La letra con sangre entra
Entrevistas / Xhelazz

La letra con sangre entra

Rafa Angulo — 04-12-2007
Fotografía — Archivo

Mario Celimendiz es Xhelazz. Es rap en estado puro. Es hardcore desde una Zaragoza furiosa y huracanada que no acepta medias tintas. Acaba de publicar “El soñador elegido” (Rap Solo/BOA) y lo hace arropado por algunos de los más grandes nombres de la escena estatal. Zaragoza sigue viva, sigue ardiendo y les garantizo que ni las artificiales crecidas de un Ebro acorralado van a apagar esas llamas.

Mientras sigan apareciendo trabajos como este primer largo de Xhelazz la llama seguirá a muchos pies de altura sobre el nivel de las aguas de la desidia. Corazón. Mucho corazón a la par que mala uva y verdades como puños es lo que Xhelazz nos entrega. ¿Elegido soñador? Más bien estudioso de las miserias humanas. Ojo, si alguien de una naturaleza tan tímida como el protagonista de esta entrevista es capaz de devorar metros de escenario y toneladas de papel y tinta, igual es que no todo está perdido. Cada uno tiene su forma de escupirle al mundo y Celimendiz lo hace con rimas explícitas, geniales y plenas de sentido.

"Para mi el rap es denuncia, es protesta, pero también competición"

¿Hablar por hablar? Para nada, esto es Zaragoza Universidad y siguen apareciendo docentes más que capacitados. En uno de los días más grises del año aparece en las tiendas el disco de Xhelazz. Su autor se mueve como pez en el agua por una oscuridad lírica más que justificada, es por ello que un día de lluvias torrenciales en la capital del Ebro, sea para él el mejor de los regalos. “Me he despertado, he abierto la persiana y he dicho, claro que sí, tenía que ser así (risas). Me encantan los días de lluvia”. A este plumilla que llega, literalmente, empapado hasta las rodillas al estudio de Rap Solo, gracias a una pésima red de alcantarillado urbana, lo que le hace feliz es la salida de uno de los discos que más esperaba desde que nos adelantó algunos temas tras la separación de Cloaka Company. Una enorme pérdida para los amantes del rap. “Para mí, quienes estuvieron a mi lado en Cloaka siempre serán los mejores. No sé, faltó una chispa…”. Pero al menos no faltó la otra, la chispa capaz de encender la máquina Xhelazz. “Antes de que Cloaka se parase ya había hablado con Rap Solo y me habían dicho que si quería sacar un disco en solitario, que lo hiciera. Estaba pactado sacar otro disco de Cloaka y luego ya sacarlo yo, pero bueno, las cosas ocurren como ocurren y al final no hubo más discos de Cloaka”. En una ciudad en la que las bandejas que hacen girar los biberones en los microondas son Technics no es de extrañar que la producción de rap sea de tamaña calidad. “Igual tenía doce o trece años. Apareció Loto Oscuro, quien sigue siendo mi Dj, con una cinta que creo que era de Beastie Boys. Le pregunté que qué era eso y me dijo: ´rap´. Y le volví a preguntar. Él me dijo, póntelo que te va a molar. A raíz de ahí empezó todo. Pero yo en el rap empecé haciendo instrumentales, no rapeando, Con un radiocassette de doble pletina grabando y parando para loopear. Luego ya vino el ordenador y el sampler”. A continuación, y antes de Cloaka Company, llegaron bandas como Originarios e Imperio, y ahora este esperado conjunto de piezas de enorme belleza instrumental y de una melancólica mala leche. “Todos tenemos épocas y este disco ha salido así porque tenía que salir así. Eso no significa que el próximo salga todo lo contrario, depende de si veo las cosas de diferente manera. Mira, ´La soledad comienza´ es triste, pero yo pienso que pasas de decir que es triste a decir lo bonito que es. Me parece que es guay que esté diciendo ese tipo de cosas. Tienes razón en que es un disco oscuro, pero es un disco que me ha salido de dentro, del corazón”. De un corazón que no se conforma con padecer, sino que no deja títere con cabeza a la hora de denunciar la deshumanización de un planeta. “Para mí el rap es denuncia, es protesta. También es competición. La verdad es que escucho otros tipos de música y, por ejemplo en el soul, te hablan de amor. Hay varios tipos de rap. Están quienes te hablan de champán y quienes te hablan de denuncia. Ojalá no tuviésemos que hacer letras así, eso significaría que está de puta madre todo”. Le comento que igual el rap es hoy el estilo que lidera las protestas en el terreno musical. “¿Conoces a Carlos Varela? Es un colombiano que conocí y que tiene unas canciones de protesta que te cagas, pero tan directo como es el rap, no lo hay. Igual llevamos las riendas de la protesta, no sé”. Lo que es obvio es que no se lo piensa dos veces a la hora de clavar el aguijón. ¿Nunca te han dicho que te cortes a la hora de hablar de según qué cosas? “Me han dicho que rapeo cosas que no son agradables. Que intento profundizar tanto que digo las cosas como son, las explico bien, pero que es jodido escucharlas”. ¿Y qué respondes a eso? “Me encanta”. Por si fuera poco, se rodea de gente como Violadores del Verso, Hazhe o Tote King por si a alguien se le ocurre toserle. Algunas de estas compañías pueden haber influido en el resultado final, en impregnar el disco del espíritu de Zaragoza Ciudad. “No sé qué decirte tío, yo este disco me lo he sacado del corazón. Puede haber influido. Se nota donde ha metido mano Rumba y donde lo ha hecho Hazhe. Rumba se ha tomado este disco como si fuera suyo, ha aportado ideas ahí que le voy a tener que agradecer toda la vida. Pero no sé, yo lo escucho y me suena a mí. Ha salido del corazón y si ese corazón suena a Zaragoza, bien. Pero no te sabría contestar”. ¿Y trabajar junto a los mejores? “Violadores o Tote siempre han sido gente que han apostado por mí. Ha sido devolver la moneda. Ellos confiaron en mí y yo ahora lo he hecho en ellos. Lo tenía clarísimo desde siempre. Desde que empecé a hacer mis canciones Rumba me decía que siguiera, y no te puedes imaginar las fuerzas que me daba eso. Ha estado ahí desde siempre y se lo debo todo”.

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Rafa Angulo — 04-10-2007
Fotografía — Archivo

Mario Celimendiz es Xhelazz. Es rap en estado puro. Es hardcore desde una Zaragoza furiosa y huracanada que no acepta medias tintas. Acaba de publicar “El soñador elegido” (Rap Solo/BOA) y lo hace arropado por algunos de los más grandes nombres de la escena estatal. Zaragoza sigue viva, sigue ardiendo y les garantizo que ni las artificiales crecidas de un Ebro acorralado van a apagar esas llamas.

Mientras sigan apareciendo trabajos como este primer largo de Xhelazz la llama seguirá a muchos pies de altura sobre el nivel de las aguas de la desidia. Corazón. Mucho corazón a la par que mala uva y verdades como puños es lo que Xhelazz nos entrega. ¿Elegido soñador? Más bien estudioso de las miserias humanas. Ojo, si alguien de una naturaleza tan tímida como el protagonista de esta entrevista es capaz de devorar metros de escenario y toneladas de papel y tinta, igual es que no todo está perdido. Cada uno tiene su forma de escupirle al mundo y Celimendiz lo hace con rimas explícitas, geniales y plenas de sentido.

"Para mi el rap es denuncia, es protesta, pero también competición"

¿Hablar por hablar? Para nada, esto es Zaragoza Universidad y siguen apareciendo docentes más que capacitados. En uno de los días más grises del año aparece en las tiendas el disco de Xhelazz. Su autor se mueve como pez en el agua por una oscuridad lírica más que justificada, es por ello que un día de lluvias torrenciales en la capital del Ebro, sea para él el mejor de los regalos. “Me he despertado, he abierto la persiana y he dicho, claro que sí, tenía que ser así (risas). Me encantan los días de lluvia”. A este plumilla que llega, literalmente, empapado hasta las rodillas al estudio de Rap Solo, gracias a una pésima red de alcantarillado urbana, lo que le hace feliz es la salida de uno de los discos que más esperaba desde que nos adelantó algunos temas tras la separación de Cloaka Company. Una enorme pérdida para los amantes del rap. “Para mí, quienes estuvieron a mi lado en Cloaka siempre serán los mejores. No sé, faltó una chispa…”. Pero al menos no faltó la otra, la chispa capaz de encender la máquina Xhelazz. “Antes de que Cloaka se parase ya había hablado con Rap Solo y me habían dicho que si quería sacar un disco en solitario, que lo hiciera. Estaba pactado sacar otro disco de Cloaka y luego ya sacarlo yo, pero bueno, las cosas ocurren como ocurren y al final no hubo más discos de Cloaka”. En una ciudad en la que las bandejas que hacen girar los biberones en los microondas son Technics no es de extrañar que la producción de rap sea de tamaña calidad. “Igual tenía doce o trece años. Apareció Loto Oscuro, quien sigue siendo mi Dj, con una cinta que creo que era de Beastie Boys. Le pregunté que qué era eso y me dijo: ‘rap’. Y le volví a preguntar. Él me dijo, póntelo que te va a molar. A raíz de ahí empezó todo. Pero yo en el rap empecé haciendo instrumentales, no rapeando, Con un radiocassette de doble pletina grabando y parando para loopear. Luego ya vino el ordenador y el sampler”. A continuación, y antes de Cloaka Company, llegaron bandas como Originarios e Imperio, y ahora este esperado conjunto de piezas de enorme belleza instrumental y de una melancólica mala leche. “Todos tenemos épocas y este disco ha salido así porque tenía que salir así. Eso no significa que el próximo salga todo lo contrario, depende de si veo las cosas de diferente manera. Mira, ‘La soledad comienza’ es triste, pero yo pienso que pasas de decir que es triste a decir lo bonito que es. Me parece que es guay que esté diciendo ese tipo de cosas. Tienes razón en que es un disco oscuro, pero es un disco que me ha salido de dentro, del corazón”. De un corazón que no se conforma con padecer, sino que no deja títere con cabeza a la hora de denunciar la deshumanización de un planeta. “Para mí el rap es denuncia, es protesta. También es competición. La verdad es que escucho otros tipos de música y, por ejemplo en el soul, te hablan de amor. Hay varios tipos de rap. Están quienes te hablan de champán y quienes te hablan de denuncia. Ojalá no tuviésemos que hacer letras así, eso significaría que está de puta madre todo”. Le comento que igual el rap es hoy el estilo que lidera las protestas en el terreno musical. “¿Conoces a Carlos Varela? Es un colombiano que conocí y que tiene unas canciones de protesta que te cagas, pero tan directo como es el rap, no lo hay. Igual llevamos las riendas de la protesta, no sé”. Lo que es obvio es que no se lo piensa dos veces a la hora de clavar el aguijón. ¿Nunca te han dicho que te cortes a la hora de hablar de según qué cosas? “Me han dicho que rapeo cosas que no son agradables. Que intento profundizar tanto que digo las cosas como son, las explico bien, pero que es jodido escucharlas”. ¿Y qué respondes a eso? “Me encanta”. Por si fuera poco, se rodea de gente como Violadores del Verso, Hazhe o Tote King por si a alguien se le ocurre toserle. Algunas de estas compañías pueden haber influido en el resultado final, en impregnar el disco del espíritu de Zaragoza Ciudad. “No sé qué decirte tío, yo este disco me lo he sacado del corazón. Puede haber influido. Se nota donde ha metido mano Rumba y donde lo ha hecho Hazhe. Rumba se ha tomado este disco como si fuera suyo, ha aportado ideas ahí que le voy a tener que agradecer toda la vida. Pero no sé, yo lo escucho y me suena a mí. Ha salido del corazón y si ese corazón suena a Zaragoza, bien. Pero no te sabría contestar”. ¿Y trabajar junto a los mejores? “Violadores o Tote siempre han sido gente que han apostado por mí. Ha sido devolver la moneda. Ellos confiaron en mí y yo ahora lo he hecho en ellos. Lo tenía clarísimo desde siempre. Desde que empecé a hacer mis canciones Rumba me decía que siguiera, y no te puedes imaginar las fuerzas que me daba eso. Ha estado ahí desde siempre y se lo debo todo”.

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