Corazón de neón
Entrevistas / Nothink

Corazón de neón

Redacción — 07-11-2007
Fotografía — Archivo

Ganadores del Concurso de Maquetas de Festimad 2004, participantes en recopilatorios como “Cómete Madrid” o “You Will Never Walk Aloud”, Nothink no paran de moverse y engrandecer su aura de grupazo con pedigrí. La impecable pátina de su rodaje queda patente en “Spotlights” (Aloud Music), su segundo álbum hasta la fecha. La solidez hecha disco.

Los trajes a lo Armani y las gafas de sol con sello de la Ndraghetta sientan de rechupete. Y no digamos esas pistolas fardonas que lucen sobre la mesa; por no decir la partida de póquer de tahúres empedernidos, o la selecta compañía femenina de alto standing que les merodea. La verdad es que todos estos efectos de poderío que ofrecen Nothink en su último y tarantiniano clip "Kill!! Kill!! Genocide", realizado por su colega Dani Llamas (G.A.S. Drummers), se suponen harto reñidos con su imagen real. El estilo de vida del trío estaría más en sintonía con el del ansioso gafapasta, que, oprimido ante la acritud del asfalto y los descomunales edificios que se ciernen a su paso, se desprende de su bandolera, emprende un veloz sprint y se lanza en plancha sobre el suelo en su cinematográfico video de "Mr. Smile".

"El contacto directo con el público es algo muy importante para nosotros"

Toda una obra de artesanía visual con la que escalarían hasta el segundo puesto en el Rock Chart de la MTV. Lo de Nothink es actuar en lo alto de todas las azoteas posibles para tocar el cielo con su denodada entrega. Su efusividad y arrojo bajo los focos no dista mucho de la de Alkaline Trio o Therapy?, adláteres a los que no deberían envidiar nada dado su potencial. “Tenemos unas veinticinco fechas en España de aquí a enero. De momento va bastante bien. Vamos a intentar tocar todo lo posible”, acota el guitarrista y cantante Juan Blas, quién ha colaborado recientemente en "Voilá", el nuevo disco de Delamarca. “Ahora tenemos nuestra propia furgoneta y eso nos permite viajar muchos mas días sin preocuparnos de alquileres ni conductores. Ya estamos cerrando algunas fechas por Europa a partir del año que viene. El contacto directo con el público es algo muy importante para nosotros”. Hay quienes se empeñan en ver en las tonadas de los madrileños la sombra de Idlewild o Biffy Clyro.

"Nos hace sentir muy orgullosos la elección de ‘Spotlights’ como disco del mes para Rockzone"

Es probable que establezcan dichas similitudes por su querencia a la contundencia guitarrera y la búsqueda de la melodía. Así también entrarían en jaque bandas como Open Hand, Weezer, Oceansize o incluso No More Lies, quiénes se han desgañitado de lo lindo en la sangrienta pieza a la que se aludía al principio de estas líneas. “Spotlights”, disco que supera con creces su primer largo, “Bipolar Age” (Aloud Music, 05), parpadea a la manera de un llamativo neón de carretera, e invita al conductor a hacer un alto en el camino para admirar las excelencias del reclamo. “A nivel general el título ‘Spotlights’ hace referencia a la conciencia personal de cada uno y a ese diálogo constante con uno mismo en cuanto a la manera de obrar se refiere”, explica Juan Blas. “Es algo que se está perdiendo poco a poco”. Como las buenas maneras, algo que afortunadamente parece mantenerse en la cada vez más brillante escena madrileña, la de las bandas tórridas que avivan la hoguera de las vanidades con modestia pero entrega, caso de Número, Inlogic, Delamarca o Peluze. “Spotlights” es un disco “mucho más elaborado, lo hemos hecho partiendo de cero y trabajado durante meses, tanto en la composición antes de ir a grabar como la producción del mismo. Estuvimos muchos más días en el estudio que cuando hicimos ‘Bipolar Age’ y hemos tenido tiempo de hacer las cosas sin prisas. En nuestro primer disco hay temas mucho más antiguos. Algunos llevábamos tocándolos años y lo grabamos deprisa sin cuidar detalles que en el nuevo si nos hemos parado a pensar. Es un disco mucho más referente y completo”. Parte del encanto del disco, producido por el ubicuo Santi García (No More Lies), reside en su conceptualidad. Traza una historia en la que cada canción se convierte en un capítulo con continuación en la siguiente. Algo que hicieran, por ejemplo, Hüsker Dü en su mayúsculo “Zen Arcade”, en el que contaban la batalla existencial de un adolescente que se marcha de casa para vivir situaciones extremas en su exilio callejero. “Es todo un bloque. Es una historia de principio a fin en la que cada nota y cada palabra fueron compuestas y escritas desde la primera a la última. Desde ‘Welcome To Hill Valley’ a ‘Silver Bridges To Heaven’ existe una continuidad narrativa lógica. La gente lo entenderá todo mucho más cuando puedan acompañar la escucha con el libreto del disco”. Las guitarras que se avalanzan sobre la mandíbula del oyente materializan la soledad del corredor de fondo. Y certifican la desolación del urbanita atrapado en sus contradicciones y temores. Son toda una oda a la era de los internautas prisioneros de chats ilusorios o de los club-kids autistas en medio de la marea del chunda-chunda. Así se intuye en la lírica de "Polaroids", "Enemys Meeting Point" o "Crows Of Tragedy". “Las letras de ‘Spotlights’ hablan de sensaciones primarias como el miedo, el amor, la soledad o la desesperación contadas a través de los ojos de los personajes de la historia. Es una manera de expresión que hace más partícipes a la< personas que reciben las canciones. Pueden incluso sentirse en su propio pellejo”. Vista la lista de invitados al ágape todo induce a pensar en una deslocalización geográfica. Como si los tres gatos tuvieran pelaje catalán y pudieran haber optado a grabar en un sello como B-Core. “Todas las colaboraciones previstas están en el disco. Son grandísimos músicos y mejores personas. Desprenden un talento y una humildad apabullantes. De Ramón Rodríguez (Madee) me quedo con la elegancia de sus discos. De G.A.S. Drummers, con la experiencia vivida y la humildad. Y de No more Lies, con la esencia punk simplista y eufórica que desprenden”. Pero la que se lleva la palma es la presencia de la Filarmónica de Kiev, que, con sus arreglos de cuerda en "The Red Carpet", "Automatic Scars" o "Silver Bridges To Heaven", se antoja tanto exótica como chic. “Surgió la posibilidad de hacerlo así y no lo dudamos un momento. La gente todavía cree a veces que es broma. Conocía personalmente a Lucas Vidal, director que trabajaría con ellos para la banda sonora de una película estadounidense en junio. Desde el primer momento que oyó las canciones se volcó de lleno en el proyecto. Ha sido una pasada”. Ante semejante despliegue de arreglos uno se pregunta cuáles son sus canciones favoritas. (Alex Ferrero, bajista) “Creo que ‘Enemy’s Meeting-Point’ define perfectamente la evolución del grupo, y marca la diferencia con ‘Bipolar Age’, pero sigue sonando a Nothink”. (Juan Blas) “Resultará contradictorio porque sea el cantante y esto un tema instrumental, pero me quedo con ‘Gold Lebannon’. No necesita una sola palabra para decirlo todo”. (Miguel Peñas, batería) “Me quedo con ‘Silver Bridges To Heaven’, que es un tema que significa muchísimo para mí. Es una canción que Juan compuso a la memoria de mi padre. Cada vez que lo oigo se me ponen los pelos de punta”. En cierta entrevista de un programa de radio les inquirieron por asuntos tan baladíes como el precio de sus instrumentos, pero freakismos aparte, es un placer que se aprecie su evolución natural, trabajada y con las ideas claras. “Nos hace sentir muy orgullosos la elección de ‘Spotlights’ como disco del mes para Rockzone. Ha sido lo último y ha traído muchos ánimos al grupo”.

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