"Hoy estoy más sano y más feliz de lo que he estado en años"
Entrevistas / Passion Pit

"Hoy estoy más sano y más feliz de lo que he estado en años"

Virginia Arroyo — 16-03-2013
Fotografía — Chrissy Piper

Muchas cosas han pasado en la vida de Michael Angelakos desde que le regalara a su por aquel entonces novia un maravilloso puñado de canciones por San Valentín. Aquella relación duraría poco más, pero los temas fueron el punto de partida de una carrera que nos está dando muchas alegrías. “Gossamer” (Sony Bmg, 12) continua pidiendo a gritos ser presentado en España,

“Estoy constantemente en alerta de suicidio”. Con estas demoledoras palabras compartía Michael Angelakos con Pitchfork hace poco más de tres meses una condición que lleva persiguiéndolo desde los dieciocho años. A esa edad le diagnosticaron un desorden bipolar con el que ha estado conviviendo, peleando por llevar una vida normal. No ayudan la fama y los excesos, algo prácticamente inevitable tras el éxito de “Manners”, su álbum debut al frente de Passion Pit. Mucha fiesta, mucho alcohol y mucho caos, una montaña rusa vital a la que Michael se había subido casi sin darse cuenta y de la que debía bajar sí o sí; la vida le iba en ello. Ahora se enfrenta a todo y ha decidido que es el momento de contárselo al mundo. “Hoy estoy más sano y más feliz de lo que he estado en años. En primer lugar es porque he puesto mi salud mental por encima de todo, lo cual es muy difícil porque implica dejar de lado tu vida, tu trabajo y a veces también a la gente que quieres. Y en segundo lugar, ha sido muy importante ser abierto con la prensa, porque ha hecho que los periodistas acaben metiendo las narices menos en mi vida privada porque la he expuesto yo”. Ni incomodidad, ni nada. “¿Por qué debería sentirme mal? No tengo nada que esconder? Si no me sintiera cómodo expresándole a la gente cómo me siento, no haría música”. Abrir las puertas de tu casa de par en par es el remedio perfecto para ahuyentar a todas las vecinas cotillas que merodeaban alrededor del jardín. “Claro. A ver, soy consciente de que esta noticia posiblemente cambie la manera en que la gente se acerca a mi música, pero sólo será de manera temporal. Al haber contado todo esto, la gente y los periodistas se interesan por este tema al principio, pero luego se centran en mi disco y mis canciones, que es al fin y al cabo de lo que a mí me interesa hablar”.

Hablemos de “Gossamer”, un álbum que sigue en la misma estela de los Passion Pit de 2009 pero con un mayor contraste anímico entre sus picos más altos y sus profundidades más insondables. Mientras que “Manners” sonaba eufórico en toda su duración, “Gossamer” pasa del júbilo más absoluto a la nostalgia más honda y a la depresión: contiene todos los colores de antaño y les suma unas nuevas y contrastadas luces y sombras. “Así funcionan las cosas en este proyecto. La música no tiene que corresponderse necesariamente con la disposición lírica. De hecho, la mayoría de las canciones son tristes. Algunas de las canciones populares más famosas son terriblemente tristes, pero la gente no se pone triste cuando las canta y las toca una y otra vez. O sí. No lo sé. En cualquier caso, esta yuxtaposición no la ha inventado Passion Pit, aunque en mi caso es muy exagerada a propósito”. Angelakos reconoce no haber descubierto la sopa de ajo, y eso le honra, pero nadie podrá negar que su receta es una de las más sabrosas del mercado pop a día de hoy. Y decimos pop aunque con “Gossamer” el americano tira quizá más nunca hacia el R&B (algo que él no cree “que suceda más que en el disco anterior”). “Muchísimas canciones pop tienen elementos R&B, sobre todo hoy en día. Fíjate por ejemplo en Adele”. Hilando con esta referencia espontánea, le pregunto por los artistas que han influido en “Gossamer”, buscando, quizá, alguna referencia al pop de corte más mainstream, a alguna estrella del R&B o tal vez a algún artista electrónico, pero me encuentro con un Angelakos de lo más clasicón y comedido. “ Me inspiran las películas clásicas de Hollywood de los cincuenta, John Cheever, Quincy Jones y Phil Spector”.
Antes de despedirnos, le pregunto por algunos temas en concreto del disco, como por ejemplo “Love Is Greed” y sus rotundos versos "If we really love ourselves/ How could we love somebody else?" que, me cuenta, parodian la enfermiza “concepción carnívora y egoísta del amor” que tenía hace un tiempo; o “Take A Walk”, que “se ha malinterpretado como una canción sobre la crisis económica cuando lo único que hago es hablar de cómo han gestionado su dinero tres miembros de mi familia y de cómo el dinero puede cargarse los lazos familiares. Nada más. Las crisis económicas afectan a todo el mundo pero yo no soy quién para escribir sobre ello”.

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