un músico es como un futbolista, que debe demostrar su valía en el escenario como estos en el campo. Un productor musical en cambio sería más parecido a un entrenador, dirigiendo a sus “jugadores” en el estudio. ¿Con qué faceta te quedas?
A mí me gusta el papel del jugador-entrenador, como Kenny Dalglish en el Liverpool o Gullit y Vialli en el Chelsea. Lo veo todo relacionado e igual de gratificante. En el estudio me gusta más el papel de productor que el de músico. Cuando llevas tanto tiempo haciendo las cosas a tu manera, eres lo mismo músico que productor, manager, “pipa”, psicólogo, animador, profesor o chico de los recados, todo en uno.

¿Recuerdas en qué momento de tu vida te sentiste colchonero por primera vez?

Recuerdo que mi sentimiento creció cuando tenía unos cuatro años, en unas navidades en que mis tíos me regalaron el uniforme del Real Madrid. Como era pequeño pensaron que podrían llevarme por el buen camino, pese a saber que mis padres eran del Atleti. Esto me creó un pequeño dilema moral, pero mi madre, casi más antimadridista que atlética, me sacó de dudas guardando el uniforme en un cajón, en el que estuvo años sin que nadie lo tocara.


Se comenta que el Atleti tiene alma rockera y de hecho entre sus seguidores se encuentra gente como Glutamato Ye-Yé, Rosendo, Robe Iniesta, Sabina, Josele, “Lichis”, tú mismo… ¿Cómo explicas esta relación?

Ser del Atleti tiene algo de romanticismo épico. Imagino que tiene que ver con ese toque de pupas o de perdedor que siempre se levanta cuando parece noqueado. Esto, junto con la fidelidad de sus seguidores, es lo que lo relaciona con el rock’n’roll. Pero por buena que sea su afición y por profundos que puedan ser los sentimientos de sus seguidores, el Atletico de Madrid no deja de ser una sociedad anónima, un negocio como cualquier otro, con unos dueños que no son sus socios. Echo en falta un sentimiento más puro y más cercano al deporte, con jugadores que sientan más el color de su camiseta que el del dinero. Un espíritu que hace décadas se ha perdido en el fútbol.

Muchos de esos músicos participaron en el disco conmemorativo del centenario del club. ¿A ti no te lo propusieron?

Qué va, yo soy del rock, no un come pollas y no quiero saber nada de esa directiva. Un buen seguidor del Atleti no debería tener nada que ver con ninguna iniciativa de unos tíos que se hicieron con el control del club de una forma bastante oscura y que año tras año acaban vendiendo a los jugadores que destacan. Si esto sigue así nos acaban vendiendo a un jeque árabe o a un fondo de inversiones chino.

En los últimos años la supremacía del Barcelona y del Real Madrid han relegado al Atleti a un segundo plano. ¿Crees que algo parecido está sucediendo en España con un género que fue grande como el rock?

Soy un poco radical, pero creo que en España el rock está en un segundo plano desde los setenta o al menos desde principios de los años ochenta. Lo que se suele considerar rock yo lo llamaría más bien pop-rock orientado al pop, por muchas guitarras que puedan sonar. Rock siempre ha habido, pero con muy poca repercusión. Hubo un momento en que la crítica o la prensa musical se desencantaron con este género, por zafio, por convencional, por previsible, por el giro de la prensa inglesa en los años ochenta o simplemente por una cuestión de edad. El rock interesa más por la imagen, la pose y la actitud que por lo puramente musical. Resulta más interesante Lemmy como personaje que toda la carrera musical de Motörhead. Resumiendo, lo que yo considero rock no tiene ninguna repercusión, y así, el público medio acaba pensando que no existe nada más rockero que Bon Jovi o Fito y los Fitipaldis. Con el Barça o el Madrid pasa algo más penoso: se han hecho con todo el mercado. Son dos grandes multinacionales que arrasan con toda la competencia.

Este año han destacado jugadores en el Atlético como Adrián, Diego y Falcao. ¿Qué grupos son los que más te han sorprendido a ti últimamente?

De aquí Capsula y de fuera Obits.

La afición rojiblanca es reconocida como una de las más fieles. ¿Ocurre lo mismo con los seguidores de tus bandas?

Con el Atleti la afición es el setenta por ciento y el equipo el otro treinta. Desde que soy pequeño no recuerdo un buen presidente o alguno que no haya acabado estafando al equipo y llevándoselo muerto. Con las cosas así es muy difícil fidelizar a los jugadores y que los seguidores del equipo sigan yendo al campo y apoyando al equipo. Que la afición siga adelante con este panorama dice mucho a su favor. Con las bandas con las que toco es otro rollo, todo mucho más cercano, primando la amistad y el colegueo. Distinto a esa admiración por encima de todo que te hace ser un seguidor a muerte de un equipo de fútbol. La verdad es que no me gustaría nada tener esa relación con la gente que nos viene a ver.

En las Islas Británicas hay una comunión excepcional entre música y fútbol. En cambio en España destacan temas como el “A por ellos, oé”. ¿Es esto un reflejo de la diferente cultura musical que existe entre ambos lugares?

Somos copleros, qué le vamos a hacer. Nuestro Elvis es Raphael y nuestro “You´ll Never Walk Alone” es el “Porrompompero”. Y nuestros políticos aún se preguntan por qué Gibraltar no quiere ser española...

Probablemente Maradona sea el jugador al que más canciones le han dedicado (Mano Negra, Calamaro, Charly García, Fito Páez, Bersuit, Manu Chao, Los Piojos….), ¿tú a qué jugador le dedicarías una canción?

A Futre o Luis Aragonés en plan creador y a Panadero Díaz o Arteche en plan destructor.

Y para terminar, ¿qué canción de las muchas que has compuesto crees que reflejaría mejor el espíritu del Atlético?
Hacha de guerra”, de lo más indio que he compuesto.