“El ser humano padece una desconexión preocupante de su propia esencia”
EntrevistasSergi Carbonell

“El ser humano padece una desconexión preocupante de su propia esencia”

Abel Olivares — 04-05-2025
Fotografía — Archivo

¿Hay cabida para un amor, no estrictamente romántico, capaz de poner fin al conflicto? Así suena el interrogante que Sergi Carbonell plantea en “Amorosa bondat” (Halley, 25), un ensayo humanista cuyo sonido cuestiona el rumbo tomado por la sociedad en los últimos años.

Escalada militar, disputas arancelarias, tendencia al conservadurismo ideológico… Se está quedando una estampa del mundo surrealista. Y es que es imperdonable ser partícipe de una sociedad carcomida por el deterioro y no pararse a pensar hacia dónde estamos yendo. O dónde vamos a llegar. En este sentido, olvidamos que la figura del artista nos ayuda a recuperar la autoconciencia gracias a su capacidad de generar debate a través de la creación artística, más allá de un mero entretenimiento a los sentidos. Sergi Carbonell es un buen ejemplo de ello: conocedor del poder humanista que rebosa la música, publica “Amorosa bondat” -el sucesor de “Refugi” (23)- dispuesto a poner en duda el contexto actual, sin miedo a ensalzar sus valores y haciendo uso de un tono mucho más explícito y reivindicativo, pero no menos tierno. “Surge de una intención política: favorecer la toma de conciencia del mundo en el que vivimos. El ser humano padece una desconexión preocupante de su propia esencia. Debe ser una broma que esto esté sucediendo en el momento que más conectados estamos entre nosotros. Hemos perdido la noción de comunidad, del compartir, de cooperar… intercambiándolo por el individualismo, la meritocracia y cualquier falacia neoliberal que nos venden cada día desde los medios y las figuras de poder. ‘Amorosa bondat’ nace para recordar que la naturaleza humana reside en la hermandad, la conexión entre personas. Según Martin Buber, filósofo judío, la bondad es el resultado de construir desde un vacío en el que hay dos ‘yo’ conformando un ‘nosotros’. La relevancia está en darse cuenta de que uno no puede estar bien si el resto estamos mal. Formamos parte de un colectivo, la humanidad, ignorando que hay gente viviendo mal para que otros vivan bien. Ser conscientes del hecho que nuestros privilegios se asientan en las desgracias ajenas no está de más.”

“Si no nos salvamos todos no se salvará nadie porque no habrá frontera ni muro capaz de contener el impacto”

Querer explotar su faceta protestante tiene origen en el malestar que le ha provocado la creciente aceptación de los discursos de odio, normalizados y tolerados públicamente sin tener en cuenta las consecuencias que acarrea hacerlo. De ahí que el disco sea, sustancialmente, una denuncia personal extrapolable a lo general. “La extrema derecha lleva tiempo asaltando grandes altavoces institucionales para divulgar un discurso despreciable. No se entiende que prolifere en un mundo en el que cada vez hay más refugiados o donde los efectos del cambio climático se palpan devastadores. Si no nos salvamos todos no se salvará nadie porque no habrá frontera ni muro capaz de contener el impacto. La raíz está en el miedo. Es normal que lo sintamos, por eso debemos trabajar desde la cercanía de la familia, los amigos, la pedagogía… El dispositivo ultraconservador se desmonta con amor. Ese es un poco el quid de la cuestión: pon amor donde no hay amor y encontrarás amor.”

Además de exponer y desgranar las problemáticas globales contemporáneas, “Amorosa bondat” utiliza el humanismo para plasmar, en paralelo, una intimidad latente que proviene de experiencias personales. “Es muy probable que sea mi álbum más personal. No me abruma compartir mis vivencias, al contrario. Exhibir todo lo que he escrito, mostrándome vulnerable, creo que es algo bueno porque abre la puerta a que el oyente se sienta identificado. James Joyce decía que en lo particular está lo universal. Que alguien ajeno pueda empatizar conmigo demuestra que la honestidad es un ingrediente imprescindible en el arte.”

A lo largo del proceso creativo Carbonell ha bebido de referentes muy diversos, inscritos en disciplinas distintas, pero unidos bajo el paraguas del humanismo. Este hecho refuerza la idea de que el disco es un manifiesto en toda regla, dejando claro, al mismo tiempo, que cultivarse culturalmente es un rasgo intrínseco en su persona. “Pienso en qué es aquello que nos hace humanos constantemente. Las semanas de retiro espiritual que pasé en las Islas Canarias me permitieron trabajar desde la tranquilidad. El proceso fue puramente introspectivo, facilitando que el tema principal surgiera una y otra vez y de varias formas. Quería componer priorizando la sencillez de un solo instrumento, homenajeando la facultad de composición que tiene el cantautor a través de una lírica llena de valores. Al respecto, fue inevitable mirar atrás y nutrirme de la gente que antaño sembró tantas ideas. Me gusta pensar que somos personas a lomos de gigantes en pie gracias a todos aquellos que nos han ayudado a ser quienes somos hoy.”

Dicho concepto guarda relación con la evolución que ha protagonizado a raíz de “Refugi”. Con el tiempo, el ripollés ha aprendido a enfrentar sus miedos, dudas e inseguridades. A estar cada vez más cómodo con la personalidad que ha forjado sobre todo en los escenarios. “Hasta ahora durante mis conciertos siempre había contado con la presencia de una banda. Al plantear este nuevo disco quise contar únicamente con el apoyo de mi voz y mi guitarra. A priori, pretendo actuar en espacios más pequeños. El directo es un espacio hecho para que la gente venga a disfrutar de la música. Me imagino un espacio cargado de vitalidad, libre, donde sucedan cosas.”

Será durante la gira de “Amorosa bondat” cuando vuelva a hacer patente que su música nace de una pulsión enfocada en promover principios éticos. “¿Qué importa si no llega al máximo de audiencia? Esto no va de alcanzar el número más alto, sino formar un vínculo sincero con la gente a la que interpelas. Sé que hay gente que también siente que vivimos en un mundo duro, roto y violento que va en contra de la vida humana. Razón por la cual cobra sentido que haya voces reclamando otro tipo de relaciones sociales.”

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