Cadenas rotas
Entrevistas / Soulfly

Cadenas rotas

David Sabaté — 17-05-2012
Fotografía — Archivo

La banda de Max Cavalera celebra su decimoquinto aniversario con un octavo disco, “Enslaved”, y nuevos escuderos: Tony Campos (Prong, Asesino, Ministry) y David Kinkade (Borknagar). Una nueva entrega de metal rotundo, brutal y sin fisuras que te sacudirá mandíbula y entrañas.

“Tenía claro que quería cambiar la formación”, cuenta Max. “Estuve buscando y pensando qué músicos serían los mejores. Ya conocía a Tony Campos, es un bajista muy profesional, tiene un gran potencial y un estilo matador. En cuanto a David –batería-, contacté con él vía email y me mandó algunos ensayos con Borknagar que me impactaron. ‘Enslaved’ es la perfecta reacción a la entrada de ambos, creo que hemos conseguido un nuevo sonido”. Eso sí, que no le toquen a Marc Rizzo. “Trabajamos siempre juntos, nos hemos convertido en grandes amigos y es uno de mis guitarristas favoritos. Es muy versátil, toca tanto riffs como solos, y también canta. Quiero a Marc en Soulfly cuanto más tiempo mejor, los otros miembros pueden cambiar, pero él no”. Parece que por fin Max ha encontrado a su nueva mano derecha. Aunque hay más nombres nuevos en los créditos, como las colaboraciones de dos veteranos como Travis Ryan, de Cattle Decapitation, y Dez Fafara de Devildriver. “Ya había girado con Dez y Coal Chamber en los días de Sepultura, hemos estado en contacto a lo largo de los años y me alegro del éxito de Devildriver, sé que él está muy contento y me encanta su sonido death metal. Hace un tiempo cantamos juntos, en la gala de los Globos de Oro, en Los Ángeles, una versión de ‘Six Pack’ de Black Flag. Es un gran tipo y tiene mucha energía”. ¿El resultado? Una pieza atronadora con referencias bíblicas no precisamente respetuosas. En general, “Enslaved” desprende bilis y denuncia por los cuatro costados. “‘World Scum’ será el primer single. El video será como una película, con el Anticristo luchando contra Jesucristo, imágenes de Hiroshima y Nagasaki, y cosas por el estilo. Creo que es la canción más loca, heavy y brutal que he hecho nunca, y, por supuesto, mi single más extremo. Estoy contento de ello, es una manera de decir ‘ei, sigo aquí, y no me he amedrentado con el tiempo, todo lo contrario’”. Aunque también hay tiempo para el sosiego. Ya fuera en los últimos días con Sepultura o bien en Soulfly, Max siempre ha introducido elementos étnicos e instrumentos atípicos en sus canciones. Algo que en sus últimos discos ha quedado relegado a su habitual cierre instrumental –aquí “Soulfly VIII”-, que en esta ocasión incorpora un menos exótico violín. “La pieza sigue la tendencia acústica y melódica de toda la serie ‘Soulfly’. Me gustaba mucho el uso del violín que hacen bandas como Dead Can Dance o New Model Army, incluso Led Zeppelin en ‘Kashmir’, y no había utilizado nunca este instrumento”. “Enslaved”, disco que “hace referencia a la esclavitud en general, desde el Imperio Romano y los gladiadores, hasta la africana y la más actual y sutil”, rinde de nuevo homenaje a Dana Wells, hijastro de Max asesinado a finales de los noventa. Un “grito de justicia” que cristaliza en la canción “Revengeance” y en el que participan los otros hijos de Max. “La grabé junto a mis hijos en directo, fue divertido para todos, y creo que suena más cruda y sucia que el resto del disco. Espero que sea un pequeño empujón para sus carreras (risas)”. De hecho, su hogar y toda su familia respiran música. “Sí, vivimos en la casa de la música. Siempre hay discos o instrumentos sonando y hacemos jams de vez en cuando. Me voy a llevar a Zyon, el mayor, en la gira de Soulfly por Sudamérica. Será una ocasión especial, tocar en mi tierra, en Brasil, con mi hijo, y después ya se incorporará David para el resto de la gira”.
“Enslaved”,
octavo disco de Soulfly, coincide con el decimoquinto aniversario de la banda. “La verdad es que ha pasado muy rápido. Recuerdo como si fuera ayer el entusiasmo de grabar el primer disco. Es una locura, algo asombroso, he grabado más discos con este grupo que con Sepultura. Estoy muy contento y excitado. Tienes que mantener los pies en el suelo pero seguir creando, trabajando y manteniendo la mente útil y activa”. Consecuente con sus palabras, mi interlocutor termina hablando de nuevos proyectos. “Tengo en perspectiva un libro autobiográfico para finales de año, ‘Boys From Brazil’. Con Cavalera Conspiracy vamos a darnos un pequeño descanso y estoy dando forma a un proyecto con Greg -Pucciato- de The Dillinger Escape Plan, que será como la segunda parte de Nailbomb. Cantaremos los dos, y estará basado en sonidos industriales. Tenemos ya cuatro canciones y suenan matadoras”.

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