¡QUÉ DIFÍCIL ES CRECER!
Entrevistas / Bis

¡QUÉ DIFÍCIL ES CRECER!

Redacción — 26-03-1999
Fotografía — Archivo

SE ACABÓ EL TEENAGE RIOT. LOS ESCOCESES BIS, HARTOS DE QUE LES CONFUNDAN CON UNA COLECCIÓN DE CROMOS, DAN LA CARA CON UN ÁLBUM LLENO DE CANCIONES CANDIDATAS A SINGLE DE LA SEMANA. PERO NO CREAN QUE HAN PERDIDO EL SENTIDO DEL HUMOR, NI LA INSPIRACIÓN… ESO NUNCA.

El acné-pop, término con denominación de origen indie-cañí, les venía al pelo a estos tres habitantes de los Highlands que recién abandonada la pubertad se armaron de tijeras, rotring, guitarras, espíritu riot y ganas de perdurar. Esto sucedía a mediados de los noventa, concretamente en 1995, fecha en la que el jefe de Acuarela, Jesús Llorente, les vio actuar en Edimburgo y les editó su primer siete pulgadas, «Transmissions On The Teen-C Tip». Han pasado bastantes cosas desde entonces, a saber: un mini-álbum que ya contenía algunos clásicos («This Is The Teen-C Power», Grand Royal, 96), un debut largo y sorprendente, pero menos («The New Transistor Heroes», Wiija, 96), y la promesa de amor eterno por parte del sector más indie del indie británico. Demasiados aconteceres para unos chicos que acaban de estrenar la veintena, pensarán algunos. Lo más importante es que Bis se presentan con un segundo álbum en el cual han abandonado la a veces irritante planicie argumental que sustentaba sus anteriores entregas, para dar forma a canciones más trabajadas, más perfectas, mejor acabadas y con menos capacidad para sorprender. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Primeros signos de madurez a estas alturas? Sci-Fi Steven, una de las dos terceras partes del grupo presentes (Manda Rin se quedó en casa, John Disco contesta por teléfono a otra entrevista) aclara estas y otras interrogantes sin dejar de sonreír, con un verbo fluido y generoso. «Ya han pasado dos años desde nuestro anterior trabajo… han pasado muchas cosas en nuestras vidas, tenemos más tecnología para trabajar, estamos muy centrados en nuestra música. Escuchamos más música de todo tipo y, sí, hemos crecido. Nuestro primer disco lo hicimos con dieciocho años y a estas edades cambias en menos tiempo, pero creo que ahora somos mejores músicos y compositores que entonces. Antes solamente escuchábamos pop y punk, pero ahora todo es distinto. Ahora escuchamos de todo». Así las cosas, nos encontramos con «Social Dancing», un artefacto sonoro divertido, más variado que los anteriores y en el que muchos echarán en falta ese halo amateur que recorría sus anteriores trabajos. No es mi caso, Bis, efectivamente, son mejores ahora y cuando termina el disco uno no tiene la sensación de que no ha pasado nada, de levedad y de accidentalidad que lastraba sus trabajos de antaño. «Este disco es el de la victoria, hemos luchado mucho frente a la industria. Somos muy cabezones y no admitimos manipulaciones de ningún tipo. Parece que ahora las compañías nos respetan y nos dejan en paz. Tenemos el control definitivo sobre nuestro trabajo, hemos ganado el control sobre nuestra música». Ya ven, tres críos declarando abiertamente la guerra al establishment y con el morro suficiente para decir que son ellos los que ganan. ¡Qué desfachatez! «El combate no ha acabado, nunca acabará. Seguimos viviendo en Glasgow a pesar de las presiones de la compañía para que nos mudásemos a Londres. Tampoco aceptamos ninguna planificación que nos obligara a grabar en tal sitio con equis productor. Tampoco dejamos a nadie de la compañía que presenciara la grabación, les mostramos el álbum terminado y punto». Lo que sí es seguro es que Bis, junto a otras bandas de la órbita de Glasgow (como Urusei Yatsura, Mogwai, The Delgados o Belle And Sebastian), se han convertido en una verdadera alternativa al pop británico más estandarizado y comercial. Bandas aparecidas justo en el momento de declive creativo de los últimos iconos del brit-pop, bandas con mayor capacidad de sorpresa y creación que Echobelly, Blur u Oasis. «Creo que esto es así absolutamente. Respetamos mucho a bandas como Mogwai o Belle And Sebastian, a pesar de que su sonido es completamente distinto. Todos estos grupos son muy independientes y underground con respecto a la industria, luchan por mantener su creatividad intacta y creo que todos compartimos esto. La mayoría de la música que se hace en Gran Bretaña es aburrida y repetitiva». La duplicidad discursiva de Sci-Fi mosquea a cualquiera. ¿Beligerancia frente a la industria, mientras estás promocionando tu nuevo trabajo por los canales habituales? ¡Defiéndase señor Steven!… «La banda es lo más importante para nosotros. En Estados Unidos y Europa somos menos recelosos a la hora de promocionar los discos. En Inglaterra nos fijamos más en quién nos va a entrevistar, porque ya nos han puteado bastante los periodistas británicos. Pero en el resto de países es distinto. Merece la pena pasar por todo el rollo de hacer promo si luego eso sirve para poder tocar en directo y que la gente conozca nuestra música». El discurso bífido se prolonga cuando le pregunto si realmente odian la música de los ochenta, atendiendo al texto del tema «Action And Drama». «Hay música de los ochenta que odiamos y otra que nos encanta. La diferencia con la música de los noventa es la calidad de sus estrellas, las superestrellas de los noventa son gente vacía y que no tiene nada que decir… pero las estrellas de la década pasada, como Madonna, eran gente con fuerte personalidad, inteligentes y que han conseguido todo lo que querían. Es lo que echamos de menos… las superestrellas de ahora son sólo caras bonitas». Bien mirado, también se puede ser una estrella del underground como Ian MacKaye, Ruth Miller o… Calvin Johnson. Escucha este nombre y, sin querer esta vez, me regala un titular. «Sí, a mí me gustaría evolucionar como él, crecer como él ha crecido y hacer las cosas de esa manera. Sí, mi meta definitiva es llegar a conseguir lo que Calvin Johnson ha conseguido». Vaya, vaya… «Social Dancing» está publicado por Wiija/Caroline.

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