INDIES METIDOS A MONJES
Entrevistas / Undrop

INDIES METIDOS A MONJES

Redacción — 06-09-1999
Fotografía — Archivo

Hype, One Hit Wonder, el grupo del anuncio de Pepsi, banda de una única canción, bluff… Estos son algunos de los calificativos que han ido cayendo sobre las espaldas de estos guiris metidos a monjes y residentes en España. Si bien toda su repercusión se basó en un tema resultón, «Train», no parece que su nuevo disco «Boomerang» les vaya a hacer ganarse los cumplidos de la crítica. Más bien al contrario, Undrop harán honor a más de uno de los calificativos antes listados. Hacer esperar cuarenta minutos a un periodista no está nada bien, es empezar con mal pie la siempre difícil tarea de seducir a los plumillas de las revistas especializadas. Con la expectación que despertó «Train» en su día, los hermanos Rundquist aún consiguieron encandilar a la prensa. Incluso revistas del prestigio de MondoSonoro cayeron en la trampa (les dedicamos una portada el año pasado: craso error). «¿Este año dónde vamos a estar, en los créditos de los colaboradores?». Más bien. De la escucha de su nuevo trabajo «Boomerang» se desprende que lo mejor que han hecho Undrop fue el anuncio de Pepsi. La palabra indie ya no viene de independiente, sino de indolente. Y como sabrán nuestros ilustrados lectores, según la «Divina Comedia» de Dante, lo peor que se puede ser en vida es un indolente, a riesgo de pasarse la eternidad vagando por el purgatorio. Si no puedes ganarte un lugar en el cielo, mucho mejor ir al infierno. Pero las nuevas canciones del terceto escandinavo-madrileño no van ni al cielo ni al infierno, sino que se quedan, entre ingenuas y torpes, en medio de ninguna parte. Después de esperar cuarenta minutos en el lujosísimo hotel donde se hospedan (recuerden que son hare-krishnas y practican la abstinencia materialista), uno no está para bromitas, pero Steffan Rundquist se empeña en coger mi grabadora y sentirse periodista por un día. Vale, acepto la broma pero empecemos de una vez, caray. «Estamos contentos con el nuevo disco porque hemos tenido tiempo para experimentar, las canciones son mejores. Aunque hemos grabado en el mismo estudio y con la misma persona, el resultado es mucho mejor». Lo que hace el dinero. «En algunas canciones hemos metido hasta quince guitarras». Menudo empacho. El boomerang como motivo de la vuelta de Undrop podría reflejar ideas complejas, como la terrible relación entre el arte y la industria, pero no, en el mundo de Undrop todo es mucho más sencillo. «Lo que hagas va a volver, es la acción-reacción y además como título era corto». «Boomerang» es el primer single, y yo no se lo he preguntado pero empiezan a explicarme que lo han escogido porque creen que el ritmo puede tener pegada como canción del verano y vender: ahí está la clave. Creo que la fama se les ha subido un poco a la cabeza. «A Steffan se le subió la fama a la cabeza, por suerte estábamos nosotros para cortarla. Pero la fama es como una arma, dependiendo de quién la tenga puede ser de defensa o puede ser peligrosa». Antes en Subterfuge y ahora en Sony, que apuestan por un valor seguro, lo que cuentan son las listas. «Nuestra línea es bastante comercial o fácil de digerir, muchas melodías y ritmos fáciles de bailar». Y letras que sonrojan: «The sky is blue and so are you» («Rainbow»). El mundo de Undrop es distinto al del resto de los mortales, en su universo reina la armonía, los pajaritos cantan, todo el mundo se quiere, la comida es vegetariana y la Pepsi es gratis. ¿Qué más quieren? No he acabado de entender cómo se conjuga la filosofía hare-krishna (abstinencia, bondad, no materialismo) con la del salvajismo mercantil de las grandes compañías (ya sean de bebidas o de discos, les da igual). De todas formas, estos tipos no tienen sangre en las venas, así que doy por finalizada la charla.

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